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La gratuidad de la AP-7 mejorará la economía de las comarcas del litoral

El final de los peajes en autopista en 2020 recibe un apoyo casi unánime en los municipios por los que discurre la N-332, cuyos comercios se librarán del tráfico de la carretera

Vehículos, en uno de los accesos a Benidorm desde la AP-7, en cuyas barreras de peaje suelen producirse retenciones en periodos de puntas de tráfico. David Revenga

Las comarcas litorales de la mitad norte de la provincia afrontan el que puede ser el último verano con una autopista de peaje como única alternativa a los atascos en la N-332. El próximo 31 de diciembre vence la concesión de la AP-7 y, a priori, a partir del día siguiente ya no habrá que pagar por utilizar esta vía entre Alicante y Tarragona. Para los municipios afectados se abre un horizonte inédito en estas comarcas: una realidad sin peajes apoyada prácticamente sin fisuras y en la que hay puestas muchas esperanzas en lo que se refiere a la movilidad, tanto en los desplazamientos internos como en los viajes a Alicante y València.

Hasta ahora sólo hay un único precedente de liberalización de una autopista, la de la AP-1 entre Burgos y las proximidades de Vitoria, el 30 de noviembre del año pasado. La supresión de los peajes conllevó desde el primer día que la vía de alta capacidad absorbiera todo el tráfico de largo recorrido, incluido un gran número de camiones. Por el contrario, la paralela carretera N-I se quedó prácticamente vacía, destinada desde entonces casi exclusiva a los trayectos más cortos. En la AP-7 entre Alicante y València, es más que previsible que el tráfico se incremente de forma notable una vez sea gratuita y que la N-332 quede para los desplazamientos internos, pero no quedará vacía, al haber aquí un contexto demográfico y socioeconómico radicalmente distinto al de Burgos. En los municipios alicantinos afectados se ve esto precisamente como un alivio, por la fluidez en el tráfico de la N-332 que traerá consigo la gratuidad de la AP-7, haciendo mucho más fáciles trayectos como Calp-Benidorm o Benissa-Dénia.

Ayuntamientos de la Marina Baixa y la Marina Alta de diferente signo político expresan de forma unánime este anhelo de poder ir a Alicante o València sin pagar peaje, o a alguna localidad vecina sin padecer atascos, sobre todo aquellos que aún soportan el paso de la N-332 por el interior de los cascos urbanos. El alcalde de Altea, Jaume Llinares (Compromís), destaca que la carretera dejaría de ser la barrera que es ahora entre el centro de la población y la playa, y que además repercutiría de manera muy positiva en la economía del municipio, ya que «sacar el tráfico rápido mejorará a los negocios», favoreciendo a la vez su accesibilidad. «Ahora hay vecinos de la parte norte del municipio que prefieren ir a hacer compras a Calp a venir a Altea por culpa de la carretera», apostilla. Asimismo, estima que la eliminación del tráfico dará pie a que la vía «se pueda convertir en un bulevar», mejorando la imagen y haciendo más seguro el tránsito de peatones entre el casco urbano la zona de l'Olla, que ahora debe hacerse por el arcén.

También el primer edil de Benissa, Arturo Poquet (PP), califica de «barrera arquitectónica» la actual travesía de la N-332. «Cruzar la carretera es casi imposible a determinadas horas del día en estas fechas», asegura, haciendo también hincapié en que al otro lado de la vía hoy por hoy «apenas funcionan los negocios, por la dificultad de llegar». Por ello, augura que la localidad «crecerá comercialmente» cuando se cumpla la «reivindicación histórica de la Marina Alta» de una autopista gratuita y la travesía se convierta en «una vía urbana mejor acondicionada».

La travesía de Benissa, con todo, está en vías de ser eliminada con una variante, que todo indica que se finalizará cuando la autopista sea ya gratuita. Caso diferente al de Gata de Gorgos, donde también confían en que el 1 de enero de 2020 desaparezca el tráfico de paso de la localidad. «Ahora somos un pueblo partido por la carretera», afirma el alcalde, Josep Francesc Signes (Compromís). Por el pueblo discurre bastante tráfico pesado, en parte procedente de una cantera ubicada en el municipio junto a la N-332, el cual «saldría» del casco urbano.

El primer edil hace también hincapié en la mejora de la seguridad vial. «Ha habido varios atropellos en la travesía en los últimos años», recuerda. A eso se añaden las molestias por el ruido por el continuo paso de vehículos similar al que padecen en Benissa y Altea. Por ello, Signes insiste en que la gratuidad de la AP-7 «beneficiará a los vecinos de Gata». No obstante, señala con ironía, «me la creeré cuando la vea».

«Demonización» del transporte

«Demonización» del transporteLa principal voz crítica con la supresión del peaje en la AP-7 ha sido la de la patronal hotelera de Benidorm y comarca, que ha alertado de un posible colapso de la autopista por el incremento de la circulación y que vaticina un trasvase de gran parte del tráfico pesado que ahora discurre sobre todo por la A-31, la autovía hacia Madrid, y que se desvía posteriormente por la Font de la Figuera hacia València. Unas afirmaciones que han irritado a las empresas de transporte de mercancías por carretera de la provincia. El secretario de la patronal Fetrama, Francisco Ortiz, denuncia que ha querido «demonizar» al sector «sin datos objetivos» y desconociendo la realidad de los principales flujos de transporte.

