Esta noche arranca la campaña para las elecciones autonómicas del próximo 26 de mayo. Y lo hace con la mejor noticia para la izquierda. La escenificación por parte del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la líder de Compromís, Mónica Oltra, de la continuidad del Pacte del Botànic. Después de unos días de descanso tras la campaña, Puig y Oltra mantuvieron un encuentro discreto alejado de los focos institucionales para empezar a perfilar el Consell de la próxima legislatura en el que tendrán que integrar a Podemos, cuyos ocho escaños son imprescindibles para sumar de nuevo la mayoría en las Cortes. No hubo acuerdos concretos más allá de recuperar complicidades o de coincidir en la necesidad de contar con un organigrama cohesionado en la línea del que ha operado hasta aquí. Rechazan tres gabinetes. Quieren uno solo con «mestizaje» en todas las consellerias pero en el que nadie tenga la tentación de ejercer a la vez de gobierno y de oposición interna.
El encuentro, del que no hubo foto oficial, se celebró en un domicilio particular de València. Después de los desencuentros del adelanto y de las tensiones de la campaña, ambos dirigentes empezaron a sentar las bases de su segundo mandato con una conversación que recuperó un tono cordial y cercano. No les queda otra. La única alternativa posible y la preferida tanto por Puig como por Oltra es la continuidad del pacto de progreso. Y esa imagen, a pesar de que no hubo comparecencia conjunta, es la que cuadraron ambos dirigentes para dar solidez a sus fuerzas en una campaña municipal que tanto los socialistas como Compromís consideran fundamental para extender los gobiernos de la izquierda tanto a los municipios como también a las diputaciones. La corporación provincial alicantina -en manos del PP de forma ininterrumpida desde 1995- se ha convertido en uno de los grandes objetivos de las dos marcas para esos comicios. La Diputación, con el popular César Sánchez a la cabeza, ha ejercido como el principal ariete de oposición del PP contra los socios del Botànic. El PSPV y Compromís están convencidos de que la participación será menor pero también de que si mantienen su movilización pueden retener una gran porción de poder municipal e, incluso, ganar algo de terreno.
Por eso, en principio y más allá de que esta primera reunión visualiza la continuidad del gobierno a expensas de la negociación política entre el PSPV y Compromís que tendrá que incluir a su vez a Podemos, la convocatoria de la cita entre los dos principales dirigentes del Consell se ha producido justo en el arranque de esta trascendental campaña municipal, una segunda vuelta de los comicios generales y autonómicos del 28-A. En principio, la intención es la de que el acuerdo definitivo no se firme hasta pasadas esas elecciones locales y europeas. Uno de los motivos, precisamente, será extender la alianza del Botànic al ámbito local. De esa manera, el presidente de la Generalitat, contrario a la injerencia de Madrid en cualquier tipo de pacto en la Comunidad, evidenciaría que su prioridad, en estos momentos, pasa por los pactos de izquierda frente a la tentación que supone auscultar las sumas que pudieran plantearse junto a Ciudadanos, deseadas por sectores empresariales madrileños.
Pero hasta entonces todavía tienen trabajo por hacer. Tras esta reunión, Oltra se puso en contacto telefónico con Rubén Martínez Dalmau, líder de Podemos, para emplazarse a una reunión «formal» a tres bandas, que se celebrará el próximo martes. Aunque, en todo caso, ayer por la tarde ya tuvo Oltra una primera conversación con Dalmau, a petición, precisamente, del dirigente morado para explicitar la voluntad de alcanzar acuerdos políticos de cara a la configuración del Consell. Lo más urgente es que en esa cita se empiece a concretar una alianza para elegir la Mesa de las Cortes, el órgano de gobierno del parlamento que se constituirá el jueves día 16.
