Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los nutricionistas detectan un repunte de sobrepeso y obesidad tras el confinamiento

Un estudio del Colegio Oficial de la Comunidad Valenciana confirma que empiezan a llegar a las clínicas pacientes que han ganado kilos durante el encierro del coronavirus. Los expertos urgen huir de dietas milagro y mejorar hábitos alimenticios

Caminar y hacer deporte es vital para mantenerse en forma. Foto de Álex Domínguez

El aumento de peso corporal ha sido un efecto colateral del confinamiento para muchos alicantinos. Las imágenes iniciales de consumidores arrasando en los supermercados para hacer acopio masivo de alimentos y las posteriores bacanales de sofá y televisión no auguraban nada bueno y, en efecto, la imperturbable báscula empieza a dar cuenta de ello. El Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana afirma que existen indicios claros que vaticinan un incremento de los problemas de sobrepeso y obesidad tras el encierro obligado por la crisis del coronavirus. Un estudio interno realizado entre colegiados revela que las consultas de los expertos registran ya un goteo incesante de pacientes que, en su mayoría, no han mantenido hábitos saludables y necesitan perder los kilos acumulados.

El vicepresidente de los colegiados en Nutrición, Rafael Birlanga, señala que las variaciones en los hábitos de consumo detectadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en las últimas semanas venían anticipando lo que ahora comprueban en sus propias clínicas. El incremento en la compra de patatas fritas, tabletas de chocolate o bebidas alcohólicas, unido a una descenso generalizado de la actividad física, explica que muchos se hayan desconfinado con alguna talla de más. «Ahora empezamos a tener un mayor volumen de trabajo y vemos lo que nos vamos a encontrar. El 80% de los nutricionistas que han participado en ese estudio creemos que ha habido un empeoramiento en la salud y que se han incrementado los niveles de sobrepeso y obesidad durante este periodo de cuarentena», afirma.

Rafael Birlanga es vicepresidente del Colegio de Nutricionistas.Información

Afrontar situaciones de estrés, ansiedad o aburrimiento con viajes constantes a la despensa y la nevera, comer a deshoras y, en definitiva, comer peor, han sido y son comportamientos que contribuyen al michelín. Y aunque, a nivel global, gran parte de la población ha tenido más tiempo para cocinar y programar una alimentación sana y equilibrada, no siempre se ha aprovechado la oportunidad. «Nos ha sorprendido para mal el aumento del consumo de alcohol, uno de los que más se ha disparado en la cesta de la compra con respecto a meses anteriores, y también el abuso de snacks, aperitivos, tentempiés o platos precocinados. Aunque teníamos más tiempo, hemos incrementado el consumo de productos elaborados y comida ya preparada, que es de peor calidad», reflexiona Birlanga.

Un problema arrastrado

Desde el Colegio de Nutricionistas recuerdan que ya llevan mucho tiempo alertando del incremento de los problemas de peso. En población infantil, se calcula que uno de cada tres niños pesa más de lo que debería. Entre adultos, un 40% de la población autonómica tiene sobrepeso y cerca de un 20% es obesa. «En confinamiento, aquellas personas que han tenido la preocupación de tener buenos hábitos y buscar con profesionales la mejora en su alimentación no han tenido problemas, pero eso no ha ocurrido en la mayoría de los casos. El que ya tenía malos hábitos, aunque haya tenido más tiempo para hacer ejercicio y cocinar, si no tenía una idea de mejora o conocimientos de base para ello es difícil que lo haya podido conseguir», prosigue Birlanga. Y lo mismo ha sucedido con la actividad física, que se ha reducido hasta ser prácticamente inexistente entre muchos de los que no estaban habituados a rutinas de ejercicio.

Durante la cuarentena el 80% de los nutricionistas y dietistas que ha participado en ese estudio del Colegio Oficial ha seguido tratando a pacientes a través de medios telemáticos y el 60% de los encuestados asegura que seguirá manteniendo esa modalidad online además del servicio presencial. Lo que los expertos no recomiendan bajo ningún concepto es tratar de afrontar ahora la operación bikini con dietas milagro que prometen reducir centímetros a la carrera.

«Abogamos siempre por una mejora de los hábitos que nos lleve a la mejora de la composición corporal para tener un estado de grasa y músculo saludable. Eso no va asociado con las prisas. Los procesos que te aseguran perder ciertos kilos en pocas semanas no están vinculados a la salud y pueden llegar a ser peligrosos. Nuestro consejo es acudir siempre a un profesional para la consecución de hábitos y objetivos realistas y adecuados a las circunstancias de cada persona», concluye el nutricionista.

