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Benidorm pone coto a las malas conductas

El Ayuntamiento elabora un borrador sobre cómo atajar y sancionar problemas como el «turismo de borrachera» o el trile

Benidorm pone coto a las malas conductas

Encontrar jóvenes en el suelo después de una noche larga de borrachera o a los conocidos como «trileros» en las zonas más turísticas podría tener los días contados o, al menos, ser una práctica sancionable. El Ayuntamiento de Benidorm ya tiene sobre la mesa un borrador de cómo quiere que se comporten los vecinos y turistas en las calle y de qué manera atajar problemas como éstos pero también la prostitución o la mendicidad cuando se trata de bandas organizadas. Este código de Convivencia en el Espacio Público por ahora sólo es un esbozo pero marcará en el futuro de cómo solucionar estas cuesiones y la sanción para cada una de ellas, aunque esta última cuestión aún no aparece reflejada con cuantía económica exacta.

En definitiva, el documento, con más de 90 artículos, recoge un «código de buenas maneras» para convivir en la capital turística. En su introducción lo deja claro: «el objetivo principal de este código es preservar el espacio público como un lugar de convivencia y civismo». Pero además recalca que «pretende ser una herramienta efectiva ente nuevas situaciones y circunstancias que puedan afectar a la convivencia». El borrador, nacido de una propuesta de Ciudadanos (Cs), se ha entregado ya a los grupos y ahora queda por especificar las sanciones económicas para cada punto en base a las leyes en vigor.

Consumo de alcohol

Entre los aspectos más destacados, el capítulo dedicado al consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública. Esta parte hace clara alusión al conocido como «turismo de borrachera» y que en Benidorm se centra sobre todo en la conocida como «zona guiri». Para atajarlo y garantizar la «protección de la salud pública y la salubridad» o el derecho «al descanso de los vecinos» se prohibe el consumo de éstas además de que se haga en «envases de cristal o lata». También cuando alteren «gravemente la convivencia ciudadana», es decir, cuando el consumo se «pueda hacer de forma masiva por grupo e invite a la aglomeración» o haya menores, entre otras cuestiones. Pero además se pide a los organizadores de eventos que velen por que se cumplan y prohíbe «tirar al suelo o en la vía pública».

Trile y apuestas

Otro de los capítulos de este código de conducta está dedicado a las apuestas en la calle y en él se prohibe «el ofrecimiento de juegos que impliquen apuestas con dinero o bienes». En este supuesto entrarían aspectos como el trile ya que conlleva la apuesta de dinero por parte de los usuarios y se ha considerado como una infracción «muy grave». Además, la policía tendrá que intervenir de forma cautelar los medios empleados así como «los frutos de la conducta infractora».

Mendicidad y prostitución

Atajar la mendicidad en la ciudad va encaminado a aquella que conlleva la explotación de personas. En concreto «formas de mendicidad insistente, intrusiva o agresiva así como organizada» sea «directa o encubierta bajo la prestación de servicios no solicitados» y, por supuesto, la que use a menores. Toda conducta «bajo apariencia de mendicidad» quedará prohibida con este código tanto en la calle como a los vehículos además de si se obstruye el tráfico. En el caso de que sea por razón social, la policía tendrá que contactar con los servicios sociales. La sanción en estos casos se contempla después de que los agentes realicen un aviso de que esta práctica está prohibida.

En cuanto a la prostitución, extendida también en zonas como el Rincón de Loix y que conlleva muchas veces otros tipos de delito como el robo, el código es muy claro: «se prohíbe ofrecer, solicitar, negociar o aceptar, directa o indirectamente, servicios sexuales retribuidos en el espacio público cuando estas prácticas excluyan o limiten la compatibilidad de los diferentes usos del espacio público». También en estos casos el Ayuntamiento prestará información y ayuda a aquellas personas que lo pidan.

En los más de 90 artículos también se hace referencia a la prohibición de grafitis o pintadas, la colocación de pancartas o carteles en la calle, a el uso inadecuado del espacio para juegos, comercio ambulante, masajes en la playa o temas de necesidades fisiológicas, entre otros. Todo para mantener la ciudad limpia y que los que acuden y residen en ella puedan convivir sin problemas.

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