La felicidad fue la nota generalizada ayer en la celebración del ascenso del Elche. Pero había un jugador que tenía un sentimiento especial. Ese era Nino, que, por fin, ha podido cumplir su sueño de subir con «el equipo de mi corazón» a Primera División.
El delantero ya era una leyenda y cuenta con prácticamente todos los récords en el club ilicitano. Pero tenía una espina clavada que se ha podido quitar. A pesar de ser un jugador que sabe mantener la compostura en todo momento, ayer tuvo momentos en los que no pudo contener la emoción, sobre todo a la hora de dar las gracias a sus compañeros por haber logrado su sueño.
«No sabéis hasta que punto me habéis hecho felices a mí, a mi familia y a la afición. He conseguido ascensos con otros equipos, pero este es especial. Lograrlo con el equipo de tu casa es bestial. He estado dos semanas esperando y gracias a Dios lo he podido conseguir. Gracias», fueron las palabras de un emocionado Nino desde el estrado con el atronador aplausos de todos los presentes en el Martínez Valero.
A pesar de que el pasado mes de junio cumplió 40 años, el delantero no piensa en la retirada y su ilusión ahora es jugar con el Elche en la Liga de las Estrellas. «Me encuentro bien y estoy con muchas ganas de seguir disfrutando. Si ascendíamos tenía renovación automática y mi intención en continuar».
El delantero almeriense e ilicitano de adopción recordó que en los días previos a la eliminatoria frente al Girona sus hijos le dijeron que si no ascendía no volviese a casa. Por ello, su primera llamada tras lograrlo fue para su mujer y sus vástagos Alejandro y Nuria, que ahora y son felices.
