Adolfo Gutiérrez Ferrol (Alicante, 1975) atiende la llamada de este diario desde Basilea, donde su jugador Álex de Minaur, alicantino de adopción y 26 de la ATP, disputa hoy los octavos de final del torneo suizo.
P Su jugador Álex de Minaur ha ganado tres torneos ATP (Sidney, Atlanta y Zhuhai) con 20 años, no le puede pedir más a 2019...
R Está siendo un año muy bueno pero ahora queremos jugar a un nivel alto más semanas, ese es nuestro reto.
P ¿Con qué título de los tres se queda?
R El más especial fue el de Sidney por ser el primero y porque Álex nació allí.
P Todo el mundo conoce ya la historia de Álex, que está afincado en Alicante desde los 5 años pero juega por Australia porque aquella Federación le ayudó cuando era niño y la Española hizo oídos sordos. ¿Es así?
R Más o menos, aunque las conversaciones con la Federación Española las llevó Esther, su madre. Lo que sí es cierto es que necesitábamos bastante ayuda y en Australia le recibieron con los brazos abiertos.
P Hablando de ayudas, la madre de Álex desveló que cuando era un niño usted a veces ni le cobraba las clases...
R Hay que ayudar a los demás siempre que se pueda, a él y a quien haga falta.
P Llevan juntos desde los 8 años, algo muy inusual porque los tenistas suelen cambiar de entrenador. ¿Cuál es el secreto?
R Como sucede en los equipos de fútbol, muchos tenistas cambian de entrenador porque buscan el fallo o el problema fuera de ellos. Álex no es así, sabe cuáles son sus defectos y es autocrítico. El entrenador es un apoyo, una ayuda, pero al final es el jugador el que se parte la cara cada semana por todas las pistas.
P De estas palabras se desprende que el jugador no ha perdido la humildad pese a estar instalado en la élite...
R Él es igual, le encanta vivir en Mutxamel, tiene sus amigos de siempre y no creo ya que vaya a cambiar.
P Tiene mucho mérito haber forjado a un talento así en un club tan pequeño como el «40-15» de Mutxamel porque muchos piensan que si no vas a una gran academia o a Barcelona no puedes llegar arriba...
R Eso ha cambiado mucho, ese pensamiento es de otra época, ahora en cualquier parte de España hay gente muy preparada para entrenar a quien sea. El «40-15» es pequeño pero al final lo importante es la motivación del jugador, que tenga una pista para trabajar, buenas bolas y, sobre todo, buena gente alrededor.
P Álex ha ganado tres ATP 250. ¿Qué le haría a usted más ilusión ahora: ganar un ATP 500 o asentarse en el top 20?
R Sin duda asentarnos en el top 20 porque eso te permite ser cabeza de serie en los torneos y el camino es más fácil. Ahora queremos subir ranking y ver hasta dónde somos capaces de llegar. Álex no tiene techo o yo por lo menos no se lo pongo con 20 años.
P Cuando ganó el primer ATP tenía el mismo ranking que ahora, ¿cómo se explica?
R Porque dependemos del resto de jugadores, los que tiene por debajo o por encima también aprietan y lo hacen muy bien, no es nada fácil subir ranking cuando estás entre los 30 primeros.
P ¿Cuál es el punto fuerte de su jugador?
R No sabría decir ninguno, es muy completo. Tiene físico, tiene mentalidad, es agresivo, sabe jugar de varias formas y eso se lo repito mucho, cuanto más completo sea, mejor porque llegará más lejos.
P Los tres títulos han sido en superficie dura cuando él se crió en tierra...
R Es que en primavera, en plena temporada de tierra, se lesionó (pubalgia) y apenas pudo jugar, pero seguro que consigue buenos resultados porque se ha criado en la tierra.
P ¿Cómo lleva usted eso de vivir prácticamente en un avión y no pisar Alicante?
R Está claro que paso menos tiempo en casa del que me gustaría, pero así es esto. Tengo dos niños pequeños y los veo gracias a Internet, pero es difícil.