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Benidorm pone patas arriba el parque de l'Aigüera en pleno verano

El Ayuntamiento retoma la sustitución del pavimento de este espacio verde coincidiendo con la temporada alta turística

Operarios trabajando para cambiar el suelo del parque. David Revenga

Pasear por el parque de l'Aigüera en pleno verano es una carrera de obstáculos. La razón, las obras que está llevando a cabo el Ayuntamiento para cambiar el maltrecho pavimento del parque. Unos trabajos que se realizan coincidiendo con la temporada alta turística, con cientos de personas que pasan por allí a diario para ir a la playa de Levante, ubicada a pocos metros, o simplemente disfrutar de esta zona verde.

Los trabajos se están realizando para cambiar las baldosas originales - que están agrietadas, sucias o rotas- por unas nuevas. Las antiguas se colocaron hace 30 años, cuando se inauguró el parque de l'Aigüera.

Con los operarios en plena faena a diario, vallas de metal, baldosas apiladas y material de trabajo, la imagen que ofrece el parque es la de un lugar inacabado. En verano además se da la circunstancia de que este espacio público es escenario de conciertos, actos y actividades al aire libre, dado que alberga en su interior dos auditorios, el Julio Iglesias y el Óscar Esplá, que están al aire libre.

Desde la Concejalía de Espacio Público explican, a través de un comunicado de prensa, que estos trabajos se realizan través de un grupo de empleados en formación y durarán varios meses. Los operarios están colocando las baldosas del pasillo central del parque. Unas baldosas nuevas que son idénticas a las existentes, con el fin de respetar al máximo la estética de un parque que, además de ser un punto de referencia de Benidorm, fue diseñado por Ricardo Bofill.

En su origen, un barranco

Concebido como un gran espacio público, con una amplia zona verdes y elementos arquitectónicos que recuerdan al estilo neoclásico, el parque de l'Aigüera es un símbolo de Benidorm. Pulmón verde de la ciudad, está además muy cerca de la playa de Levante. En su origen era un barranco, con el mismo nombre que el parque: barranco de l'Aigüera y recogía tanto aguas pluviales como las de algunas fuentes del entorno. En los años 80, se decidió urbanizar el cauce a su paso por la ciudad para convertirlo en un espacio natural y de ocio. ¿A quién se encargó este ambicioso proyecto? Al estudio de arquitectura de Ricardo Bofill. Además de los dos auditorios, tiene zonas verdes y parques infantiles.

Todo, repartido en un total de 400 metros lineales de longitud que ahora se está renovando.

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