L a La realidad siempre es un duro y eficaz magisterio. Con la violencia de género aprendemos cada día una amarga lección: la de que no hay excusa para no acabar con ella. En España ya son 67 las víctimas en lo que va de año, y es muy posible que esta cifra quede desfasada en cuanto vean la luz estas líneas. Desgraciadamente, las continuas agresiones que sufren las mujeres, también contribuyen a sensibilizar a una sociedad que, en otros tiempos, ha sido condescendiente, en mayor o menor grado, con una lacra social que además destruye uno de los pilares básicos de nuestra sociedad: la familia. No debería haber ningún gobierno ni organización pública ni privada que fuera indiferente al problema de la violencia contra la mujer.

Agredir a una mujer, no importa el modo, no sólo es una violación de los derechos humanos; es perpetuar una barbarie que se remonta a la noche de los tiempos. Y hemos de rebelarnos contra ella. Se trata de una manifestación de desigualdad que traspasa barreras sociales y culturales, y que nos afecta a todos. Y todos debemos implicarnos en la solución: lo público y lo privado; las administraciones, las fuerzas del orden, la justicia o la escuela; pero también las asociaciones ciudadanas, nuestro vecindario, las amistades y, como no, la familia. La violencia contra la mujer se ha disparado de forma alarmante en los últimos años. Por eso, en nuestros días, se hace necesario el compromiso de todos con un único objetivo: con tolerancia cero, atajarla.

Cierto es que cada vez se está logrando una mayor atención y actuación y que se están desarrollando múltiples medidas para hacer frente a esta lacra, pero queda mucho por hacer. Entre otras, abordar cuantas acciones sean necesarias para ofrecer la máxima accesibilidad a la hora de denunciar u obtener una rápida intervención de la justicia. Y en ese sentido, todos debemos felicitarnos ante la próxima puesta en marcha en Benidorm de un juzgado específico para resolver los casos de violencia sobre la mujer. La administración de justicia es fundamental a la hora de derribar el dique de esta violencia continua y endémica; para las víctimas es una barrera insalvable a la hora de soñar con la igualdad social, política o económica.

Pero tan importante como ello, junto con otras muchas medidas, es la sensibilización y la concienciación de todos. Conocer y no dar la espalda a la realidad también es necesario. Por eso durante todo el año se organizan actividades encaminadas a sensibilizar aún más a la población. Acciones que en este día tienen mayor difusión y que, mediante carteles, lazos blancos o jornadas, conferencias y seminarios, contribuyen a alcanzar ese ansiado objetivo, además de suponer una ayuda anímica importante para las víctimas. Compartirán conmigo que con ese fin todo vale y, como la búsqueda de la belleza es otra forma de combatir las injusticias, me satisface que, junto con todo lo planificado y organizado por nuestra Concejalía de la Mujer, este año también vamos a poder disfrutar del recital de poesía a cargo del alumnado del aula de creación literaria del Centro Social «Jelena» de Benidorm. Y es que no hay recurso pequeño a la hora de sensibilizar a la opinión pública para erradicar la violencia contra la mujer; una propuesta en la que todos debemos militar.