Alicante capital ha sido a lo largo de su historia una ciudad que se ha interesado insuficientemente por su territorio circundante. Una ciudad que nació hija del puerto y de la defensa estratégica frente al Islam. A lo largo de la historia, el castillo y el puerto han justificado, fortificado y fortalecido a la ciudad que ha subestimado la importancia de Benidorm, una ciudad nueva que no existía hace 60 años.

La Red Arterial de Autopistas a lo largo de la costa ha ido convirtiendo al Casco Antiguo en el centro de Alicante y el Puerto, en un espacio con centralidad simbólica pero excéntrico con respecto a la masa demográfica y geográfica del litoral.

Lo que ahora se entiende por centro de Alicante hay que interpretarlo de manera muy afinada. La centralidad histórica está en el Castillo, la centralidad simbólica y turística está en la Explanada, la centralidad playera en San Juan, la centralidad política entre el Ayuntamiento, Diputación, la Generalitat y Subdelegación del Gobierno, la centralidad comercial entre la calle Maisonave, Alfonso El Sabio y el Ensanche junto a la estación (allí se concentra también el CBD, Central Business District), la centralidad europea en la OAMI y la centralidad global, el HUB, en el Aeropuerto.

Sin embargo, el crecimiento de la ciudad y de la comarca, la expansión de Elche y Benidorm -Marina Baixa- se quedan cada vez más descolgadas de la centralidad simbólica de Alicante que es en términos de movilidad convencional cada vez más inaccesible. Es una centralidad excéntrica en el conjunto urbano. Es sabido que cuando una ciudad crece, también crece su centro siguiendo los ejes radiales y generando subcentros urbanos simbólicos, si los urbanistas tienen sentido monumental y emocional de lo urbano.

A ojo de buen cubero se puede afirmar que la centralidad física y demográfica de Alicante se va yendo hacia el norte, hacia la Gran Vía y en el siglo XXI tenderá a situarse en los cruces de los ejes radiales con la Vía Parque como intuimos muy claro en los estudios previos y en el prediagnóstico de la revisión del Plan General de Alicante en 1981. Insistimos que la Vía Parque tiene vocación monumental y de centralidad (faltan apartamentos y arte en las rotondas).

El querer construir una nueva estación terminal con AVE, cercanías, autobuses y TRAM incluidos, junto al lugar que ocupa la actual terminal sobre el barranco de San Blas, es una propuesta peligrosa (inundación), ruinosa, errónea, desfasada, caducada. La actual estación se construyó en 1858 en una periferia que se convirtió en centralidad en 75 años. Lo mismo pasará con la nueva estación norte que proponemos, apoyando la idea de la Plataforma de Movilidad Sostenible de la comarca de l'Alacantí, junto a la Vía Parque.

La nueva estación intermodal, que incluiría también cercanías, la estación de autobuses y el TRAM, deberá tener la máxima accesibilidad ferroviaria para la comarca de l' Alacantí, Benidorm, el Aeropuerto y Elche. La nueva estación norte de Alicante estará más accesible y físicamente más céntrica con respecto al resto de la comarca y al Aeropuerto, Elche y Benidorm que la estación actual.

Sacar dos mil metros al noroeste la actual estación es la solución más sostenible medioambientalmente y la más barata. Ya no se trata de soterrar ni saturar, sino de retranquearla, de preparar una expansión de la centralidad para el siglo XXI en una ciudad con gran atractivo, que superará el medio millón de habitantes antes de lo que supone el INE.

Todo lo anterior requiere un estudio completo y consensuado de la nueva red arterial ferroviaria, incluido la de mercancías, para el conjunto Elche-Aeropuerto-Alicante-Benidorm. En términos urbanísticos la ciudad va a cicatrizar la llaga de las vías del tren, expandiendo el centro. En el centro habrá un parque continuo, de unas 35 hectáreas, y al norte se producirá centralidad en un territorio hoy estigmatizado.