Una mujer comprando fruta y verdura en el mercadillo de Rafal.Foto de Tony Sevilla

Guía de los profesionales en nutrición

El Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana ha editado una guía con nueve recomendaciones para mantener una alimentación saludable y equilibrada durante el confinamiento.

1. Consume frutas y verduras a diario. Zanahorias, cebollas, coles, tubérculos y raíces como la patata o la chirivía aguantan mejor en nuestra despensa. Puedes consumir verduras en crudo, pero es recomendable desinfectarlas adecuadamente o cocinarlas. Las frutas no climatéricas como naranjas y mandarinas se conservan mejor durante periodos prolongados de tiempo. No sustituyas la fruta por zumos, consúmelas enteras.

2. Incluye alimentos proteicos en comidas y cenas. Las legumbres son muy nutritivas y se pueden almacenar en seco durante largos periodos de tiempo. Además ofrecen gran versatilidad en la cocina, pudiendo incluirlas en ensaladas, potajes, como guarnición o incluso de aperitivo en forma de hummus. Consúmelas todas las semanas. Alterna entre pescado blanco y azul. Puedes comprarlo fresco y si no lo consumes en el momento, congelarlo antes o después de cocinarlo. Los huevos pueden almacenarse tanto dentro como fuera de la nevera, pero es importante mantenerlos siempre a la misma temperatura para evitar que aumente el riesgo de salmonellosis. No abuses del consumo de carne y, sobre todo, evita las carnes procesadas. Elige los lácteos enteros y naturales, sin azucarar ni edulcorar. Puedes endulzarlos con fruta natural. Para aquellas personas que no consumen alimentos de origen animal, además de las legumbres existen otras fuentes de proteína vegetal como el tofu (nevera), soja texturizada (despensa) o tempeh (nevera).

3. Las conservas y congelados pueden ser buenos aliados. En el caso de no disponer de alimentos frescos, tanto las conservas de pescado al natural o en aceite de oliva virgen, como las verduras o legumbres cocidas y envasadas, son alimentos mínimamente procesados y que se pueden incorporar en una alimentación saludable. Del mismo modo frutas, verduras o pescados congelados son una buena opción siempre que antes no hayan sido rebozados, fritos o cocinados con salsas poco saludables u otros ingredientes de mala calidad (harinas refinadas, aceites refinados, sal o azúcar añadidos...).

4. Elige cereales integrales y frutos secos naturales o tostados. Los cereales y derivados, cuanto menos refinados mejor. Elígelos integrales para obtener toda su fibra y minerales. Los frutos secos al natural o tostados pueden ser un buen tentempié o complemento para tus platos.

5. Evita los alimentos precocinados o ultraprocesados. Hay que huir de productos de bollería como galletas, magdalenas, bollos, cereales de desayuno azucarados o edulcorados, etc. También de snacks salados como patatas fritas, mix de frutos secos fritos, con azúcares añadidos. Por supuesto, dejar de lado los platos precocinados.

6. Mantente hidratado. Bebe agua, del grifo es una opción y así evitas tener que salir a comprarla embotellada. Evita zumos y refrescos azucarados o edulcorados, así como bebidas alcohólicas.

7. En la cocina, elige horno, plancha y vapor. Son técnicas culinarias rápidas, sencillas y que no alteran de forma considerable las propiedades nutricionales de los alimentos. Por el contrario, evita fritos, rebozados o salsas muy calóricas. Aprovecha todos los ingredientes que tengas en casa y trata de reducir los desperdicios. Involucra a los más pequeños en la preparación de los platos para que experimenten y se familiaricen con los distintos alimentos.

8. Antes de salir a comprar, revisa la nevera y despensa y planifica el menú semanal involucrando a toda la familia. Haz una lista con los alimentos que vas a utilizar y evita comprar productos innecesarios. Recuerda salir sólo cuando sea necesario.

9. En la mesa, relájate y disfruta. Haz del momento de la comida un espacio agradable para compartir con toda la familia. Es importante dedicar al menos 25-30 minutos y no comer con prisas sin ser conscientes de lo que estamos haciendo. Mantener unos horarios fijos en las comidas puede ayudar a comer de forma más organizada y evitar excesos por picoteo y "aburrimiento". Si el fin de semana te apetece hacer un aperitivo puedes utilizar altramuces, encurtidos, frutos secos o legumbres tostadas e incluso vegetales crudos.

Compartir el artículo

stats