El cactus de Arizona ha vuelto a Orihuela o, mejor, nunca se llegó a marchar del todo. El concejal de Medio Ambiente de Orihuela, Miguel Ángel Fernández (Partido Popular), confirmó ayer que se ha detectado en dos puntos distintos del término municipal: en el barrio de San Antón y en la Sierra, junto al túnel de la nacional 332, cerca de las instalaciones de Cruz Roja. La planta invasora obligó en el año 2010 al cierre de la Sierra a los escaladores para frenar su propagación, que llega a ser extraordinaria; de hecho, desde que llegó importada esta planta al sur de la provincia como un ornamento defensivo en muchos chalés -solo hay que ver el tamaño de sus púas para entenderlo- la Administración valenciana ha invertido miles de euros para intentar erradicarlo, lo cual parece que es prácticamente imposible. De hecho, entre 2011 y 2013 se invirtieron 900.000 euros en un ambicioso plan para acabar con este cactus, lo que supuso la contratación de escaladores para localizarla y destruirla en muchos puntos de la Sierra de Orihuela. Por las faldas y barrancos del municipio había ido creciendo de forma rápida al punto de acabar con otras especies similares más habituales por esta comarca, caso de las chumberas o de las piteras.
En los dos años que duró este proyecto, lento y difícil por las condiciones de trabajo en altura con muchas medidas de seguridad, se consiguió eliminar más de medio millón de kilos del cactus de Arizona.
Supervisión
El hecho que desde 2013 no se haya realizado actividad alguna de mantenimiento y supervisión es la única justificación para este rebrote que coloca al Ayuntamiento de Orihuela en una difícil situación porque ahora tiene la obligación de eliminarlo, aunque esta no sea una competencia suya pues ha aparecido en terrenos de dominio público de la Generalitat Valenciana. El edil de Medio Ambiente aseguró que ya ha mantenido una primera reunión con la Conselleria para informarles de la aparición y que, lo único que le han dicho, es que ahora mismo no hay presupuesto algo ni para este proyecto ni para otro. Es decir, las arcas públicas están a cero.
«Lo que hay ahora aún no es mucho -refiriéndose a las plantas que se han detectado- pero esto no se puede dejar», aseguraba ayer Miguel Ángel Fernández, quien pretende poner un plan de erradicación, con mano de obra de Protección Civil y contar con especialistas que expliquen cómo se deben quitar las plantas que se han localizado para evitar que vuelvan a aparecer. En cualquier caso, la puesta en funcionamiento de este proyecto municipal exige un pronunciamiento previo o autorización de la Generalitat Valenciana. «Si no actuamos ahora, dentro de cinco o de diez años estaremos igual que estábamos», explicaba.
Esquejes
La fácil reproducción de este cactus se explica porque sus propias púas o esquejes, que pueden ser transportadas de mil maneras distintas -muchas veces hasta en el calcetín o en la zapatilla de un escalador, aunque la mayoría de veces a través de animales- dan lugar a una nueva planta. De hecho, la retirada de ejemplares se tuvo que hacer con mucho cuidado porque cualquier trozo que se cayera podía crecer de nuevo en cualquier punto. Esto explica su rápida expansión por la sierra y el que ésta sea de una manera exponencial. Orihuela volverá a luchar contra el cactus de Arizona.
