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La extraña conexión al Whatsapp del móvil de la víctima

Un perito de la defensa sostiene que la aplicación se activó veintidós segundos después de que se alertara de los disparos a Emergencias

El perito Jesús Hellín el día que declaró en el juzgado. rafa arjones

Veintidós segundos después de que los servicios de Emergencias recibieran una llamada alertando de que habían encontrado a María del Carmen Martínez malherida, la aplicación del WhatsApp de su móvil se activó manualmente. Ésta es una de las conclusiones del informe realizado por un perito de la defensa de Miguel López, acusado del crimen y yerno de la víctima, para analizar la actividad del terminal telefónico de la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala el día que la asesinaron.

El estudio está firmado por Luis Enrique y Jesús Hellín, padre e hijo. El primero, el ultra que asesinó a la joven vasca Yolanda González en febrero del 1980 y que ayer no compareció ante el jurado alegando enfermedad. Fue su hijo quien expuso su contenido en la duodécima sesión del juicio por este asesinato.

El perito dijo que la citada conexión no era un proceso automático del móvil y que la aplicación se abrió porque alguien la pulsó.

Con esta prueba pericial, el abogado Javier Sánchez-Vera pretendía establecer que la víctima se había conectado al WhatsApp a las 18:55:23 del 9 de diciembre de 2016, lo que exculparía a Miguel López de haberla disparado en el negocio de automoción que regentaba, ya que una cámara de la carretera de Ocaña le había captado en dirección a la finca familiar de los Sala a las 18:38:35 horas y, por tanto, no estaría ya en el lugar de los hechos.

La inspección ocular que practicó la Policía en el escenario del crimen reflejaba que el teléfono de la víctima se encontraba dentro de su bolso cerrado en el asiento del copiloto del coche en el que fue tiroteada. Es más, la responsable de la Policía Científica de la Comisaría de Alicante descartó que la mujer pudiera tener el dispositivo en la mano en el momento que recibió los disparos que acabaron con su vida.

Jesús Hellín aseguró desconocer dónde se encontraba el terminal y que se limitó a reflejar la conexión al servidor del WhatsApp, negando haber dicho en algún momento que fuera la propia María del Carmen quien abriera la aplicación. En este movimiento de la aplicación, ni se recibió ni se contestó mensaje alguno. «Con solo conectarse al servidor ya se produce una transferencia de datos», apostilló.

En su declaración, el perito señaló que el teléfono no tenía clave de desbloqueo, por lo que desde el jurado le preguntaron si era posible una apertura accidental mientras el terminal seguía en el bolso. Una cuestión que zanjó con un «no lo sé» que chocaba con la seguridad con la que contestó a la defensa.

El fiscal José Llor también le planteó en el interrogatorio cómo era posible que a esa hora se hubiera abierto la aplicación cuando constaba que a las 18:55:01, veintidós segundos antes, Emergencias ya había recibido una llamada alertando de que había una mujer ensangrentada en Novocar. El perito planteó que el teléfono tiene su propio reloj y que «no tiene por qué estar sincronizado con el de la sala del 091». A las 18:55:10, también antes de que se activara la aplicación, el jefe de taller de Novocar telefoneó a Miguel López para alertarle de que a su suegra le había pasado algo.

En el estudio que el técnico realizó del móvil de la víctima se refleja que a las 18:44 de esa tarde había llegado la notificación de que alguien al que escribió horas antes había recibido su mensaje, algo que no requiere interacción alguna. A las 18:21, minutos antes de llegar a Novocar, la víctima consultó la agenda de contactos. Hellín reconoció a preguntas del jurado que entre las 18:21 y las 18:55 el teléfono de María del Carmen no tuvo actividad. También acabó admitiendo que no se borraron llamadas del terminal tras su muerte, tal como se sostenía en el informe que presentó en su día al juzgado.

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