La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) está llevando a cabo la reparación del muro de contención que cedió el pasado mes de septiembre, durante el episodio de gota fría, y que provocó el desbordamiento del Segura que inundó gran parte de los municipios de la Vega Baja situados en la margen izquierda del río. El organismo de cuenca ha invertido 1.650.000 euros en estas obras que se han iniciado recientemente y donde actualmente se está trabajando en preparar la plataforma de trabajo, los caminos de acceso y demoliendo los muros que están en precario para poder actuar con seguridad en la posterior reparación del muro. El objetivo es mejorar la estructura para que pueda hacer frente a crecidas como la provocada por la DANA del pasado mes de septiembre.
Fuentes de la CHS han explicado a INFORMACIÓN que los trabajos consisten en la reconstrucción del encauzamiento en la margen izquierda del río Segura, aguas abajo del Azud de Alfeitamí en Almoradí, y el derribo de los paños dañados que no llegaron a ceder. La reconstrucción del muro de contención afecta a un tramo de 100 metros y tendrá seis metros de altura, incluyendo la zapata. Además, se van a reponer la mampostería hidráulica y los servicios afectados.
Las máquinas ya están trabajando en la zona afectada donde son visibles los daños provocados por las dos roturas en las motas del río entre los días 14 y 15 de septiembre, ambas separadas por medio centenar de metros, tan solo. La primera rotura afectó a Almoradí y Dolores y el agua fue en línea recta mientras que la segunda, justo al otro lado del puente de la carretera de Algorfa, anegó la pedanía almoradidense de Heredades, Daya Nueva, Daya Vieja, San Fulgencio y Guardamar en busca del mar. Las dos roturas en los muros de encauzamiento de la margen izquierda del río, de siete metros de altura, tuvieron una longitud de 150 metros, con el desbordamiento lateral del río que inundó a varios municipios de la Vega Baja, llegando hasta la desembocadura en Guardamar.
Estampa desoladora
Un puente separa las dos roturas que se produjeron y que tiraron parte de la carretera que lo atraviesa. La fuerza del agua dejó en la zona 0 de las roturas una estampa desoladora. Derribó las paredes de las viviendas, en las que se a día de hoy aún se puede ver el interior donde solo se ha salvado algún objeto colgado y algunos enseres de los plantas superiores. Viviendas típicas de la huerta de la Vega Baja que miraban a su río sin poder imaginarse que sería su destructor. Junto a esas casas, varios vehículos arrastrados por el río desbordado aún permanecen, destrozados, en medio de un bancal.
La Confederación va a invertir en los próximos meses 17,2 millones de euros en obras de emergencia para paliar los daños causados en infraestructuras de la Vega Baja por la DANA, siendo una de las primeras la reconstrucción del muro de contención en Almoradí. Además, se van a estabilizar las motas del río Segura y adecuar el cauce a su estado previo. En las ramblas, se recuperará la capacidad hidráulica; y también se actuará en los canales de riego del postrasvase del Tajo-Segura, que se vieron seriamente dañados por las lluvias y se llevarán a cabo obras de reparación en las presas de Santomera (Murcia), si bien desagua en el río Segura cerca de la provincia de Alicante, y La Pedrera (Orihuela). El organismo de cuenca ha encargado unos estudios a la Universitat Politècnica de València que reflejen el comportamiento del río desde Murcia capital a Guardamar y las posibles soluciones técnicas.
Por su parte, los alcaldes de la Vega Baja plantearon hace tres semanas, en la reunión que mantuvieron con el presidente de la CHS Mario Urrea, que la solución definitiva para las inundaciones en la comarca por las avenidas del río pasa por la construcción de un cauce paralelo al actual desde Orihuela hasta la desembocadura del Segura al considerar que la DANA demostró que el encauzamiento, realizado en los años 90 del pasado siglo, es insuficiente.
La imagen del desastre, aún visible
Las terribles consecuencias del desbordamiento del río Segura a su paso por Almoradí son aún visibles en la zona 0 de la catástrofe, donde se rompieron las motas del río. El lugar se ha convertido en uno de los más fotografiados y comentados en las redes sociales por parte de aquellos que han querido ver en primera persona el desastre provocado por las riadas del pasado mes de septiembre. Además de las viviendas a las que les faltan paredes, cuatro vehículos destrozados que fueron arrastrados por el agua hasta un terreno cercano, alguno medio sepultado, se han convertido en objetivo de los móviles y causan aún asombro entre los conductores que circulan por la CV-91 desde donde se puede ver esta tremenda estampa donde no faltan las cañas ya secas, rocas y trozos de las paredes de las viviendas arrasadas.
El Ayuntamiento de Almoradí reconoce que nada puede hacer para que se retiren los vehículos al tratarse de un terreno privado e insta sus propietarios a hacerlo. La propiedad del huerto tampoco se hace cargo. De esta manera, se ha convertido en una especie de «monumento» de los estragos causados por la DANA en la comarca de la Vega Baja.
