Los agricultores alicantinos y el sector agrario español en general estamos hastiados, cansados, en definitiva, ya no aguantamos más, por lo que el próximo 1 de junio, a las 12 de la mañana en Mérida, aprovecharemos la reunión que celebrarán los ministros de Agricultura de la Unión Europea para gritarles: ¡basta ya! Nos encontramos ante la mayor crisis conocida del sector agrario. Exigimos soluciones urgentes, pero llevamos años reclamándolas mientras que nuestros responsables políticos se quedan de brazos cruzados.

Estas soluciones no pasan, como ya he dicho y repetido hasta la saciedad, por recibir subvenciones. No deseamos una agricultura en la que se planta y se desplanta de forma sistemática con el único objetivo de recibir ayudas, si no que lo que buscamos es posicionar a este sector estratégico en el lugar que se merece.

Los bancos y las grandes multinacionales agroalimentarias han copado el sistema. No es necesario inyectar dinero a los agricultores y ganaderos, bastaría con corregir los fallos del sistema, impedir los abusos y garantizar un precio en origen superior al coste de producción. Sólo impidiendo que continúen cometiéndose excesos, mejoraría la renta agraria y se evitaría, por ejemplo, que el campo se arruine y muera, ya que cada vez menos jóvenes se incorporan al mundo agrario, no porque no les guste, si no porque son conscientes de que el dinero que percibirían apenas les daría ni para comer.

¿Cómo puede ser posible que persista esta injusticia absoluta? La agricultura y la ganadería aportan alrededor del 20% del PIB. Mucho más que, por ejemplo, la prestigiosa industria de los automóviles. ¿Por qué entonces un kilo de limones se vende en los mercados a 1,50-1,75 euros y el agricultor sólo cobra 0,30 euros? No cobran ni para cubrir los gastos. ¡Inadmisible!

Entre estas soluciones también destaca la disponibilidad de agua. En España los enfrentamientos entre autonomías por los recursos hídricos son excesivamente frecuentes. Si mal no creo recordar, en un solo año hemos celebrado tres manifestaciones para defender el trasvase Tajo-Segura ante la intención del Estatuto de Castilla-La Mancha de venderlo. Urge que se llegue a un pacto por el agua entre todos los partidos políticos para regular uno de los recursos más preciados, el del agua.

En Mérida también reclamaremos: -Los agricultores deben poder negociar precios mínimos ligados a los costes de producción. -Hay que establecer un límite a la posición de abuso de la gran distribución. -Exigiremos las mismas condiciones de producción y garantías sanitarias para los productos que se importan de terceros países. -También es necesario conseguir mayor trasparencia en los precios de los insumos agrarios como abonos, electricidad, gasóleo, fitosanitariosÉ -Urge establecer una política agraria comunitaria sólida más allá del 2013. Para ello, se deberá defender un presupuesto suficiente para la única política común, entre otras medidas. -Debe defenderse eficazmente la renta de los agricultores y ganaderos en el mercado globalizado.

Si perdemos la agricultura, perderemos uno de los pocos sectores que aún funcionan. ¿Cómo esperaríamos entonces superar la cruel crisis que nos afecta? Pido a todos los agricultores que nos acompañen a defender nuestros derechos. También el resto de los ciudadanos debe apoyarnos, ya que los precios que imponen las grandes distribuidoras y que ellos deben costear son excesivos y hay que apostar por el crecimiento económico.