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El Ayuntamiento limitará la velocidad a 30 kilómetros por hora en el 90% de calles

Las circunvalaciones y grandes avenidas, como la de la Libertad, quedan fuera del proyecto para 2020

La calle Alfonso XII, en el centro de Elche, donde la velocidad está limitada a 30 kilómetros por hora.

Un municipio con el 90% de sus calles con límite de velocidad a 30 kilómetros por hora. Es el plan que el equipo de gobierno asegura que va a empezar a poner en marcha este año para «hacer una ciudad pensada para la movilidad de las personas y no para los coches», tal y como ayer anunció Compromís en una comparecencia para marcar las prioridades de 2020.

La creación de «zonas 30» tiene, de hecho, una partida específica reservada en los presupuestos municipales aprobados para este ejercicio, que asciende a 115.000 euros. Aunque las vías que tendrán esta limitación todavía están por definir, el propósito municipal es que la reducción de la velocidad se extienda a todo el casco urbano, incluidos barrios y pedanías, excepto las circunvalaciones y grandes avenidas, como la de la Libertad. Todo ello pensando también en la posibilidad de que vehículos, bicicletas y patinetes eléctricos compartan espacio.

La edil de Movilidad, Esther Díez, destacó la importancia de aplicar a todo el municipio, «una estrategia de humanización porque la contaminación sí que mata». Para ello, el Ayuntamiento está a la espera de recibir en las próximas semanas el nuevo plan de movilidad que concrete las calles donde se obligará a circular más despacio y otras medidas para favorecerlo y pensadas, además, con el propósito de conseguir ser la capital verde europea en 2030. Dentro de esa aspiración, una de las actuaciones más inmediatas que tendrá lugar este año, previa a la peatonalización de la Corredora, es la transformación de un acceso clave al centro, la calle Nuestra Señora de la Cabeza, donde se eliminarán las dos bandas de aparcamiento, se creará un carril bus y se ampliarán aceras.

A ello se suman las obras previstas en ocho calles del centro y El Raval, donde se construirán «plataformas únicas» para acabar con las aceras estrechas y se dará prioridad a los peatones, aunque se siga permitiendo el paso de vehículos.

El intercambiador para autobuses urbanos en el Hospital General o el nuevo servicio de transporte a las pedanías, también son dos de las prioridades que Compromís también ha reivindicado para 2020. «Va a ser un año de transformación urbana; un año en el que se va a cambiar la fisonomía del centro, de los barrios y las pedanías; una transformación de Elche que obedece a una planificación urbana sostenible y que va a dar lugar a un nuevo aspecto de nuestras calles pero también va a suponer una transformación social», señaló Esther Díez.

Comercio y campo

Junto a estos planes para el municipio, la formación se comprometió ayer a poner en marcha una campaña anual de promoción del comercio local. El edil del área, Felip Sánchez, cifró en 250.000 euros el presupuesto de este año para su departamento, «el más alto de los últimos años», dijo, y aseguró que los centros comerciales anunciados recientemente en estadio Martínez Valero y Altabix «son oportunidades para evitar que la gente de Elche se marche fuera a otras ciudades y con las que tiene que convivir el comercio local sin perder la fuerza».

El impulso económico al desarrollo rural, al patrimonio del Camp d'Elx o a la Fireta, que este año cumple su décimo aniversario, son otras de los propósitos anunciados por Compromís.

Una tonelada menos de contaminantes al día con la peatonalización de la Corredora

La edil Esther Díez augura, tras las críticas de la oposición, que la obra puede generar una «batalla política»

La peatonalización de la Corredora supondrá un ahorro, según Compromís, de una tonelada de dióxido de carbono al día. La edil de Movilidad, Esther Díez, aseguró que al dejar de pasar por esta calle 5.000 vehículos diarios, Elche logrará reducir esta cantidad de contaminantes. La obra prometida de nuevo por el ejecutivo local para este año cuenta con un presupuesto de 708.000 euros y la intención municipal es que comience tras las Fiestas de Agosto, tal y como estaba previsto hace dos años cuando decidieron paralizar los trabajos por las presiones vecinales y políticas.

De hecho, Compromís auguró ayer que la actuación pueda volver a generar una «batalla política» refiriéndose a las críticas de la oposición. Precisamente, PP y Ciudadanos han afeado en los últimos meses al equipo de gobierno que estén dispuestos a ejecutar la polémica obra sin tener todavía resuelto el asunto del Mercado Central.

Sin embargo, la portavoz de la coalición advirtió ayer que «vamos a ser coherentes con el acuerdo al que llegamos con comerciantes» y aseguró que la peatonalización de la Corredora estaba «vinculada a una decisión sobre el Mercado y la decisión ya está tomada». Fue hace dos meses cuando PSOE y Compromís anunciaron el inicio del expediente para rescindir el contrato del edificio de abastos sin que todavía se haya materializado el punto y final a la concesión pública. La edil de Compromís aseguró que los técnicos municipales «están trabajando en distintas áreas para continuar con la tramitación». Mientras, el equipo de gobierno ya ha pedido a la concesionaria que tape las excavaciones y retire el vallado para tratar de acabar con la mala imagen que generan las ruinas del edificio de abastos.

Sobre los planes que el Ayuntamiento tiene para dinamizar la Corredora, una vez se suprima el tráfico, el concejal Felip Sànchez, aseguró que la idea es promocionar «no solo a nivel interno, sino externo, las ventajas de los comercios, el ocio, la cultura y la historia del centro» para atraer a la gente a la zona.

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