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El material de protección escasea en centros sanitarios pese a los envíos masivos desde China

Trabajadores y sindicatos critican que mascarillas y guantes se dan a cuentagotas, que no hay batas y que deben limpiar y reutilizar equipos de protección, pantallas y gafas por las carencias. Ana Barceló niega que haya falta de material, aunque asegura que «es un bien preciado y se facilita a quien lo requiere»

Personal sanitario, con los equipos de protección, a las puertas del Hospital Marina Baixa. Foto: David Revenga

A cuentagotas. Así sigue llegando el material de protección a los hospitales y centros de salud de la provincia, según denuncian tanto trabajadores consultados por este periódico como sindicatos. Todo pese a que la Generalitat ha fletado ya diez aviones desde China con material de protección. En concreto con 14,6 millones de mascarillas, 6,8 millones de guantes, 708.851 equipos EPI, 517.600 gafas de protección y 20.000 termómetros que, según indican desde el área de Presidencia, han sido distribuidos «con normalidad» a los hospitales de toda la provincia.

Algo que contrasta con la situación que se vive en los centros sanitarios. En Urgencias del Hospital General de Alicante, por ejemplo, los trabajadores se quejan de las dificultades que tienen para conseguir mascarillas quirúrgicas. «Como mucho te dan una para todo el día, cuando estamos viendo pacientes con sospecha de Covid constantemente, por lo que deberíamos cambiarlas más a menudo», lamentaba ayer una trabajadora de este servicio. Las batas verdes se han terminado, «y nos dan las que se usan en quirófano que son de tela, no impermeables».

La restricción en el uso de mascarillas FFP2 también es una queja generalizada en este departamento. Estas mascarillas sólo se entregan cuando se va a hacer una técnica de alto riesgo en pacientes con Covid-19, pero los sindicatos UGT y Satse han pedido que su uso sea más generalizado entre los trabajadores y así evitar posibles contagios. El sindicato UGT en este departamento critica también que el reparto de guantes sigue estando muy restringido.

La restricción de mascarillas sigue siendo uno de los mayores motivos de queja también para el sindicato CSIF. «Lo aconsejable es usar una cada cuatro horas y en algunos hospitales se están dando dos mascarillas por semana», critica Rafael Cantó, presidente del sindicato.

En hospitales como el de Sant Joan sigue vigente la orden interna de repartir sólo una mascarilla por semana. En este hospital, trabajadores de una de las plantas que atiende a pacientes con Covid-19 critican que estos días no les facilitan equipos de protección individual para acceder a las habitaciones, por lo que deben de hacerlo con batas quirúrgicas. Una queja corroborada por CC OO. «Cuando nos reunimos con la dirección nos dicen que hay material de todo tipo, pero la realidad es que se da con cuentagotas, así que no sabemos dónde está el fallo, si en el almacén o en los mandos intermedios que no lo hacen llegar a los servicios», señala Inmaculada Vidal, delegada de CC OO.

Donde se sienten especialmente desprotegidos es en los centros de salud. «En mi centro solo hay dos equipos de protección individual que deben de usarse con pacientes sospechosos de Covid. El problema es que a priori tú no sabes cuando alguien entra por la puerta si puede ser un afectado, por lo que estos equipos son insuficientes y de hecho se está atendiendo a pacientes sólo con la bata quirúrgica», lamentaba ayer un enfermero de Alicante.

Las mascarillas FFP2 están llegando con cuentagotas «así que usamos las quirúrgicas alargando su uso todo lo que podemos». Este enfermero ironiza con el hecho de que a veces atienden a pacientes «que van mejor protegidos que nosotros».

La escasez de material está llevando a que en muchos casos se reutilice el que hay. En Urgencias del Hospital General de Alicante hasta ahora han estado esterilizando los equipos de protección individual. «Los metemos enrollados en una bolsa y quedan fatal, al margen de que esta manipulación, por sí, supone un riesgo», criticaba una trabajadora de este servicio.

Una práctica que hasta el momento el Instituto Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo contemplaba como posible «por tiempo limitado». Sin embargo, una denuncia del Sindicato de Enfermería, Satse, ante la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo ha hecho que se modifique este punto y a partir de ahora, el Satse amenaza con denunciar a los mandos que obliguen a los trabajadores sanitarios a reutilizar estos equipos.

Satse asegura que sigue constatando que, día tras día, los profesionales «continúan sin tener los equipos de protección individual adecuados». Si bien la carencia es menor que en días anteriores, señalan, «se sigue alargando su uso y se suministran con cuentagotas en los servicios de atención directa a pacientes con Covid-19».

La situación en Atención Primaria «es alarmante, pues se les proporciona solo un EPI para toda la semana». Pero los equipos de protección individual no son los únicos que se están reutilizando.

Trabajadores de centros de salud de Alicante, Urgencias, así como el Sindicato Médico, aseguran que las pantallas y gafas de protección se desinfectan y se vuelven a usar debido a su escasez.

El Ministerio de Sanidad asegura el protector ocular «podrá ser reprocesado (si su ficha técnica lo permite) y para ello se transportará a la zona de limpieza en un contenedor cerrado», lo que no siempre se cumple señalan trabajadores consultados. Estos días el Colegio de Médicos de Alicante, en colaboración con el Sindicato Médico, está repartiendo 300 pantallas donadas por una empresa de Valencia entre hospitales y centros de salud de toda la provincia.

Preguntada ayer por la falta de equipos y mascarillas en los hospitales y centros de salud, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, niega que falte este material y atribuye a las direcciones de los distintos departamentos la responsabilidad de su correcta distribución. «Quien tiene que facilitar ese material son los departamentos y no nos consta en ningún centro que haya falta de material. Y si hay, el departamento tiene que ponerlo a disposición, porque en este momento disponen de ese material».

La consellera únicamente reconoció que hay un problema de estocaje con las batas. Lo que sí admitió Barceló es la cautela con la que se está distribuyendo este material. «Si hay material, otra cosa es que no está en esa circulación de principio de la pandemia, cuando había material al que se podía acceder con mucha libertad. Ahora es un bien preciado, hay que cuidarlo y se facilita a quien lo requiere».

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