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El negocio de los apartamentos turísticos pone por las nubes el alquiler tradicional

El precio del metro cuadrado sube más de un 5% en solo tres meses por la tendencia de los dueños a sacarlas al mercado en verano

Apartamentos en la zona del Golf de Alicante, una de las áreas de Alicante donde más han subido los alquileres. Áxel álvarez

Alquilar un piso para todo el año a precios razonables se ha convertido en toda una odisea en la provincia de Alicante. Hay que armarse de paciencia, esperar precios altos y competir con decenas de inquilinos en potencia que buscan viviendas en similares condiciones ante una oferta escasa por la tendencia de los propietarios a poner sus casas en el mercado del alquiler turístico. Hasta este agosto, la provincia de Alicante ha registrado un total de 6.634 altas de viviendas para el alquiler turístico, una cifra que se eleva hasta las 11.171 en toda la Comunidad Valenciana, según los datos del registro de viviendas turísticas.

La consecuencia principal del boom del alquiler turístico -en el que la Comunidad Valenciana ha descargado buena parte la normativa recogida en la Ley de Turismo y Hospitalidad de la Generalitat, que entró en vigor a principios de julio- es que ahora encontrar casa para larga temporada se hace más complicado y más caro.

El fenómeno tiene dos claros damnificados: los «mileuristas» y los estudiantes», según destaca la presidenta de la Asociación de APIS de la provincia de Alicante, Mari Fe Esteso. En la capital alicantina, un piso de dos habitaciones y 80 metros cuadrados en buenas condiciones alcanza ya entre los 1.200 y 1.300 euros al mes en el centro de la ciudad, y hasta los 1.400 euros en la zona del Golf en los casos de los chalés adosados. En general, los alquileres se han disparado en el centro, el entorno de Miriam Blasco, la zona del Golf y los PAUS, aunque desde la asociación de APIS también se apunta que es posible encontrarlos por 500. Aunque son los menos.

Esteso explica que al haber menos oferta para larga temporada por la cantidad de gente que ha optado por el alquiler vacacional a través de plataformas como Homeaway o Airbnb, los precios se han puesto por las nubes. «Hay lista de espera. No duran ni 48 horas. Es prácticamente un alquiler exprés», indica Esteso.

El furor de los portales de viviendas se debe a que hay muchos propietarios que han visto un mayor rédito económico en el alquiler de corta temporada. Sin embargo, el alquiler tradicional de larga estancia reporta otros beneficios, como matiza la vicepresidenta de la Asociación Inmobiliaria de la Vega Baja (Asevega) y gerente de la inmobiliaria Okendo, Karen Manzanas. Para esta profesional el alquiler turístico está generando «listas de espera para un piso pequeño de 450 euros en Orihuela o Torrevieja que se alquila todo el año».

Es precisamente en la ciudad salinera donde más ha aumentado el precio medio del alquiler por metro cuadrado. Es el incremento más alto de toda la provincia, con un 12,4% respecto al año anterior teniendo en cuenta los datos de julio de 2017 a julio de 2018. Este dato duplica la media provincial, según los datos facilitados por Idealista, al que le seguiría el aumento interanual en Alicante capital, de un 5,4%. Torrevieja ha sido, asimismo, la segunda localidad alicantina donde más casas se han dado de alta en el registro obligatorio de la Generalitat de viviendas turísticas, solo por detrás de Alicante. La Comunidad Valenciana suma actualmente 71.699 viviendas registradas como turísticas y desde 2014 se han dado de alta alrededor de 33.000, según los datos autonómicos.

La presidenta de Asevega recuerda que con el alquiler turístico una vivienda se expone a más cambios, a más gente y a más inseguridad para el propietario en relación al mantenimiento del inmueble, algo que obliga a estar más atento. También hay que estar más pendiente de los inquilinos, ya que pueden llegar a ser varios en una misma semana, «lo que requiere atención y tiempo», señala.

Manzanas dice que la demanda ahora es tan alta que hay muchos perfiles para «elegir» considerados «buenos» para el propietario. «Existe gran demanda por parte de profesionales que tienen ingresos estables o gente que se traslada por trabajo con nóminas altas, y esto se mira mucho», indica Manzanas.

