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Barcala expulsa a las ONG de la Explanada en beneficio de los turistas

El bipartito rechaza renovar el permiso de los puestos alegando que el paseo es un icono

Uno de los puestos de ONG, a modo de rastrillo solidario, que se instalan los domingos en el emblemático paseo.

El Ayuntamiento de Alicante ha decidido expulsar de la Explanada a los puestos de rastrillos benéficos de entidades sociales que se instalan los domingos en el emblemático paseo para vender objetos como medio de financiación. Y lo hace denegando la renovación de un permiso de carácter trimestral que tramita la Concejalía de Ocupación de Vía Pública, en manos del PP. La resolución ya ha llegado a las entidades afectadas, que reconocen que esta decisión supone un revés importante que puede poner en riesgo serio su supervivencia.

La resolución, según consta en el documento, se basa en un informe del Patronato de Turismo dirigido por la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez (Cs), fechado en febrero de este año, en el que se «informa desfavorablemente» sobre la instalación de rastrillos solidarios en el paseo de la Explanada y en el paseo de Gómiz con el objetivo de «que la imagen de este espacio se vea lo más despejada posible para disfrute de turistas y residentes, al ser considerado uno de los iconos turísticos más importantes de la ciudad».

Este intento de «despejar» la Explanada no es nuevo. De hecho, el Ayuntamiento de Alicante vuelve a la carga dos años después. Misma idea, pero distinto color al frente de Alcaldía. Era febrero de 2018 cuando el gobierno municipal liderado por el socialista Gabriel Echávarri tomó la decisión de retirar los puestos de ONG de la Explanada, denegándoles la renovación del permiso con el fin de beneficiar la actividad turística.

Esa decisión no gustó a la entonces oposición municipal, integrada por el PP, Cs y dos exsocios del tripartito (Guanyar y Compromís). Al frente de esa oposición estaba el hoy alcalde, Luis Barcala, quien lamentó que Echávarri pusiera «en el disparadero» y cargase «las tintas contra las ONG de Alicante, que hacen una importante labor social». Desde Ciudadanos, por su parte, se consideró «contradictorio quitar los puestos de las ONG en la Explanada como si la solidaridad diera mala imagen», alegando que «más perjudicial para la imagen es la suciedad del centro, o la Rambla repleta de chicles, o los restos de orines y de basura en el Casco Antiguo».

Entonces también criticaron la medida las asociaciones perjudicadas por la negativa a renovar los permisos, una decisión que finalmente se paralizó, lo que ha permitido a las entidades seguir con los mercadillos solidarios hasta ahora, cuando necesitan renovar la autorización para el verano.

Entre ellas, Asoka, una asociación alicantina sin ánimo de lucro cuyo objetivo principal es denunciar el maltrato de los animales y gestionar su adopción. Su presidenta, Pilar Esteva, lamentó ayer la negativa del Ayuntamiento a renovar el permiso. «Para nosotros es el hundimiento total. Vivimos de eso y de las cuotas de socios, donde estamos además sufriendo bajas por la crisis. Nos proponen otras ubicaciones, pero eso es una tapadera, lo que pasa es que no nos quieren», explicó Esteva, quien calculó que cada domingo pueden conseguir alrededor de 300 euros vendiendo productos.

En la misma línea se mostraron desde Felinos Lo Morant. «Los mercadillos son una importante fuente de financiación para nuestra entidad. Vivimos de esos días, el albergue depende de ese dinero, porque no recibimos ningún apoyo de la administración», señaló Antonio Ripoll, quien rechazó posibles espacios alternativos: «Ya lo hicieron hace dos años, cuando nos ofrecieron sitios por los que no pasa nadie un domingo como la plaza de la Montañeta».

Otra entidad perjudicada, Cat Relax, lamenta que el Ayuntamiento aproveche la pandemia para quitar a las ONG de la Explanada. «¿El resto de puestos [los conocidos como hippies] no molestan a los turistas? ¿Solo nosotros?», añadió Guillermina Castro.

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