Un total de tres incendios forestales se desataron ayer por la tarde en el interior de la provincia de Alicante en apenas cuatro horas que tuvieron en jaque a los bomberos. Se produjeron en la Vall de Gallinera y Castell de Castells, municipios ubicados en el corazón de la Marina Alta, y en el Castell de Guadalest, junto al pantano, en este caso en la Marina Baixa.
El de mayor consideración y virulencia fue el que afectó a la Vall de Gallinera, aunque al cierre de esta edición, ninguno de los tres había sido estabilizado. Tampoco se conocía todavía la extensión de cada uno de los siniestros. Durante toda la tarde, las labores de extinción se complicaron debido a las condiciones climatológicas y a la alerta naranja por fuerte caloren la que se encontraba sumida la provincia, con temperaturas que precisamente en las zonas más montañosas rozaron los cuarenta grados.
Hubo un frenético despliegue para atajar las llamas de lo que sin duda es ya el episodio de fuego más grave del presente periodo estival. La Generalitat movilizó un total de 4 aviones, 5 helicópteros, junto a 3 unidades de bomberos forestales y otra decena de efectivos con 2 autobombas de agua para luchar contra las llamas.
Según informaron fuentes del servicio de Emergencias de la Generalitat, el foco de Castell de Castells fue el «menos preocupante» junto al que se produjo horas más tarde en Guadalest. Aún así el primero también tuvo sus consecuencias en lo que respecta al trastorno de los vecinos: una familia holandesa de cuatro personas mayores de edad tuvo que ser evacuada como medida de seguridad junto a media docena de animales de granja. Tal y como confirmaron distintas fuentes, estas personas se encontraban en buen estado de salud y la evacuación se debió sobre todo a razones de precaución. Fue enviada una unidad del Seprona para que ayudara a los animales.
Por el contrario, los servicios de Emergencias junto con patrullas de la Guardia Civil sí se encontraron con muchas más dificultades para intentar sofocar el suceso de La Vall de Gallinera, cuya evolución era más preocupante debido a escarpada orografía, que hacía muy difícil el acceso de los efectivos de extinción. Se trata de uno de los pasajes más bellos del interior de la Marina Alta. La Benemérita desplazó hasta allí a patrullas de hasta ocho municipios vecinos para combatir el fuego y una unidad del Seprona para ayudar a los animales.Asimismo, el puesto de mando avanzado se instaló en la provincia de València, entre la partida de la Llacuna, en Villalonga y l'Orxa, debido a su cercanía con este agreste paraje. Desde allí se acometió durante horas un trabajo constante y sin tregua para sofocar el fuego.
Durante las labores de extinción, en este siniestro de la Vall de Gallinera un efectivo forestal tuvo que ser trasladado al hospital de Gandia tras sufrir un desfallecimiento mientras luchaba contra la llamas.
Las columnas de humo generadas por los incendios se pudieron apreciar durante la tarde de ayer sábado desde numerosas localidades ya no solo del interior de la provincia sino incluso desde el litoral, como Dénia o Altea. Emergencias de la Generalitat trasladó la Situación 1 del plan especial de protección ante incendios forestales, por posible afectación a bienes de naturaleza no forestal, a partir de la información que les iba transmitiendo un agente medioambiental en la zona.
El fuego consumió una importante superficie de masa forestal y de vegetación de roca, aunque los bomberos al cierre de esta edición todavía no habían informado ni de las causas de los siniestros forestales. Tampoco de cuántas hectáreas resultaron afectadas, toda vez que ninguno de los siniestros se había dado aún por controlado.
