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Ikea, sin noticias de Barcala

La multinacional sueca asegura que el gobierno del PP aún no ha establecido ningún contacto, pese a que el alcalde se comprometió tras llegar al cargo a concertar una reunión para anunciar que ya se habían acabado los «prejuicios»

Los populares Luis Barcala y Carlos Castillo, en una rueda de prensa sobre Ikea en abril de 2017. RAFA ARJONES

Dos meses y medio después de llegar al gobierno municipal de Alicante, el alcalde, el popular Luis Barcala, aún no ha intentado concertar ninguna reunión con Ikea, pese a tratarse de uno de los asuntos de importancia capital durante el mandato del tripartito. Así lo confirman fuentes de la empresa del mueble, que lleva más de una década intentando instalarse en la capital alicantina.

Barcala, nada más llegar al cargo, aseguró en su primera entrevista, concedida a este diario, que su hoja de ruta respecto a la multinacional sueca pasaba por «concertar una reunión para trasladarles que ha cambiado el gobierno municipal». El objetivo del regidor, según apuntó a finales del pasado mes de abril, era mantener un encuentro con los responsables de Ikea para explicarles que tras la salida de la izquierda del Ayuntamiento de Alicante (primero con la ruptura del tripartito en noviembre de 2017 y, definitivamente, el pasado mes de abril con la llegada del PP al poder tras la dimisión de Echávarri y el posterior voto en blanco de la tránsfuga Belmonte) los «prejuicios» hacia Ikea se habían acabado en el Consistorio alicantino. «Ya no hay prejuicios para sentarnos a hablar del proyecto de instalación de Ikea y pedirles que tengan paciencia, que no busquen otra localización, que Alicante sigue queriendo Ikea», señaló Barcala nada más hacerse con la vara de mando, en una entrevista en la que además añadió que su intención pasaba por hablar con la multinacional de las «distintas opciones que hay», insistiendo que en los tres años anteriores «no ha habido diálogo de ningún tipo».

Justo un año antes de esas palabras de Barcala, Ikea suspendió el último intento público de reunión con el Ayuntamiento, entonces aún dirigido por el tripartito. La empresa, tras la decisión de Echávarri de no acudir a una cita concertada, señaló que intentaba «mantenerse al margen de polémicas o controversias», en alusión a las posturas divergentes existentes en el seno del entonces gobierno. Días después de ese encuentro fallido, se convocó la Comisión municipal para abordar la implantación de Ikea en Alicante, en la que el ejecutivo y la oposición (entonces formada por PP y Cs) acordaron las cifras que se iban a plantear a Ikea en una supuesta, y no celebrada, futura reunión: instalarse en Rabasa con un centro comercial anexo de, como máximo, 40.000 metros cuadrados, la mitad de los 80.000 metros cuadrados que la empresa defendió en la única reunión desde que el tripartito llegó al Ayuntamiento.

Por aquella fecha, hace ya más de un año, los populares desde la oposición defendían que, al 95% de las posibilidades, la empresa había renunciado ya a instalarse en la capital. Los suecos, por su parte, hablaban abiertamente de buscar otros emplazamientos en la provincia. Y, hasta hoy, ninguna noticia más por ninguna de las partes. Desde Alcaldía aseguran que verse las caras con Ikea es uno de los asuntos pendientes en la agenda de Barcala.

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