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Tensión entre los clientes y los hosteleros por la restricción de fumar en las terrazas

Las cafeterías colocan carteles para que no se consuma tabaco, mientras que hay establecimientos que optan por informar de la normativa o, incluso, hacer la vista gorda

Clientes fumando en una terraza de Elche, en una imagen tomada esta semana. ANTONIO AMORÓS

Cristian aprovecha la segunda quincena de agosto para disfrutar de una comida familiar en una terraza alicantina. Después de comerse un menú pide un café y se levanta de la mesa. Los camareros le dan permiso para salir del bar con la taza unos metros más allá. Entonces ya puede encenderse un cigarro y respirar profundamente a la espera de que las cosas cambien.

Al igual que este joven, son innumerables los fumadores de la provincia que están teniendo complicaciones para consumir tabaco y vapeadores en la vía pública desde que Sanidad incorporase las nuevas medidas preventivas del covid-19, que entraron en vigor el martes, por las que se prohibe fumar en terrazas y espacios públicos donde no pueda garantizarse una distancia social de dos metros, incluso cuando los que están en la mesa forman parte del mismo grupo de convivencia.

Esta nueva restricción está generando ciertas tensiones entre hosteleros y aquellos clientes que no se hacen a la idea que ahora también esté limitado fumar en las terrazas. Aunque sobre el papel sí que se permite consumir tabaco en estos espacios, muchos bares y cafeterías están optando por prohibir la actividad e invitar a los clientes a apartarse fuera del local para fumar, ya que no pueden asegurar que se cumplan las distancias sociales mínimas y temen, por tanto, que puedan ser sancionados por incumplir.

En el caso de Elche, por ejemplo, la asociación de hostelería ha elaborado unos carteles que indican la prohibición de fumar para que los asociados puedan colocarlos en sus establecimientos. «Es una ley que no han explicado bien a los ciudadanos y es incómodo que tengamos que enfrentarnos a discusiones con clientes», señala Fran Mora, presidente del colectivo de hostelería ilicitano.

De igual modo, esta entidad se reunió ayer con el equipo de gobierno para plantear más presencia policial en las zonas de ocio c0n el fin de que se cumpla la nueva medida y no tengan que ser los hosteleros quienes lidien con este tipo de situaciones. Aún y así, el sector reconoce que la mayoría de la población está concienciada sobre los nuevos brotes de coronavirus que están saliendo y son muchos los clientes que antes de encenderse el cigarro preguntan si pueden hacerlo, aunque hay muchas dudas entre las dos partes.

«No hemos puesto ceniceros, pero tampoco sabemos claramente qué es lo que tenemos que hacer, prohibir o no prohibir... las distancias entre mesas se cumplen, pero no podemos supervisar a cada momento», reseña Ricardo Torres, propietario de la cafetería Latte Art de Alicante. En otros establecimientos están haciendo la vista gorda porque entienden que restringir es sinónimo de perder ingresos, aunque la distancia de dos metros esté en duda. «No me interesa decirle al cliente que no puede fumar porque hay quien me ha dicho que entonces sólo se toman algo rápido y se van, y la gente ya no puede sentarse relajadamente», indica María, hostelera de una cafetería del centro de Elche que ya se ha encontrado con algún que otro capítulo de cruce de miradas de desaprobación entre fumadores y no fumadores en su terraza. «Les damos la información y si consideran que cumplen la distancia suelen ponerse en las últimas mesas o en las esquinas», apunta Sara Espí, de la cafeteria Conte Contes.

Las indicaciones sanitarias están cambiando los hábitos de estos usuarios. Hay fumadores que están optando por ir a cafeterías con muy poca afluencia para poder encenderse un cigarrillo, o directamente ya lo hacen en casa, «porque noto que la gente respeta, pero prefiero esperarme a llegar a casa para fumar tranquila porque la gente te mira un poco extraño... incluso si por casualidad toses por la calle» explica Maribel Llopis, una veraneante de Arenales del Sol.

Benidorm suspende la tasa de mesas y sillas hasta el próximo año

Benidorm suspenderá definitivamente el cobro de la tasa por la instalación de mesas y sillas correspondiente al periodo comprendido entre el 14 de marzo y el 31 de diciembre, para aliviar la situación que atraviesa el sector de la hostelería y la restauración como consecuencia de la crisis del covid-19, «especialmente tras las últimas medidas adoptadas por las autoridades sanitarias que inciden de forma especial sobre su actividad». Así lo anunciaba ayer el alcalde, Toni Pérez, quien avanzaba que el equipo de gobierno llevará al próximo pleno una moción para modificar la ordenanza que rige esta tasa.

El regidor recordaba que el 23 de marzo, apenas 9 días después de anunciarse el estado de alarma, ya se decretó la suspensión de la liquidación de esta tasa hasta que se permitiera la reapertura de los establecimientos. Toni Pérez recalcaba ayer que desde el inicio de la pandemia, el Ayuntamiento, en la medida de sus posibilidades y en el marco de sus competencias, ha tratado de ayudar al sector y contribuir a su recuperación con varias medidas. Por imperativo legal, el Ayuntamiento deberá girar a los establecimientos una liquidación proporcional por el periodo transcurrido entre el 1 de enero y la entrada en vigor del estado de alarma, un periodo en el que ejercieron su actividad con normalidad. A. VICENTE

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