Ortiz rechaza de manera tajante que la gratuidad de la AP-7 vaya a suponer por sí sola que el paso de camiones se dispare en esta vía. «El tráfico de tránsito no coge la AP-7 porque no es una ruta agradable y además es mucho más larga». Tampoco los transportistas de la provincia toman habitualmente la autopista, puesto que «el trazado es duro». La misma razón por la que son pocos los camiones que utilizan la A-7 por Alcoy, al margen de, obviamente, los vinculados al grueso tejido empresarial de esas comarcas. Eso sí, esa última autovía sí ha absorbido desde su finalización en 2011 gran parte del tráfico ligero entre Alicante y València, al acortar en 20 kilómetros el recorrido en relación a la ruta por la costa o por Villena y tratarse de una vía con mejores prestaciones.

Por ello, el secretario de Fetrama duda que por una AP-7 gratuita vayan a circular más camiones que los que la utilizan hasta ahora, que son principalmente los de las empresas ubicadas en las comarcas litorales. El año pasado, la autopista soportó el paso de una media de 1.163 camiones al día, un 6% del tráfico total, según datos del Ministerio de Fomento. Ortiz señala al respecto que «si esos vehículos utilizaran la N-332 sí la colapsarían». El trazado de esa vía, las travesías y la intensidad de la circulación, indica, les obliga a pagar el peaje de la autopista, por lo que cree que su liberalización vendrá «muy bien» al sector.

En la AP-1, la supresión del peaje supuso que el tráfico de camiones se duplicara, de 3.138 diarios en diciembre de 2017 a 6.400 en su primer mes gratis, un año después. También el de turismos se incrementó de apenas 15.000 a 20.000. Unos datos, eso sí, imposibles de extrapolar a lo que puede ocurrir aquí al existir otros corredores alternativos para los flujos de largo recorrido y, al mismo tiempo, una movilidad interna mucho mayor.

Un alivio para los desplazamientos en la Marina Alta y Baixa

Un alivio para los desplazamientos en la Marina Alta y BaixaLa Marina Alta es la comarca que más sufre los rigores del peaje, ya que utilizar la autopista se hace necesario para casi cualquier desplazamiento. Así, desde Dénia no sólo están las travesías de Gata, Benissa y Altea si se viaja hacia el sur, sino que hacia el norte los conductores se topan, nada más pasar el límite provincial, con un punto de gran conflictividad en Oliva, localidad de 25.000 habitantes que la N-332 cruza por el centro y donde los atascos son diarios. Y ésa sólo es la primera de las seis travesías que aún hay para llegar a València. Por ello, José Vicente Sánchez, profesor de Geografía de la Universitat de València y vecino de Calp -y usuario «forzoso» a diario de la autopista- cree que la gratuidad de la AP-7 «va a ser un cambio total» en la movilidad tanto en la Marina Alta como en la Marina Baixa. Augura que «se va a uniformizar el territorio» al favorecer los desplazamientos, lo que «reequilibrará los tráficos» entre la autopista y la N-332, que probablemente seguirá resultando más cómoda para los trayectos más cortos. Admite que «la AP-7 se densificará», pero cree que «no más que otras» y, además, «la reducción del tráfico y del ruido en los cascos urbanos va a mejorar la seguridad vial y la calidad de vida», aparte de dar pie a que «las travesías dejen de ser carreteras para convertirse en avenidas con comercios y servicios». Por todo esto, considera que la gratuidad será «totalmente positiva desde el punto de vista de la ordenación del territorio», además de «acabar con el aislamiento de esta zona y poner fin a un agravio comparativo» con otros lugares.

Eliminación de puntos conflictivos al reducirse el tráfico

Eliminación de puntos conflictivos al reducirse el tráficoLa reducción del tráfico en la N-332 por la gratuidad de la AP-7 también servirá para que desaparezcan los puntos negros actuales. El concejal de Urbanismo, Movilidad y Seguridad Ciudadana de l'Alfàs del Pi, Toni Such (PSOE), considera que «va a ser un alivio» y que probablemente se reducirá la siniestralidad, factor que ahora mismo caracteriza el paso de la carretera por este municipio. Además, se favorecerá la conexión entre el casco urbano y la zona de l'Albir, «complicada» por el intenso tráfico. L'Alfàs podría beneficiarse también si se construyera un nuevo acceso a la autopista al sur de Altea, demandado por el Ayuntamiento de esta localidad. En otros municipios, la construcción de variantes trajo beneficios para la población, como asegura el alcalde de El Verger, Ximo Coll (PSOE). «Sacar la N-332 del casco urbano no ha tenido ninguna consecuencia negativa, al contrario; quien quiere acudir al pueblo lo sigue haciendo», afirma. Por ello, confía en que la liberalización de la autopista sea «una realidad» y mejoren las comunicaciones con València y con Alicante, ciudad esta última a la que hoy por hoy «es imposible ir por la carretera». Casi a la par que el peaje se eliminará la travesía de Benissa; el que fuera alcalde cuando se retomaron las obras de la variante en 2017, Abel Cardona (Reiniciem Benissa), considera esta obra igualmente necesaria «por una cuestión se seguridad vial y para no tener ningún tráfico de paso», ni siquiera comarcal. Eso sí, cree que «no hubiera hecho falta una obra de la envergadura» que tienen los trabajos que se están llevando a cabo.

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