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Nistal Villán: «Las personas que han contraído el virus tienen inmunidad ahora, pero no sabemos en unos meses»

Virólogo de la Universidad CEU San Pablo

Estanislao Nistal forma parte del grupo de virología e inmunidad innata de la Universidad CEU San Pablo. información

El grupo de virología e inmunidad innata formado por Sergio Rius Rocabert y Estanislao Nistal Villán, de la sección de Microbiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, junto a un equipo del Grupo de Sanidad Animal del Instituto de Agrobiotecnología del CSIC de Pamplona, exploran el uso del denominado virus de Sendai como estímulo inmunológico frente a infecciones por virus patogénicos. Se trata de una investigación que podría reforzar las defensas y la protección de las personas frente al coronavirus, algo de sumo interés teniendo en cuenta, según afirma Estanislao Nistal, que la vacuna todavía puede tardar.

P ¿Cuál es la filosofía en la que se basa la investigación que están desarrollando?

R El éxito en la defensa frente a las infecciones está condicionado por nuestra capacidad inicial de respuesta frente a las mismas. Buena parte de la resistencia frente a las infecciones está determinada por nuestra primera línea de defensa, la denominada inmunidad innata. Prácticamente todas las células de nuestro cuerpo o de cualquier organismo vivo tienen mecanismos propios de defensa que participan en la inmunidad innata frente a las infecciones. De lo que se trata es de utilizar virus que no causan patologías a las personas, pero que sí pueden activar sus defensas.

P ¿Por qué el virus de Sendai?

R Es un virus respiratorio en ratones que ha sido reconocido como un potente inductor de respuestas inmunes innatas en varias especies, incluidos humanos. En este estudio lo hemos usado para estimular la actividad inmune de las células de otro animal, en este caso ovejas, a las cuáles no causa ninguna patología. A partir de ahí, hemos podido observar cómo estimula la respuesta antiviral infectando virtualmente las células de una forma no productiva, es decir, sin producción de nuevos virus y sin llegar a matar a estas células.

P ¿Cuáles son las conclusiones a las que han llegado?

R La memoria resultante podría ser utilizada para conseguir la estimulación inmunológiga inespecífica que, aunque no proteja completamente frente algunos virus, incremente la expresión de ciertos genes antivirales y proinflamatorios, lo que puede ser suficiente para prevenir una infección grave. Esta estrategia se está considerando actualmente como una posibilidad para prevenir infecciones graves por coronavirus mediante la vacunación con microorganismos atenuados.

P ¿Qué es lo que más le ha sorprendido del covid-19

R Hay virus más virulentos y contagiosos, aunque este también tiene una gran capacidad de contagio. Lo que llama la atención es la forma en la que se ceba con las personas mayores, la letalidad y la virulencia en el propio desarrollo de la enfermedad.

P El estudio de seroprevalencia hecho público esta semana por el Ministerio de Sanidad pone de manifiesto que el 5% de la población española ha sido infectada, un 2,7% en el caso de la provincia de Alicante. ¿Se puede decir que todas estas personas han quedado inmunizadas?

R La inmunidad la tienen ahora, pero no sabemos si la van a tener o en qué grado dentro de unos meses si se registra un rebrote. Es decir, estos inmunes podrían estar protegidos contra una infección grave, pero volver a contraer la enfermedad y transmitir el virus.

P ¿La solución es la vacuna?

R Es lo idóneo, pero mientras tanto hay que seguir trabajando en la búsqueda de tratamientos o en proyectos como el que desarrollamos nosotros para estimular el sistema inmune, porque pese a que la incidencia no es tan fuerte como hace unas semanas, todavía tenemos 200 muertos diarios que hay que evitar. Como digo, el hallazgo de tratamientos efectivos reduciría los ingresos en los hospitales y los eventuales fallecimientos, y entonces la vacuna podría esperar.

P ¿Falta mucho para esa vacuna?

R Las vacunas puede tardar más de lo que se está diciendo porque hay muchos factores a tener en consideración, como por ejemplo si hay la suficiente capacidad para producirlas y suministrarlas a toda la población. También cuantas dosis necesitamos, de qué nos van a proteger y si el hecho de dedicar tanto esfuerzo a elaborarlas puede suponer que dejen de fabricarse para otras enfermedades.

P Teniendo en cuenta que puede que no alcance para toda la población, ¡cuáles serían los grupos a los que se tendría que dar prioridad?

R Evidentemente a los grupos de riesgo. Los mayores, las personas con otras dolencias y también los niños y adolescentes, que tienen pocos síntomas pero pueden contagiar a los demás.

P ¿La llegada del calor va a reducir la incidencia del virus?

R Se transmite de persona a persona o tocando una superficie infectada. Cuando se incrementa la luz y la temperatura el virus permanece menos tiempo activo en esas superficies, por lo que es de suponer que influirá.

P ¿Puede mutar?

R Es un virus con un genoma muy grande, por lo que evoluciona más lento y no generará tantas mutaciones como otros. Sí existe la posibilidad de que se recombine con otro tipo de coronavirus y que mejore sus prestaciones infecciosas, aunque eso lo haría menos agresivo a nivel patológico.

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