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La izquierda llegó a la investidura de Puig con el pacto del nuevo gobierno por cerrar

Las discrepancias en el ajuste del reparto de competencias impidieron que el Botànic alcanzara un acuerdo horas antes del pleno de hoy

Caras muy serias ayer entre los dirigentes socialistas, salvo el sonriente Ximo Puig, durante la reunión del Comité Nacional del PSPV.

Con todo en el aire. El bloque de la izquierda llegó al pleno de investidura de hoy sin alcanzar un acuerdo de gobierno para el próximo mandato. Tras días y días de maratonianas jornadas de negociaciones, el PSPV, Compromís y Podemos fueron incapaces ayer de cerrar un pacto para reeditar el Botànic ante las discrepancias internas derivadas del ajuste en el reparto de competencias, sobre todo por el choque entre los morados y la formación liderada por Oltra.

Los podemitas evidenciaron su rechazo a la propuesta de sus posibles socios de gobierno levantándose por la mañana de la mesa de negociación (en una jornada que se celebró en la sede de los socialistas), y ya no volvieron a sentarse, pese al intercambio de llamadas y mensajes. Y eso que además desde el PSPV y Compromís les hicieron llegar una nueva propuesta para intentar acercar posturas. En la oferta, los dos partidos incluían Eficiencia Energética en la Conselleria de Vivienda que supuestamente quedaría en manos de Podemos, y además ofrecían a los podemitas dos direcciones generales, eso sí, dependientes de áreas que estarían controladas por Compromís: cambio climático, ligada a la Conselleria de Medio Ambiente, y energía, relativa a la Conselleria de Economía. No había cesiones, en cambio, en crear una vicepresidencia para los morados. Al cierre de esta edición, todo seguía igual, sin acuerdo.

Y no solo no se cerró el pacto para que la izquierda repita cuatro años más al frente de la Generalitat con Ximo Puig como presidente, sino que Podemos mantuvo el pulso en todo lo alto. La formación de Pablo Iglesias anunció por la noche que sus bases habían votado a favor, en una consulta «exprés», de la investidura de Puig con un 97,34%; además de aprobar con un 93,1% la entrada de Podemos en el gobierno autonómico. Sin embargo, ese resultado no resulta suficiente para la dirección liderada por el alicantino Antonio Estañ, que dejó la decisión definitiva en el aire, argumentando la falta de un pacto de gobierno cerrado entre la izquierda. «Esta consulta iba ligada a un acuerdo de gobierno que, a pesar del trabajo y del esfuerzo de las diferentes formaciones políticas, no se ha producido de momento», señalaron ayer fuentes de la dirección morada, que a su vez criticaron a los de Puig y Oltra: «Manifestamos nuestra voluntad de llegar a un acuerdo, pero atendiendo al mandato de los inscritos en estos momentos no podemos asegurar nuestro voto favorable a una investidura que no va ligada a la formación de un gobierno que ponga los intereses de la ciudadanía por delante de los intereses partidistas».

En la misma línea que Podemos, con unas cifras similares, la consulta a las bases de EU se saldó con un 86,7% a favor de investir al candidato socialista a la Presidencia de la Generalitat, con el programa de gobierno pactado con las fuerzas políticas progresistas. Las bases, además, apoyaron también con un 85,6% la participación de la formación en la Generalitat.

Pese al resultado de ambas consultas, la falta de un pacto de gobierno rubricado entre las tres fuerzas de la izquierda deja en el aire la investidura de Ximo Puig en un pleno que arranca hoy y que ya se prevé que se aplace 24 horas tras la intervención inicial del candidato socialista ante la incertidumbre de una votación que no saldrá adelante, ni en primera ni en segunda tentativa, si la izquierda no se posiciona unida, como si fuera un bloque frente al rechazo que previsiblemente evidenciarán los partidos de derecha (PP, Cs y Vox).