Con este panorama, ¿cuál es la situación de los mileuristas y estudiantes? La presidenta de las APIS de la provincia, Mari Fe Esteso, apunta que cada vez son más quienes, con edades más avanzadas, se unen para compartir piso. «Siempre es una opción», remata.

La APIS han detectado a su vez una gran escasez de viviendas para universitarios, si bien en este caso no perciben un fuerte repunte de las mensualidades. Mari Fe Esteso incide en que los propietarios que prefieren tener a estudiantes cobran por habitación, lo que tampoco encarece demasiado el precio. Generalmente son de tres o cuatro dormitorios, pisos más antiguos y relativamente bien conservados.

Blanca Bausá es la directora de reservas de Erasmusu, página web especializada en alquileres para estudiantes. Bausá destaca las diferencias que hay entre los casos de los Erasmus de países del norte de Europa, que llegan a Alicante con becas más altas, y otros estudiantes a la hora de acceder a un piso. «Los de países nórdicos no miran precio. Se meten solos en un apartamento de 600 euros o en un estudio mientras que otros tienen que compartir», subraya.

Para Bausá sí se ha detectado un aumento en los precios para estudiantes que ronda el 30% respecto a hace cuatro años por la poca oferta que deja para todo el año el alquiler turístico. Alicante, afirma, es una de las ciudades donde más viviendas hacen falta. Suelen pedir pisos en zonas céntricas, cerca de los bares y áreas de ocio. «Alquilar a estudiantes tiene sus ventajas. Hay poca rotación, los pagos se garantizan y la seguridad de que no te dejen tirado es máxima. Hay tanta demanda que si al final un estudiante no viene proponemos otro enseguida». Sin embargo, ciudades como San Vicente del Raspeig no tienen picos de precios para estudiantes, que se están encontrando con mensualidades bastante similares a los de otros años, según explicó el presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Alicante, Edgar Martorell.

Existe un tercer perfil de inquilino que se está encontrando con problemas a la hora de alquilar una vivienda en la provincia. Se trata de los jubilados extranjeros. Desde la asociación Asevega, su vicepresidenta Karen Manzanas afirma que es un «buen perfil» para el propietario por sus pensiones altas y seguras. Como las entidades españolas no pueden embargar las pensiones de fuera se les pide a veces seis meses de fianza de golpe, más el alquiler mensual. «Y no ponen problema», afirma.

Boom, pero no burbuja

Según Idealista, en la ciudad de Alicante los precios del alquiler han experimentado un crecimiento significativo: los propietarios alicantinos piden un 6,7% más por arrendar sus viviendas, con una media de 7,6 euros por metro cuadrado. Sin embargo, el jefe de estudios de Idealista, Fernando Encinar, se niega a hablar de burbuja de los alquileres. «Es cierto que estamos viviendo un proceso de subidas generalizadas, pero en ningún caso podemos hablar de burbuja, ya que por definición estas solo se da cuando se compra un activo y no cuando se arrienda», señaló a preguntas de este diario.

La novedad que ha incluido la Generalitat en relación a los registros de viviendas turísticas es que ahora para su inscripción es necesario el certificado municipal de compatibilidad urbanística, lo que permite a los ayuntamientos tener un registro. En general, la normativa amplía la capacidad de los ayuntamientos para su regulación.

En Alicante, el Consistorio, a través de Urbanismo, acaba de prohibir más viviendas turísticas en el Centro Histórico y el Casco Antiguo, salvo en edificios enteros para esos fines. Para la edil de Turismo y Urbanismo, Mari Carmen de España, es un «primer paso hacia esa regulación, para la que queremos contar con todos los sectores implicados». Sin embargo el reto se plasmará en otra normativa ligada a Turismo específica para ello. El Ayuntamiento trabaja ya en una ordenanza sobre alojamientos temporales que impulsará en septiembre. De momento, las normativas municipales elaboradas por Madrid, San Sebastián y Bilbao han sido tumbadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

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