Francesc Colomer, secretario autonómico de Turismo y uno de los hombres de la máxima confianza del presidente Ximo Puig, empatizó desde el primer minuto con el sector turístico. Exquisito en las formas, se lleva bien con la izquierda y con la derecha. Desde su puesto como gestor de la política turística le toca pilotar la recuperación. Trabajo no le falta. Y no lo duda. «Benidorm debería ser Patrimonio de la Humanidad».
¿Se imaginaba que el sector turístico podría entrar en un periodo de hibernación como éste?
Nadie podía imaginar este golpe a la línea de flotación del sector más resistente, productivo y generoso de la economía. De cada golpe aprendes. De éste, vamos a aprender mucho. Entre otras cosas, sobre la fragilidad del mundo y, mire lo que le digo, sobre la importancia de la felicidad. Por lo tanto, viajar, desconectar de las rutinas, hacer turismo, ejercer de turista será más que nunca una necesidad. Tal vez lo haremos con otra intensidad y significado pero lo haremos. Estamos tocados pero no hundidos.
¿Qué le dicen los hoteleros, cómo los ve?
Los hoteleros y el resto del sector están muy preocupados. Saben del sacrificio que nos aguarda por delante. Sabemos que este sector entiende bien qué es el sacrificio y la disciplina. Construir una empresa cuesta una vida, o varias vidas, y destruirla un instante. Este sector está curtido en trabajar duro cuando los demás disfrutan y se divierten. Es una maldita ironía que los expertos en cuidar a las personas sufran más que nadie esta crisis. El sector requiere más empatía que nunca y que las instituciones y la sociedad lo cuide. Ahora o nunca. Siempre lo dio casi todo a cambio de casi nada. Toca devolverle su fuerza porque esa fuerza es la de todos. Sin este sector no hay estado del bienestar. Sin solvencia económica no hay solidaridad ni materialización de derechos. Marquemos a fuego esta certeza en nuestras frentes.
¿Qué consecuencias puede tener para el sector turístico un parón como el actual?
Los datos disponibles dibujan una situación grave. La contracción drástica de la demanda presenta un escenario muy deteriorado. El 20 será un año muy duro. Fíjese que hasta febrero de este año los resultados seguían confirmando la pujanza del sector y del modelo pero se paró el mundo. Ha sido la tormenta perfecta, la peor pesadilla para el sector. Cerrar fronteras, el espacio aéreo, confinar a la ciudadanía y a naciones enteras, clausurar alojamientos, bares, espectáculos, playas, el ocio? Lo que más me preocupa es la capacidad de resistencia del tejido empresarial durante estos meses. La duración de la travesía. Aquellos que no puedan resistir. Lo demás, lo recuperaremos y seremos incluso mejores pero este maldito mientras tanto nos atenaza.
¿Cree que por el perfil de los hoteles de la Costa Blanca y de la propia Comunidad, todos podrán volver a abrir este año?
Hemos entrado en una carrera contrarreloj donde libramos a la vez dos batallas buscando dos vacunas. Una contra el coronavirus y otra contra el miedo. El miedo condiciona la vida y todas las decisiones humanas. El consumo, hacer turismo, no deja de ser une estado de ánimo, y el miedo es el mayor disolvente social que existe. Insisto en que esto pasará y ganaremos las dos batallas este año va a ser muy complicado. En nuestra Comunidad conviven diferentes modelos de negocio y versiones del turismo. El regreso de la actividad dependerá de la decisión estratégica de cada uno de ellos y, obviamente, del criterio sanitario que marca el guión.
Los empresarios no ven una hoja de ruta clara para la desescalada.
La provincia de Alicante tiene en el turismo una de sus grandes locomotoras. Cuando la locomotora se para todo el convoy se resiente. Por eso el sector necesita un plan integral que contemple la vertiente financiera, laboral, fiscal, formativa, promocional e incluso emocional para salir cuanto antes. Ya no importa tanto el nombre del plan y ni el celofán del mismo, sino alinear las prioridades reales de todos para salvar la locomotora. Quien no haga todo lo que pueda por este sector aquí y ahora se estará equivocando.
¿Cuál va a ser el mensaje que se va a trasladar a los turistas?
En estos primeros compases de la pandemia ha sido el de la prudencia y la responsabilidad. El de quédate en casa (como todo el mundo), cuídate para volver. La segunda parte de la frase es la clave, volveremos. Vamos evolucionando la comunicación y ahora llevamos días estimulando el que comiencen a soñarnos y sepan que les esperamos con nuestros mejores atributos. Que nos mantengan y retengan en sus afectos. Nuestra marca es potente en el imaginario y en la memoria afectiva de los turistas. No en vano aquí se ha tratado muy bien a la gente. Somos creíbles. La credibilidad será nuestro pasaporte hacia el regreso. Estamos monitorizando mercados, tendencias, opiniones y toda pulsión de interés hacia nuestros destinos para acertar en la próxima estrategia de marketing.
¿Está la Costa Blanca
Costa Blanca está mejorándose constantemente. Esta crisis acelerará fundamentalmente la transformación digital y el uso de la inteligencia, los datos y la tecnología para inspirar la gobernanza. NO regalaremos ni un minuto a la duda, es el camino. Costa Blanca lo tiene todo para seguir enamorando mercados y turistas, es decir, seres humanos que buscan la felicidad.
¿Considera que el modelo de la ciudad de Benidorm sigue vigente?
Benidorm es, en esencia, la rebeldía hecha destino turístico. No hay foto fija ni molde que lo atrape. Como le digo a Leire Bilbao, responsable de Visit Benidom, soy BeniLover y un enamorado de su skayline. Hoy, Benidorm es un fabuloso laboratorio de ideas y de estrategias de todo tipo. Una conjura colectiva en búsqueda de la felicidad perpetua para el turista. Es la ciudad turística por excelencia. Su modelo es personal e intransferible. Por cierto, cada vez que profundizo más mis afectos y conocimiento de esta ciudad, más entiendo que deba ser Patrimonio de la Humanidad.
¿Se ve comiendo en un restaurante con mamparas de separación?
Prefiero imaginarme vacunado, como el resto del mundo, consumiendo las mil experiencias y emociones que brinda nuestro destino, con nuestras costumbres y libertades plenas. En el mientras tanto acataré lo que diga sanidad. Cualquier medida debe ser dialogada al máximo con el sector.
¿Considera que el modelo Benidorm sigue vigente?
Benidorm es, en esencia, la rebeldía hecha destino turístico. No hay foto fija ni molde que lo atrape. Como le digo a Leire Bilbao, responsable de Visit Benidom, soy BeniLover y un enamorado de su skayline. Hoy, Benidorm es un fabuloso laboratorio de ideas y de estrategias de todo tipo. Una conjura colectiva en búsqueda de la felicidad perpetua para el turista. Es la ciudad turística por excelencia. Su modelo es personal e intransferible. Por cierto, cada vez que profundizo más mis afectos y conocimiento de esta ciudad, más entiendo que deba ser Patrimonio de la Humanidad.