Ese primer pacto lo terminarían de perfilar los síndics pero, en todo caso, va en la línea ya publicada por este periódico. La izquierda se repartiría tres puestos, uno por cada grupo para controlar el hemiciclo y dejaría dos para el PP y Ciudadanos, lo que excluiría a la ultraderecha. Los socialistas insisten en que están dispuestos a ceder la presidencia del parlamento para Compromís pero está en el aire si ese puesto de gran relevancia institucional volverá a ser ocupado por Enric Morera. El PSPV no quiere interferir en la decisión. En esa cita a tres bandas también se marcarían las mesas de negociación, una dedicada al programa electoral y otra a la arquitectura de gestión del nuevo gobierno. Unos y otros coinciden en que, a diferencia de 2015 cuando había que sacar al PP del Consell, ahora ni hay «prisas» ni «urgencias» para acelerar la negociación. Desde la coalición insisten en que primero hay que abordar el «qué» -contenido- antes de cerrar el reparto de las consellerias y la identidad de los altos cargos. Pero el nuevo Botànic ya está en marcha.
Compromís reclama una posición común del Botànic para exigir en Madrid la reforma de la financiación autonómica
Los portavoces Ferri y Mata mantienen el «postureo» de la negociación a la espera de los contactos para cerrar el Consell
Mientras sus líderes empezaban a negociar, los segundos de a bordo mantuvieron la liturgia de la negociación. El portavoz de Compromís en Las Cortes, Fran Ferri y el vicesecretario general del PSPV, Manolo Mata, mantuvieron el postureo sobre las condiciones para reeditar el Botànic. Al menos así lo quisieron trasmitir ayer cuando Ferri señaló que ve «una actitud por parte del PSPV que parece que tenga mayoría absoluta y no es así», por lo que cree que los socialistas «deberían calmarse un poco». Mata, respondió asegurando que «el PSPV tiene mayoría absoluta del Botànic y el Botànic tiene mayoría absoluta en Las Cortes». Así se pronunciaron ambos en el parlamento valenciano, al ser preguntados sobre los contactos entre PSPV, Compromís y Unides Podem de cara a la configuración, en primer lugar, de la Mesa de las Cortes en la sesión del 16 de mayo, y después del Consell. Tras la primera reunión de grupo de Compromís, Ferri explicó que la composición de la Mesa, como la del propio Consell forma parte de «toda una negociación que debe comenzar hablando del qué»: «La semana que viene hay una primera toma de decisión sobre la composición de la Mesa, pero eso no puede condicionar en ningún caso la negociación posterior del gobierno del Botànic», señaló. Sobre los ejes de los que parte la coalición para abordar el «qué»,deslizó que uno de ellos «debe ser la obligatoriedad de que los diputados valencianos elegidos por Compromís, PSPV y Podemos para el Congreso tengan una vinculación a uno de los temas fundamentales y no resueltos, la reforma de la financiación».
El vicesecretario general del PSPV, Manolo Mata, aseguró que su composición tendrá mayoría del Botànic, al igual que la anterior legislatura, cuando los partidos del pacto de gobierno tenían tres de los cinco puestos del órgano de gobierno de la Cámara y la oposición dos, y avisó de que Vox no estará en la Mesa. «Vox está fuera de la democracia y del sistema parlamentario, porque quieren acabar con Las Cortes Valencianas y con las autonomías, lo dice su programa», por lo que «las fuerzas democráticas no pueden darle cargos a representantes de un partido que quiere acabar con la democracia», indicó Mata, quien aseguró no tener prisa por alcanzar un acuerdo de gobierno. Mata reconoció ayer que «no hay urgencia» por negociar y que ahora se abre un periodo para hacer «tanteos» entre las fuerzas políticas para saber «qué quiere cada uno y ver después cómo se encaja todo». El socialista rompió ayer su tiempo de «calma» para replicar al portavoz de Compromís en Las Cortes, Fran Ferri y opinar sobre la petición de Podemos de que primero se evalúe el pacto de gobierno vigente antes de empezar a negociar uno nuevo. Mata precisó que todos tienen que hacer una «valoración autocrítica» del funcionamiento del Botànic y del Consell, «porque seguro que hay cosas mejorables» pero añadió que «lo más importante es que los valencianos sí que han valorado la gestión que ha tenido el Botànic».
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