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El agua desalada se mezclará con la del Tajo para garantizar el riego, pero será más caro

La Confederación del Segura prepara los pliegos del proyecto para interconectar tres desaladoras con el canal del postrasvase en Ojós

La desaladora de Torrevieja quedará conectada con otras dos plantas y el trasvase del Tajo a partir del año 2021. TONI SEVILLA

El Ministerio para la Transición Ecológica ultima la licitación del proyecto para interconectar las desaladoras de Torrevieja, Valdelentisco y Águilas entre ellas y con el canal del postrasvase Tajo-Segura en Ojós en el horizonte del año 2021 y garantizar, según el Gobierno, el riego agrícola los 365 días del año. Regadío que será más caro al mezclar agua desalada a 0,60 euros/m3 con la del trasvase (0,12 euros/m3).

Una actuación que se anuncia como la gran obra del Gobierno en materia hídrica en esta legislatura en la que se invertirán 150 millones de euros y lograr, así, una mayor equidad en el reparto del agua desalada, que no tendrá que ser utilizada exclusivamente por los regantes del trasvase. Eso sí, el agua desalada se mezclará con la de los ríos Tajo y Segura, lo que no afectará sustancialmente a la calidad global del recurso «pero sí al precio», según alertó ayer Antonio Rico, director del Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante.

Lucas Jiménez, presidente del Sindicato de Regantes del Tajo-Segura, afirmó, por su parte, que «lo que está claro es que el futuro es el agua mezclada, correcto, pero para mezclar el agua desalada debe haber también agua superficial del trasvase, eso nos debe quedar claro a todos, a los agricultores y a la Administración».

Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, que será la que coordine la ejecución del proyecto, explicó ayer que la previsión es que en seis meses esté aprobado y arranquen las obras con un plazo de ejecución hasta 2021. «Se trata de contar con caudal garantizado para siempre, pero no significa que se vayan a cerrar otras alternativas. La desalación es un complemento y el objetivo es que los regantes tengan acceso a un "pull" de aguas desaladas, del trasvase, residual depurada y del Segura. A partir de ahí se fijarán los precios en cada comunidad, pero ya no faltará agua a no ser que haya una avería puntual de la desaladora».

Urrea aseguró, por otro lado, que, poco a poco, los regantes van siendo conscientes de que «lo importante es contar con agua. Ahora mismo, por ejemplo, hemos sacado la concesión de 38 hm³ de agua desalada en la planta de Valdelentisco y hemos recibido peticiones para 200 hm3».

Por otro lado, la Confederación Hidrográfica del Segura ha detectado en los últimos meses la aparición de 3.662 hectáreas de regadío no registradas en la cuenca que puedan dar lugar sanciones de hasta un millón de euros en función de la cantidad de agua utilizada, ya que la sanción es de diez mil euros por invasión del dominio público y 0,72 euros/m³ por el agua utilizada, según apuntó Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica.

La excepción

Urrea subrayó, no obstante, que «en general hay que resaltar que el sector agrícola cumple la legislación de manera excelente. Ese número de hectáreas representa, en concreto, un 1,5% de la superficie total de regadío y también apuntar que estamos en la fase preliminar. La Guardería Fluvial ha descubierto que no están registradas y ahora tenemos que comprobar las razones del hecho». El aumento de la vigilancia ha hecho que la Guardería Fluvial de Comisaría de Aguas haya realizado 816 inspecciones en los últimos meses y detectado 3.662 hectáreas de regadío que no se corresponden con superficies inscritas en el registro de aguas y que además se encuentran fuera de los perímetros que definen las Unidades de Demanda Agraria, disminuyendo por ello la posibilidad de ser regularizadas. La superficie de regadío que contempla el plan hidrológico de cuenca en las unidades de demanda agraria es de 262.000 hectáreas.

Urrea se mostró, por otro lado, moderadamente satisfecho por el impacto positivo que han tenido las lluvias del mes de abril en la cuenca, aunque los embalses continúan en situación de prealerta por sequía y, por ello, se va a restringir un 24% el agua de riego. «Si no hubiera llovido entre 18 y el 22 de abril estaríamos en alerta. Vamos a recortar desde ya para poder tener reservas para todo el año».

En este sentido, los regantes del Tajo-Segura recibieron ayer una buena noticia, ya que la comisión del trasvase constató ayer el paso a nivel 3 de la reserva de agua en los embalses de Entrepeñas y Buendía. En aplicación del protocolo de gestión elaborado por el Centro de Estudios de Obras Públicas (Cedex) para objetivar la decisión de trasvase del Tajo en este nivel, que comienza a aplicarse a partir de la comisión de este mes, se recomienda autorizar una transferencia de 20 hm3, la cantidad máxima permitida por la ley. Ahora falta que la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, publique la orden en el Boletín Oficial del Estado.

Júcar-Vinalopó

Por otra parte, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Manuel Alcalde Sánchez, y el presidente de la Junta Central de Usuarios del Júcar-Vinalopó José Antonio Berenguer firmaron ayer la renovación del convenio por el cual los regantes recibirán 130.000 euros durante tres años a cambio de hacerse cargo de la gestión del trasvase y los caudales que lleguen de la desaladora de Mutxamel. Papel mojado porque el trasvase sigue bloqueado y la desaladora cerrada desde hace cinco años.

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