La jornada de ayer, previa al pleno de investidura de este miércoles, arrancó con la sensación de que sería la definitiva para un acuerdo que el lunes incluso se barajó que se firmase ayer en Alicante, en el Castillo de Santa Bárbara. Sin embargo, las expectativas empezaron a torcerse demasiado pronto. Por la mañana, Podemos decidió levantarse de la mesa de negociaciones que compartía con el PSPV y Compromís, argumentando que existía un «preacuerdo que se truncó horas más tarde sin que los motivos estuvieran suficientemente explicados». Los morados explicaron que, durante la jornada de ayer, realizaron «diferentes propuestas para alcanzar el mejor gobierno posible». Sin embargo, lamentaron recibir únicamente «negativas y ninguna propuesta alternativa que asegure el cumplimiento de los acuerdos políticos y programáticos». Pese al serio choque en la negociación con Podemos, los otros dos socios del Botànic en el pasado mandato sí limaron en las últimas horas asperezas en otras cuestiones, como Igualdad, donde Compromís y el PSPV se pusieron de acuerdo en una fórmula relativa al Instituto de la Mujer, y Cultura, bajo cuyo paraguas dejarían de estar las competencias de Patrimonio para pasar a manos de los socialistas.

Con todo, estos acuerdos no sirvieron para desatascar un pacto que llegaba en el aire a una jornada en la que nadie pensaba que todavía no hubiera un documento firmado por las tres formaciones de izquierda con representación en las Cortes. Aunque no se pensaba, ha sucedido, evidenciando las tiranteces entre el PSPV, Compromís y, sobre todo, Podemos.

Todavía parece pronto para que las formaciones empiecen a explorar nuevos escenarios políticos, pero ya se vislumbra en el horizonte la posibilidad de empezar la negociación a dos bandas, apartando del pacto de gobierno a la coalición electoral que lidera el alicantino Martínez Dalmau. Sin embargo, esa alternativa tendría un serio obstáculo, y es que el socialista Ximo Puig necesita del voto a favor de Compromís (17 diputados) y Unidas Podemos (seis sillones morados y dos de EU) para sacar adelante su investidura. Sin esos apoyos, no superará la votación.

Puig: «Cada partido es responsable de sus decisiones. Yo voy a hacer lo que me toca»

Puig confía en llegar a un acuerdo entre los socios del Botànic para reeditar el pacto y asegura que el PSOE ha puesto «todo» de su parte

El líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, afirmó ayer, a horas del pleno de investidura de hoy, que no entendería que finalmente no hubiera un acuerdo entre los socialistas, Compromís y Podemos para la reedición del gobierno del Botànic, aunque recordó que a su partido le corresponde ese «liderazgo compartido». A preguntas de los periodistas a su llegada al Comité Nacional del PSPV, Puig afirmó que «cada partido es responsable de sus decisiones». Puig hizo hincapié en que a él no le corresponde hablar de este proceso y que esta centrado en su investidura en las Cortes: «Voy a hacer lo que me toca, presentar un discurso que intente dar respuesta a lo que está acordado. A partir de ahí, los diputados tienen derecho y libertad de tomar la decisión que crean oportuna». Hasta entonces, aseguró que las negociaciones están «en proceso de llegar a acuerdos» y destacó que el PSPV ha puesto «todo» de su parte para conseguirlo, por lo que se mostró confiado en que habrá un Botànic II.

Respecto a la posición crítica de Podemos que ayer se levantó de la mesa, Puig puntualizó que es algo que «tiene que ver con la negociación», si bien cree que «cada partido tiene que explicitar siempre su postura». Para el socialista, «los valencianos han votado cambio compartido y se trabaja en esa perspectiva». Eso sí, Puig reiteró que «teniendo en cuenta que el PSPV es ampliamente mayoritario, el primer partido de la Comunidad, y le corresponde un liderazgo progresista, compartido y pensando en el interés general y no en ningún partidismo». También defendió que «en cualquier caso, se tiene que explicitar claramente la realidad que han votado los valencianos». El jefe del Consell en funciones y candidato a la reelección puso en valor el esfuerzo de los negociadores para cerrar el Botànic II, un pacto del que «falta la arquitectura institucional», añadiendo que espera «que haya un acuerdo», no entendiendo un fracaso en la negociación, «pero cada uno es responsable de sus decisiones», instando a que «todo el mundo tiene que hacer lo posible para conseguirlo». Bajo este prisma, agradeció a los socialistas por respaldar «masivamente», con más del 97%, la consulta para intentar alcanzar un acuerdo que permita «intentar llegar a un gobierno de progreso», algo que ve como «una muestra de ilusión». En cuanto a la posibilidad de alargar la votación de investidura a mañana para que haya más tiempo para negociar, Puig indicó que es un receso que «corresponde al presidente de las Cortes», Enric Morera, y remarcó que él no va a plantearlo.

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