Me uno a la perplejidad nacional. ¿Por el discurso pantagruélico de Pablo Iglesias, arrinconando al enemigo por aburrimiento? Tonterías. Cosa de sus Señorías, que se ponen intensos para ver quién la tiene más grande. Hablo de la perplejidad, que fue tendencia en internet, ante la aparición en ‘El hormiguero’ de Miguel Bosé, que acude a donde lo llamen para vender su disco nuevo. Bueno, más que perplejidad ante don Miguel, perplejidad por su voz. Ni dios la reconoció. ¿Qué le pasa a la voz de Miguel Bosé? Hay quien, yo entre ellos, pensó que se parecía a la de Andrés Pajares. No es coña. Hasta en el tartamudeo. Enigmas que seguro tendrán explicación.

Al revés, otro que apareció en Zapeando, Alberto Chicote, me sorprendió por todo lo contrario, es decir, me sorprendió porque lo reconocí. Me explico. Anoche estrenó en Antena 3 otra de esas entregas que tienen que ver con la alimentación y que viene presentando, con éxito de audiencia, el cocinero de las camisas más locas del mundo fogón. 'En forma en 70 días' se llama el espacio. Y fue de eso, de quedarse hecho un fideo en poco más de dos meses. Presentó el reto el mentado chef. Él mismo se puso en manos de nutricionistas y expertos que tratan de cambiar los hábitos para que el deseo se convierta en realidad. Algo que tuvo que pasar para que el Alberto Chicote que vi en Zapeando promocionando el programa fuera el Alberto Chicote de siempre, es decir, con los mismos tocinos, la misma papada, y el morcón subido hasta las cejas. Si la voz de Bosé no era reconocible cuando debería de serlo, la carota de Chicote era la misma, cuando no debería de ser así. Ni Pablo Iglesias supo explicarlo. ¿Es grave, doctor?.