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La semana del consenso político en la Comunidad

Los partidos se alejan de la confrontación instalada en el Congreso y abren tanto en las Cortes como en la Diputación una vía para pactos de reconstrucción con acuerdo

Sesión de la Diputación Permanente celebrada la semana pasada con el hemiciclo prácticamente vacío. INFORMACIÓN

El confinamiento pone a prueba nuestra paciencia, solidaridad, capacidad de adaptarnos a los cambios y también nuestro nivel de crispación ante las adversidades. Por muy lejos que veamos el horizonte, esta crisis será temporal y permitirá a todos aprender. También a los políticos, que se han enfrentado a un virus sin precedentes viéndose obligados a tomar medidas excepcionales y ante una necesidad imperiosa: estar más unidos que nunca contra el enemigo común. Cuanto mayor es la crisis, mayor debe ser el esfuerzo de la clase política. Y esa sigue siendo la asignatura pendiente de Pedro Sánchez y Pablo Casado, que se han acomodado en un escenario de confrontación y constantes reproches en la tribuna del Congreso.

Nada que ver, de momento, con la Comunidad Valenciana que ha sabido dejar de lado los rifirrafes políticos y se ha instalado en un clima de lealtad institucional y altura de miras en la que gobierno y oposición, por ahora, reman en la misma dirección. Esta semana que ha terminado ha sido la muestra de que algo todavía sin terminar de cuajar se está cociendo a todos los niveles en la política autonómica. Todo empezó el lunes pasado en la Diputación de Alicante con un acuerdo para reordenar el presupuesto y poner encima de la mesa proyectos para paliar los efectos de la pandemia. Fue un pleno donde el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, y el portavoz socialista, Toni Francés, se partieron las intervenciones para presentar los pactos más relevantes, a los que se sumaron Ciudadanos y Compromís.

Todo continuó el miércoles y el jueves en las Cortes con una sesión parlamentaria marcada por el tono constructivo e institucional, algo que no se veía desde hace mucho tiempo. A diferencia de la escena política madrileña, Ximo Puig ha cuadrado un consenso sobre la posibilidad de negociar el plan de reconstrucción que se ha propuesto. Los portavoces de la oposición han tendido la mano al presidente para superar esta pandemia, según dicen, «sin querer sacar rédito político». Asegura la síndica del PP, Isabel Bonig, que en estos momentos tan cruciales «nadie entendería la confrontación». Ximo Puig ha defendido en todo momento que esta era una batalla de la sociedad y así la ha gestionado, dando voz a la oposición, a los agentes sociales y también a las corporaciones locales de todos los colores, con las que se reunió este sábado para que sumen. Y esa es la clave de la unidad en opinión del síndic socialista Manolo Mata, quien aseguró ayer a este medio que «ha existido complicidad y eso nos ha diferenciado del resto de comunidades». Para Aitana Mas, diputada de Compromís, la gran virtud del Botànic en esta crisis ha sido la transparencia. «La oposición ha sabido reconducir la situación y tener lealtad institucional». «En Madrid no han conseguido salir del rol de las elecciones constantes mientras aquí la estabilidad del Botànic ha influido mucho», apunta Mas.

La realidad en estos momentos es que el coronavirus avanza a menor velocidad y que la Comunidad ha sido una de las autonomías con un número de contagios por debajo de la media. Las consecuencias de esta pandemia no han sido uniformes en toda España. Aunque la radiografía es virtual porque los factores clave no se conocerán con certeza hasta analizar con exactitud las actuaciones una vez pasada la pandemia, la consellera Ana Barceló considera que la detección de los primeros brotes y la rápida creación de protocolos han sido claves para frenar la expansión de la epidemia. De como se resuelva la crisis sanitaria, en cualquier caso, también dependerá cómo se afronta la emergencia económica y social. Y, sobre todo, abordar esos pactos. Ximo Puig evidencia que no es necesario esperar a nadie para tomar decisiones. La Comunidad está siendo un ejemplo de unidad política con una comunicación constante, lo que ha permitido a todos los grupos enviar una imagen de solvencia sin guerras partidistas. Al menos por ahora...

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