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Adolfo Gutiérrez: «De Minaur no ha cambiado, tiene los amigos de siempre»

A sus 44 años, Adolfo Gutiérrez prácticamente vive en un avión dando vueltas al mundo con el tenista De Minaur, afincado en Mutxamel desde los 5 años

Adolfo Gutiérrez, Álex De Minaur y el fisioterapeuta alicantino Emilio Poveda, tras ganar el ATP 250 de Zhuhai (China).

Adolfo Gutiérrez Ferrol (Alicante, 1975) atiende la llamada de este diario desde Basilea, donde su jugador Álex de Minaur, alicantino de adopción y 26 de la ATP, disputa hoy los octavos de final del torneo suizo.

P Su jugador Álex de Minaur ha ganado tres torneos ATP (Sidney, Atlanta y Zhuhai) con 20 años, no le puede pedir más a 2019...

R Está siendo un año muy bueno pero ahora queremos jugar a un nivel alto más semanas, ese es nuestro reto.

P ¿Con qué título de los tres se queda?

R El más especial fue el de Sidney por ser el primero y porque Álex nació allí.

P Todo el mundo conoce ya la historia de Álex, que está afincado en Alicante desde los 5 años pero juega por Australia porque aquella Federación le ayudó cuando era niño y la Española hizo oídos sordos. ¿Es así?

R Más o menos, aunque las conversaciones con la Federación Española las llevó Esther, su madre. Lo que sí es cierto es que necesitábamos bastante ayuda y en Australia le recibieron con los brazos abiertos.

P Hablando de ayudas, la madre de Álex desveló que cuando era un niño usted a veces ni le cobraba las clases...

R Hay que ayudar a los demás siempre que se pueda, a él y a quien haga falta.

P Llevan juntos desde los 8 años, algo muy inusual porque los tenistas suelen cambiar de entrenador. ¿Cuál es el secreto?

R Como sucede en los equipos de fútbol, muchos tenistas cambian de entrenador porque buscan el fallo o el problema fuera de ellos. Álex no es así, sabe cuáles son sus defectos y es autocrítico. El entrenador es un apoyo, una ayuda, pero al final es el jugador el que se parte la cara cada semana por todas las pistas.

P De estas palabras se desprende que el jugador no ha perdido la humildad pese a estar instalado en la élite...

R Él es igual, le encanta vivir en Mutxamel, tiene sus amigos de siempre y no creo ya que vaya a cambiar.

P Tiene mucho mérito haber forjado a un talento así en un club tan pequeño como el «40-15» de Mutxamel porque muchos piensan que si no vas a una gran academia o a Barcelona no puedes llegar arriba...

R Eso ha cambiado mucho, ese pensamiento es de otra época, ahora en cualquier parte de España hay gente muy preparada para entrenar a quien sea. El «40-15» es pequeño pero al final lo importante es la motivación del jugador, que tenga una pista para trabajar, buenas bolas y, sobre todo, buena gente alrededor.

P Álex ha ganado tres ATP 250. ¿Qué le haría a usted más ilusión ahora: ganar un ATP 500 o asentarse en el top 20?

R Sin duda asentarnos en el top 20 porque eso te permite ser cabeza de serie en los torneos y el camino es más fácil. Ahora queremos subir ranking y ver hasta dónde somos capaces de llegar. Álex no tiene techo o yo por lo menos no se lo pongo con 20 años.

P Cuando ganó el primer ATP tenía el mismo ranking que ahora, ¿cómo se explica?

R Porque dependemos del resto de jugadores, los que tiene por debajo o por encima también aprietan y lo hacen muy bien, no es nada fácil subir ranking cuando estás entre los 30 primeros.

P ¿Cuál es el punto fuerte de su jugador?

R No sabría decir ninguno, es muy completo. Tiene físico, tiene mentalidad, es agresivo, sabe jugar de varias formas y eso se lo repito mucho, cuanto más completo sea, mejor porque llegará más lejos.

P Los tres títulos han sido en superficie dura cuando él se crió en tierra...

R Es que en primavera, en plena temporada de tierra, se lesionó (pubalgia) y apenas pudo jugar, pero seguro que consigue buenos resultados porque se ha criado en la tierra.

P ¿Cómo lleva usted eso de vivir prácticamente en un avión y no pisar Alicante?

R Está claro que paso menos tiempo en casa del que me gustaría, pero así es esto. Tengo dos niños pequeños y los veo gracias a Internet, pero es difícil.

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