El elevado precio del oro, que alcanza máximos históricos desde que se cotiza en bolsa, pagándose 46.000 euros el kilo en tienda (46 euros el gramo) del puro de 24 kilates, y 31 euros por gramo del valor de 18 kilates, el más habitual en las joyas, junto a las apreturas económicas que en muchas familias ha provocado la pandemia por los despidos y ERTE de trabajadores, está incrementando las transacciones en los negocios de compraventa de artículos elaborados con el preciado metal. Se trata de una especie de fiebre del oro que dispara, también, la rentabilidad de los empeños.
Muchas tiendas de la provincia, que reabrieron hace unos días tras dos meses cerradas por el covid-19, están recibiendo un aluvión de llamadas de personas que quieren vender sus joyas de oro para obtener liquidez inmediata. Estos negocios prevén un repunte en la clientela superior al 25% en las próximas semanas. No solo en tiendas de «compro oro», también en joyerías que suman a la venta habitual la adquisición de piezas de segunda mano y en negocios de empeño. También en el Monte de Piedad, en cuyas oficinas de la capital se puede obtener financiación inmediata a bajo interés sobre joyas y alhajas de oro, de plata y relojes de acero, lo que lo convierte en un recurso atractivo en momentos de necesidad financiara como el actual. En 2019 tuvieron 16.000 clientes.
Froilán, una cadena de joyerías con más de medio centenar de delegaciones, varias de ellas en la provincia y otras en diversos puntos de España especializadas en venta y compra de oro, prevé que se incremente el negocio en los próximos días ya que en las localidades en fase cero solo pueden atender ahora con cita previa y operan al 20% de lo habitual antes de la crisis sanitaria. También han recibido más llamadas desde la reapertura. «Una parte de los clientes vende su oro por necesidad, esto ha ocurrido siempre, aunque la mayor parte aprovecha el excepcional precio del oro en la actualidad», señala el joyero José Gimeno. El profesional explica que las joyas «normales» están fabricadas en 18 kilates, con un 75 % de oro puro y el resto aleaciones que permite la ley para darle más dureza y durabilidad a las piezas. En 22 kilates se hacen las monedas, y de 24 kilates es el oro bancarizado de los lingotes, fino y puro. Hay oro de 14 y de 9 kilates, habitual en Inglaterra y Alemania, menos en España.
Roberto Huebra, de Joyería Huebra en Alicante, espera un repunte de clientes que quieren vender su oro a finales de mayo o primeros de junio, sobre todo de personas con ERTE que ya hayan gastado la prestación cobrada para afrontar los pagos necesarios y necesiten de nuevo liquidez. «Tengo claro que la gente va a querer vender porque tiene que comer», señala el empresario, que augura también un incremento de los empeños, de entre un 20 y un 25% que se puede notar ya la próxima semana. También pagan a 30 euros el gramo de oro. Las transacciones se recogen en fichas para su control policial.
«La venta de oro está evitando muchos males mayores», explican desde la céntrica Joyería Hermanos Navarro de Alicante, un negocio familiar con 112 años de antigüedad, que regentó hasta hace unos años el decano de los joyeros de Alicante, Francisco Navarro, y que ahora llevan sus hijas. Desde esta tienda calculan que en las próximas semanas en Alicante crecerán un 25% este tipo de operaciones, con casos que ya se dan de personas mayores que entregan sus joyas a hijos o nietos para que las vendan o empeñen y puedan sacarse algo de dinero. «La gente tiene sus cositas y les permiten salir del apuro. Hay muchas personas en paro y otras que tienen ERTE, y venden el oro, bien las joyas, monedas, o algún lingotito».
Lo habitual son piezas de 20 ó 30 gramos. Por una joya de este último tamaño se pueden percibir unos 900 euros en este momento por el alto precio del oro.
El joyero Antonio Sáez afirma que hay personas que se han quedado sin dinero y quieren vender sus adornos de oro porque «de algo tienen que vivir». Este negocio también compra oro de segunda mano, para lo que se necesita una autorización, y se lo venden después a casas autorizadas por la Sociedad Española de Metales Preciosos, que lo funden para hacer lingotes. Estas operaciones se anotan y se presentan a la Guardia Civil. El joyero, que prevé numerosos cierres en el sector tras la crisis del coronavirus, piensa que situaciones como la actual demuestran que comprar oro es una buena inversión porque se puede lucir y, cuando se necesita, venderlo. En la provincia hay unos 800 establecimientos de joyería.
Financiación a bajo interés en el Monte de Piedad y actividad en las casas de empeño
Financiación a bajo interés en el Monte de Piedad y actividad en las casas de empeñoEl Monte de Piedad, que ha reabierto tras dos meses cerrado, recibe muchas llamadas de personas interesadas en llevar sus joyas de oro, o piedras preciosas, a cambio de préstamos inmediatos a bajo interés y 20 euros el gramo 18K. Esta entidad privada sin ánimo de lucro dependiente de la Fundación Montemadrid afirma que trabaja por la inclusión financiera en sus oficinas de Alicante, Granada, Palma, Córdoba y Móstoles, con 70.000 clientes: el desembolso es inmediato y la cancelación puede hacerse en cualquier momento sin coste. Por ello el 98% recupera sus joyas. La diferencia con las casas de «compro oro», señalan, es que dan valor a las piedras. La entidad ya aumentó un 14% sus operaciones, tanto de gente que va por primera vez, como de renovaciones y recuperaciones en el último año. En cuanto a los empeños, los joyeros recuerdan que se cobra entre un 5% y un 10% mensual por no perder la joya, pese a lo cual creen que se dispararán las operaciones ante la crisis que viene. En los negocios de empeño la actividad también se multiplica.
