Noche de reencuentros con la familia o con los amigos. Emoción desbordada, las gargantas desgallitadas, lágrimas y 'te quieros' a tutiplén, besos al aire y muchas preguntas sin apenas tiempo para las respuestas. Los habitantes de 'Gran Hermano' pudieron ver y hablar con los suyos, un encuentro de doble filo, la imperante morriña frente a frases y miradas furtivas que pueden modificar sus conductas en las últimas semanas de encierro.

Simona tenía todas las papeletas para ser la expulsada, como luego se confirmó. La hora sin cámaras de Bea y Rodrigo acaparó gran parte de la gala desde el principio. Los tortolitos no consumaron porque el tesorero madrileño quiso respetar a su familia, pero ya han visto lo que hay y el futuro es prometedor. En el lado contrario, el despecho de Meritxell, su rollete con Alain fue un error. "No me gustas y no te puedo hacer feliz", palabras con acento francés que se clavaron en el corazón de la pantera. Y la metamorfosis escenificada de Miguel, liberado del peluquín y con un nuevo look, secundado por su amigo Rodrigo.

Dos consuegras y una megapandilla

Las consuegras mejor avenidas de España se reencontraron con sus hijos de manera conjunta, pero había más, las amigas chonis de la peluquera y los amigos ideales de su novio, con Marc a la cabeza, compartieron bastantes minutos en la casa. Les dejan un poco más y eso parece la Fabrik de Humanes. Yolanda y Rosa iban unidas por un disfraz de corazón que las obligaba a ir torpemente de balcón a balcón para hablar con sus hijos. Rizaron el rizo cuando unieron a las dos pandillas para ir rebotando de ventana a ventana para hablar con sus amigos. No se entendía nada, pero la adrenalina descargada por todos es una buena muestra de los 78 días sin verse, sin hablarse, sin tocarse...

La bella mascota del francés

Fue el turno de Alain. Al que muchos consideran el mueble de la casa le esperaban en la sala de pruebas unas emotivas imágenes de su hermano, sus sobrinas y su mejor amigo mandándole ánimos desde lejos de España. En una de las salas le esperaba su amigo, defensor en las galas, y su hermano Olivier, a los que no pudo abrazar, pero sí tocar. Pero lo mejor estaba por llegar, su perro, su compañero, se volvió loco al verle. El galo tranquilo no podía contener las lágrimas y tampoco Jorge Javier Vázquez.

Miguel escenifica su liberación

Le tocó a un Miguel transformado. El modelo se liberó de complejos y para dar el paso quemó el pasado, su peluquín, en el jardín y modificó el 'te quiero' de Bea por un 'Me quiero' que rompió en aplausos en el plató. El presentador gallego, al igual que Clara, no disimuló la emoción. Su madre, su tía y su amiga (Rosi y Ana) a las que no esperaba, no pararon de decirle lo orgullosas que se sentían de su paso por la casa. El gallego apenas podía hablar, en shock y medio ahogado en la cinta de correr.

A la audiencia la solidaridad se la repampinfla

Se salvó Meritxell y la primera y más sorprendida la propia pantera. Todas las apuestas miraban a la rumana, como así se corroboró el 58% de los votos de la app. La audiencia quiere carnaza, quiere a las princesas enfrentadas a los curritos, el victimismo frente a la convivencia. Meri y Adara seguirán siendo el azote de Bea, Miguel, Rodri y Alain. Estos cuatro, tras la emoción del encuentro con sus familias, confirmación de sus peores temores. Simona iba camino de Telecinco mientras sus contrincantes se reencontraban con los suyos.

A la modelo le esperaba el luchador genéticamente perfecto, su tía y su madre; mientras que a la estudiante de enfermería, su hermana Raquel y sus amigas Laura y Anna. Meri corrió todo lo que no ha hecho en las pruebas para besar a los suyos; y Adara tiró del arnés para hablar con sus mayores apoyos fuera de la casa. Supo que su padre la ve en el '24 Horas' desde México y que su chico no se va a dormir hasta que ella se acuesta.

Pol y Adara, noche en el apartamento

Los invitados nominan y uno de ellos, Pol, elegido por la audiencia, está pasando la noche con su cuchufleta. Nosotros hubiéramos metido a Marc, el guapérrimo amigo de Rodrigo, para provocar más de un desmayo. Como todos los invitados ilustres, Sandra Barneda promocionó su nuevo libro, Hablarán de nosotras, y el espacio de Mercedes Milá en BMad, una invitación a la lectura, además de repartir las bolas de la prueba para acceder a El Club. Las nominaciones de los familiares distaban, en algunos casos, como el de Meritxell y Adara, de lo que hubieran hecho los concursantes, información que ya tendrán tiempo de barruntar en los siete días que les quedan por delante.

La semana que viene habrá una absoluta protagonista, Bárbara. Tres semanas después de su abandono por el empeoramiento de la dolencia y posterior fallecimiento de su padre, la blogger hará uso de su momento de gloria, hablará de su paso por el programa, de su apoyo a Adara y de sus críticas al programa por informarle de la grave situación médica de su progenitor. Lo que leéis.

Meritxell, Adara y Alain volverán a ocupar la sala de expulsiones. Pero eso será dentro de una semana. El apartamento está todavía calentito...