Dice el artículo 7 de la Constitución Española que: "los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios"". Está claro, por tanto, de la mera lectura de dicho artículo que los sindicatos tienen como fin la defensa y la promoción de los intereses económicos y sociales de los trabajadores y las asociaciones empresariales los intereses de los empresarios. Nada dice el artículo antes mencionado que la convocatoria de huelgas tenga por objeto el cambio de la situación política del país, afirmación que ha hecho el señor Toxo, afirmación ésta que, por tanto, se encuadra totalmente dentro del marco constitucional. No obstante debemos preguntarnos el motivo por el cual el señor Toxo ha dicho lo que ha dicho y por qué dicho señor y el señor Méndez han afirmado en la rueda de prensa convocada por ambos dirigentes para anunciar a bombo y platillo la convocatoria de huelga general para el día 29 de septiembre que los motivos para convocar la primera huelga general contra José Luis Rodríguez Zapatero eran sin pretensiones de derrocarlo.

Es evidente que subyace en ambos dirigentes una gran preocupación. Es evidente que hasta la fecha ambos dirigentes nada han hecho para evitar que casi 4.500.000 de trabajadores se hayan quedado sin trabajo, es evidente que han mantenido una relación "amorosa" con el presidente del Gobierno de tal manera que dicha relación les ha impedido ver la cruda realidad, la realidad de los trabajadores que, sin defensa de nadie, se quedaban sin trabajo, la de los trabajadores que se veían obligados a aceptar reducciones de sus salarios para salvar su puesto de trabajo, la de los funcionarios que veían cómo año tras año eran más pobres, la de empresarios-trabajadores que se veían obligados a cerrar sus pequeñas empresas de común acuerdo con sus empleados que, para dejar una puerta abierta para el futuro, renunciaban a la indemnización que les correspondía con el compromiso del empresario-trabajador de que si la empresa volvía a funcionar serían los primeros en recuperar sus puestos de trabajo y la realidad de tantas y tantas situaciones que no encuentran encuadre en el Estatuto de los Trabajadores.

Ahora los sindicatos convocan una huelga general y la convocan contra un decreto que todavía está por determinar ya que en el trámite parlamentario puede verse totalmente modificado. Me pregunto por qué ahora los sindicatos se adelantan cuando hasta ahora se atrasaban o nada hacían. Me pregunto por qué ahora les preocupa dañar la imagen del presidente y no les preocupó hacerlo en otros momentos.

Convocar una huelga general con más de tres meses de anticipación y a la espera de un trámite parlamentario susceptible de modificar el decreto genera, al menos, sorpresa. ¿Se tratará de un órdago para salvar los trastos rotos? ¿Están defendiendo realmente los derechos de los trabajadores o están defendiendo otros intereses que se nos escapan? No lo sé, pero es evidente que parece raro.