Llegan escasos musicales en los últimos tiempos a las pantallas, pero por lo menos queda elconsuelo, para los amantes de uno de los géneros más brillantes y con mayor tradición en el cine de Hollywood, de que los pocos que lo hacen son excelentes. Así lo confirma no sólo esta muestra espléndida del género, también títulos como La ciudad de las estrellas: La La Land y Los miserables,ambas premiadas con varios Oscar, con el aliciente añadido de que se inspiran en la vertiente más clásica de la especialidad.

El gran showman es, por encima de todo, un musical, aunque contenga ingredientes del biopic vinculados a la figura del pionero empresario norteamericano P.T. Barnum,que se arma con los mejores pertrechos para contagiar de su tono vibrante al auditorio.

Lo quemás llama la atención, con todo, es que sea el debut en el largometraje del director australiano Michael Gracey, ya que su labor en la realizaciónes más que impecable.

La cinta ha sido distinguida con tres candidaturas a los Globos de Oro, las de mejor película (musical o comedia), mejor actor (Hugh Jackman) y mejor canción (This is me), haciéndose con este último.

La base musical de la película se sustenta sólidamente con las melodías de estilo pop de Oscar Benj Pasek y Justin Paul, que ya hicieron un trabajo notorio en la misma función en La ciudad de las estrellas y en La La Land.

El resto lo ponen el actor australiano Hugh Jackman, que ganó el Oscar por Los miserables, y el sentido del ritmo de unas imágenes que llegan a veces al corazón. Con semejantes logros, la biografía de Barnum, aunque se inspire libremente en ella y nunca pretenda valerse del rigor, reviste un sentido casi de documento visionario de un hombre y una época, la década de los 70 de 1800. Subrayando con singular énfasis la dimensión humana de un individuo que llegó a la cumbre partiendo de la nada y ganándose el afecto y el amor de Charity, una atractiva muchacha enraizada en los estratos más privilegiados de Nueva York, tras vencer la resistencia al respecto de un futuro suegro que siente por él un gran desprecio.

Este contexto es en el que Barnum puso los cimientos deun show considerado como el inicio de la cultura popular, tan polémico como llamativo.