La mayor fiesta y reivindicación mundial de la cultura pop abrió este jueves sus puertas en San Diego (EE.UU.) con la Comic-Con, que este año celebra su 50 edición convertida en un lugar absolutamente venerado por los fans del cómic, el cine, la televisión y los videojuegos.

Apenas 300 personas acudieron a la primera convención que se celebró en 1970 en el hotel U.S. Grant de San Diego, pero el tiempo le ha sentado de maravilla a la Comic-Con, que ahora es un macroevento de carácter internacional que durante cuatro días toma por completo el Centro de Convenciones de la ciudad californiana.

Más de 135.000 personas asistieron a la edición de 2018, una cifra que la Comic-Con número 50 tratará de superar con presentaciones tan esperadas como las de Marvel Studios, "Game of Thrones", "Star Trek" y "Terminator: Dark Fate", que con Arnold Schwarzenegger al frente fue el plato fuerte de la jornada inaugural.

La Comic-Con de 2019 también aterrizó con algunas ausencias destacadas, ya que Warner Bros. y DC Comics no estarán en San Diego este año pese a que en el horizonte inmediato tienen proyectos tan sugerentes como la cinta "Joker", con Joaquin Phoenix dando vida al célebre villano de Batman.

Asistentes a la Comic-Con. EFE

Para compensar las decepciones, la Comic-Con también se reservó algunas sorpresas y este día Tom Cruise apareció sin avisar en el Hall H, la sala más grande de toda la convención, para estrenar el tráiler de "Top Gun: Maverick", la secuela de "Top Gun" (1986).

La gigantesca y abrumadora oferta de la feria no solo presta atención a los gigantes de Hollywood sino que también muestra un tierno y cariñoso amor por los gustos más singulares de sus seguidores.

Así, la convención de este año incluye actos tan curiosos como uno dedicado a estudiar la aplicación de la ley y el derecho en el universo cinematográfico de Marvel, otro sobre los creadores mormones de cómics, y uno más que tratará de explicar la magia y la fantasía de "Game of Thrones" desde el método científico.

Tan habitual de la Comic-Con como las conferencias extravagantes son las enormes filas que desde el primer día se forman para entrar en las presentaciones más importantes de la convención.

Y por los pasillos del recinto ya se vieron multitud de disfraces, algunos muy profesionales y otros con el encanto de lo "amateur", que iban desde Pikachu a Spider-Man pasando por Jon Snow, Goku o Súper Mario.

Con más de mil exhibidores, la Comic-Con es un lugar ideal para que el visitante pueda comprar camisetas, peluches, carteles o figuras de sus personajes preferidos.

Todo ello sin olvidar la génesis en su origen del evento, los cómics, que en la Comic-Con tienen un espacio perfecto para el encuentro entre autores y lectores.

Así lo detalló este jueves a Efe Sergio Aragonés, legendario dibujante que firmaba algunos de sus originales para la revista MAD.

"Aquí conozco gente nueva, saludo a viejos amigos, y a través de los años he visto a jóvenes que han crecido a los que les gusta el dibujo y que, al final, se vuelven profesionales", afirmó este veterano y muy querido dibujante español que ha pasado casi toda su vida entre México y Estados Unidos.

Aragonés tiene una posición privilegiada para analizar el legado y evolución de la Comic-Con ya que es un visitante habitual de una feria a la que vino por primera vez en 1971.

"Es un cambio total", dijo.

"A mucha gente que les gusta nada más los cómics sienten que 'ah, ya no es lo mismo, ya casi no hay cómics...'. Lo que pasa es que es tan grande que sí hay, pero están en diferentes sitios. Y no se puede venir a un sitio tan grande sin hacer un plan: qué quieres ver, a quién quieres ver, y hacerlo", opinó.

Finalmente, Aragonés insistió en el valor de los encuentros con los fans no solo desde la óptica del seguidor que se muere por conocer a su ídolo sino también como algo muy necesario para los propios autores.

"Esta es una profesión solitaria (...). Y cuando llegas acá y ves la emoción de la gente que ha seguido tú trabajo, te llena de satisfacción saber que lo que estás haciendo lo ve gente a la que de verdad le interesa. Es una prueba de que lo que haces está bien (...) y llegas a casa con ánimo de seguir trabajando", concluyó.