El Ayuntamiento de Alicante, bajo el mandato del tripartito, decidió que la antigua estación de autobuses de Séneca albergase el Centro de Coordinación de Emergencias, un punto neurálgico en el que se unirían Bomberos, Policía Local y Protección Civil para «mejorar la eficacia de la respuesta a las emergencias en el día a día y ante las inundaciones, catástrofes, crisis o posibles accidentes». Este espacio buscaba crear un «único punto» de entrada de avisos.
El proyecto, impulsado por la izquierda y que ahora queda en manos del PP, pretende servir de respaldo a nivel autonómico a la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a Emergencias de la Generalitat. Sin embargo, ese edificio en la plaza Séneca no cumple la normativa vigente sísmica, según un informe pedido por el Departamento de Edificación y Arquitectura, dependiente de la Concejalía de Urbanismo.
Que la dependencia municipal elegida por el Ayuntamiento de Alicante bajo el mandato del tripartito de Alicante para acoger el Centro de Coordinación local de Emergencias no cumpla la normativa vigente al haber sido construido en la década de los cuarenta supone un sinsentido para el sindicato CSIF, que reclama que el servicio se instale en un edificio que supere los «test» sísmicos, sobre todo porque la ciudad está en zona de alto riesgo de terremotos.
Durante este mandato, el Gobierno municipal ha invertido más de 1,1 millones de euros en las obras de rehabilitación parcial de la antigua estación de autobuses, situada entre las calles Italia, Portugal y Pintor Lorenzo Casanova, para dedicarla a un «centro de coordinación local de emergencias en las plantas baja y primera, un local para Acción Social en la planta baja y un espacio para un retén de la Policía Local», según se recoge en el Portal de Transparencia del Ayuntamiento de Alicante.
El primer contrato con ese fin se impulsó en verano de 2017, con el socialista Fernando Marcos al frente de la Concejalía de Seguridad. Para la redacción del proyecto básico y de ejecución de la rehabilitación parcial de la antigua estación de autobuses de Séneca, el Ayuntamiento gastó casi 30.000 euros, en un contrato con un plazo de ejecución de cuatro meses. Ese servicio fue previo a las obras de rehabilitación, que en un primer momento se presupuestaron en 1,9 millones de euros, aunque finalmente se adjudicaron por 1,1 millones de euros a cargo de las inversiones sostenibles. La actuación, prevista en un plazo máximo de nueve meses, finalizó recientemente.
El centro busca unir tres cuerpos: Bomberos, Policía y Protección Civil
El informe del área de Urbanismo, fechado en enero de 2018, concluye que la antigua estación de autobuses de Séneca no cumple la actual normativa sísmica, aunque admite que como instalación no tiene que someterse a ella ya que es de construcción anterior. La citada norma (NCSE-02) es de aplicación únicamente al proyecto y construcción de estructuras. «En las obras de rehabilitación, mientras no impliquen modificaciones sustanciales de la estructura, sólo se requiere el mantenimiento de los niveles de seguridad originales en los elementos afectados», según relata el informe redactado hace un año, en el que se subraya que el edificio para abrir sus puertas no tiene la necesidad de aplicar la norma. Eso sí, el documento se queda al margen de los usos del edificio y de su respuesta ante una emergencia: «Un análisis más específico de la respuesta del edificio frente al esfuerzo de sismo queda fuera del ámbito de este informe».
En ese escenario de incertidumbre, unido a que el edificio de Séneca fuera elegido hace dos años para coordinar las emergencias en la ciudad pese a no ser seguro ante un posible terremoto, ha generado intranquilidad entre los técnicos del Ayuntamiento, sobre todo ante las quejas del sindicato CSIF, que lleva meses pidiendo información sobre el incumplimiento de la norma sísmica.
De hecho, en los últimos días se han producido reuniones entre diferentes áreas municipales para valorar la idoneidad de la ubicación. No se descarta que el Centro local de Emergencias finalmente se fije en otro espacio municipal, por ejemplo, en las instalaciones del Parque de Bomberos de Ildefonso Prats, en Playa de San Juan, donde en un futuro aún sin determinar la Policía Local contará con un cuartel.
Ni centro de salud ni gastronomía «gourmet»
Durante el pasado mandato, con el PP de Sonia Castedo al frente del gobierno municipal, se trabajó para que la instalación albergara un mercado gourmet. También se habló de ceder el espacio a la Conselleria de Sanidad para que el edificio albergase un centro de salud. Finalmente, ya con el tripartito (PSOE, Guanyar y Compromís) al frente del Ejecutivo local, se apostó por aprovechar la rehabilitación (que se ha realizado en dos fases, la última en el último año enfocada al Centro de Coordinación de Emergencias) para darle un «nuevo aire» al edificio.
Según el último proyecto vigente, la instalación en la plaza de Séneca, que en su planta baja ya se ha convertido en un espacio multiusos, iba a convertirse en un centro neurálgico para la coordinación en el día a día y ante catástrofes, siendo el «punto de entrada de avisos» para la ciudad, estableciendo las emergencias de Bomberos, Policía y Protección Civil.