La mayoría de los alicantinos, no los ecologistas, que han defendido el agua y el paisaje de Fontcalent, han visto históricamente y, ven todavía hoy, toda esta zona norte entre el Cementerio y Foncalent, como el culo feo de la ciudad. Un espacio escatológico, los nichos, cuarteles, el degradado, entubado, soterrado y peligroso barranco de San Blas, depuradoras de aguas residuales, escombreras, silos, plantas de áridos, cementeras, el vertedero y tratamiento de basuras, desguaces de coches, autopista, polígonos industriales obsoletos, chatarreros, la cárcel;un espacio sin iglesias, ni conventos, ni monumentos. Es probablemente el paisaje más degradado de toda la provincia de Alicante, que hay que reconstruir a fondo con la Estación Nueva. Hay que hacer una ciudad. Para ello habrá que contribuir con el suelo público aportado por las instalaciones militares que también tendrán sus ventajas cerca de la estación norte del AVE. En este territorio caben también muchas viviendas y oficinas, haciendo una ciudad compleja, no sólo de protección oficial, sino sostenibles ambientalmente. ¿Viene esto a decir que una estación nueva obligará a reconsiderar la redacción del Plan General de Ordenación Urbana en esta zona y a reconsiderar definitivamente la Red Arterial Ferroviaria, incluidos los cercanías y mercancías?. Así es, por fin y afortunadamente.

También hay que pensar en términos monumentales, simbólicos y emocionales: la nueva Estación Norte podría reproducir en mármol de Novelda las diez columnas que fueron destruidas en la antigua. Este nuevo parque de, aproximadamente, 2.000 metros de longitud y 150 metros de ancho deberá permitir desarrollar un modelo urbanístico de arquitectura sostenible lo que supone edificios bien orientados al sur con acristalados, arquitectura solar pasiva y sin ningún miedo a las alturas que permitan disfrutar visualmente del mar y la costa con una interacción óptica con la Explanada, el Postiguet y el Puerto. En planta baja, ya se sabe, anchas aceras, bellísimos y refrescantes soportales de seis metros de ancho y diez de altos, tiendas, bares, servicios, que permitan ojos sobre las aceras sin miedo a las altas densidades edificatorias. Se trata de producir espacio público continuo, compacto, y de la máxima calidad y sostenibilidad sobre suelo de propiedad pública de ADIF. Dar continuidad física - urbana a la centralidad de la vieja estación con la nueva al norte, con un parque con piscinas municipales de agua caliente, públicas, rodeadas de palmeras y jazmines.

De estas hectáreas saldrá parte de la inversión y la financiación del suelo necesario para la localización de la nueva estación pasante al norte de la Vía Parque cercana al cementerio (que habrá que ir pensando en trasladar a otro lugar en un futuro). Alrededor de la Nueva Estación del Norte y a lo largo de la Vía Parque, sobre suelo de absoluta propiedad, uso y mantenimiento público, se podrá desarrollar la nueva centralidad urbana en continuidad con la de la Plaza de los Luceros. En 500 metros alrededor de la nueva estación, sin miedo a las altas densidades y con exigencias arquitectónicas de sostenibilidad y belleza, se concentrará espacio no sólo para viviendas sino para todos los equipamientos y servicios productivos de centralidad imaginables en los próximos 100 años. Recordemos que además del turismo, la agricultura y la industria, el terciario avanzado y la residencial son las vocaciones urbanas del litoral alicantino metropolitano. Una estación del AVE equipada con centenares de miles de metros cuadrados de suelo público expectante tendrá éxito en el futuro. Es imaginable un espacio pensado con alta calidad paisajística sin miedo a los abundantes cedros, cipreses, palmeras y a los ficus gigantes, árboles que crecen muy bien aquí.

Especial importancia tendrá la posibilidad de rehabilitación (financiada con el aumento de edificabilidad en beneficio de los vecinos) de la Ciudad de Asís y Florida-Portazgo donde hay muchos edificios sin ascensor y sin aparcamiento. Estos barrios deberían formar parte y beneficiarse también de la operación inmobiliaria pública si los vecinos así lo desearan.

La operación inmobiliaria debería de incluir la terminación de la Vía Parque con su tranvía, junto a las inversiones simultáneas a la nueva estación y a la conexión directa con Benidorm.

La financiación de todo ello podrá salir de los billetes de los pasajeros de RENFE, y de la edificabilidad sin miedo a una ciudad densa, compacta, continua, compleja, mezclada, con comercio de proximidad y sin centros comerciales gigantes, aislados y cerrados, con carriles bici y parques solares no sólo en los tejados. Empezamos buscando una nueva localización para la nueva estación y descubrimos oro público.

PS: El debate ante la llegada del AVE en 2012 se ha activado. Algo se ha movido esta semana pasada: el conseller Flores recupera de los armarios de la Generalitat un proyecto de tren de ancho europeo hasta Benidorm y el ministro Blanco cita por primera vez en el Senado una conexión de la capital de La Marina Baixa a la red del AVE. Dos anuncios coincidentes que indican que no hay prejuicios ante alternativas razonables y razonadas..