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Mil peripecias para llegar a las calas de la Marina Alta

Los bañistas se atascan en la senda dels Testos, en Benitatxell, al descubrir que tienen que descolgarse por cuerdas - La apertura del Moraig el próximo sábado descongestionará las playas más recónditas

Mil peripecias para llegar a las calas de la Marina Alta

La ruta de los acantilados del Poble Nou de Benitatxell era este fin de semana un hormigueo de bañistas. Muchos echaban a andar por la senda, que lleva a la paradisiaca cala de Llebeig, sin tener ni idea que les esperaba un largo trecho (40 minutos) y que debían superar tramos de vértigo. Antes de llegar al abrupto descenso a la cala, la trocha discurre colgada del abismo.

Mientras, en la senda que conduce por un barranco a otra cala del Poble Nou de Benitatxell, la dels Testos, los bañistas se atascaban. El problema es el mismo: muchos ignoran que hay que descolgarse con cuerdas (ya están instaladas) por tres saltos de entre tres y cinco metros de altura. Descender por estas lisas paredes de roca resulta toda una peripecia. A más de un turista se le hace un nudo en la garganta. Se lo piensa y repiensa. Luego pasan las de Caín. El agradable día de playa comienza con el suplicio de «desescalar» estos saltos del barranco. Y luego hay que volver por el mismo camino y trepar.

A la cala dels Testos acuden, sobre todo, cuadrillas de jóvenes que llegan desde la provincia de València o desde Alicante capital, e incluso desde Albacete, a pasar el día en este recóndito litoral.

Algunos han hecho el viaje relámpago con la idea de disfrutar de la cala del Moraig, de acceso mucho más sencillo. Pero se topan con las vallas. Esta cala está cerrada dado que Costas está todavía reparando los destrozos que dejó el temporal Gloria. Se abrirá ya esté sábado. El primer efecto será descongestionar Els Testos y Llebeig.

Si ya es una aventura descender a estas dos calas, los turistas aún le añaden más dificultad. Suelen ir cargados con neveras, hamacas y sombrillas. Algunos van calzados con chancletas. No saben, es evidente, que se van a meter en un escarpado barranco.

Presencia policial

Agentes de la policía local han acudido estos fines de semana a la explanada donde arrancan las sendas que llevan a Els Testos y Llebeig y donde también están las vallas que bloquean el vial que baja al Moraig. Han advertido a los bañistas de la dificultad de estas rutas. Pero es imposible disuadirlos. Una vez que han llegado hasta allí, ya no dan la vuelta para buscar una playa más cómoda.

El verano del coronavirus ha desatado en la Marina Alta el furor por las calas. Los bañistas que eligen el litoral de arena están a sus anchas. No hay aglomeraciones. Pero las calas se ponen cada fin de semana de bote en bote. El ayuntamiento de Xàbia ya ha cerrado este sábado y domingo con barreras los viales de acceso a la Granadella, el Portitxol y Ambolo. Antes de las diez, los voluntarios de Protección Civil ya tenían que bajar las barreras. No cabían más coches y el aforo (de 200 bañistas en la Granadella y de 150 en el Portitxol) no podía desmadrarse.

Los bañistas buscan calas recónditas y resulta que los rincones más recoletos se masifican.

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