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La UE abrirá fronteras a 15 países y mantendrá el veto a EE UU y Rusia

Los Veintisiete ratifican hoy la lista de Estados considerados seguros por su situación epidemiológica

Salvo revés de última hora, la Unión Europea abrirá sus fronteras exteriores a partir mañana, miércoles 1 de julio. Y lo hará, tal y como estaba previsto, de forma muy limitada y restringida, permitiendo únicamente, al menos por el momento, la entrada a los viajeros procedentes de una quincena de países terceros que gozan de una situación epidemiológica similar o mejor a la europea y entre los cuales no figuran ni Estados Unidos ni Rusia ni prácticamente toda Latinoamérica -a excepción de Uruguay-, por no tener bajo control una pandemia que sigue en muchos de esos países en fase ascendente.

Tras tres reuniones fallidas de los embajadores permanentes de la UE la semana pasada y un fin de semana de intensas consultas a nivel político, la presidencia de la UE, que lidera este semestre Croacia, lanzó ayer el procedimiento escrito para aprobar formalmente los criterios que determinarán qué países son considerados seguros y, por lo tanto, pueden restablecer sus conexiones con el continente europeo. Todos los estados miembros tienen de plazo hasta hoy a las 12 del mediodía para confirmar si aprueban la recomendación, la rechazan o se abstienen. «Si se ha lanzado es porque consideran que ya han alcanzado la mayoría cualificada necesaria para aprobarlo», apuntaban fuentes diplomáticas.

En la lista provisional de países autorizados figuran menos de una veintena de territorios terceros: Argelia, Australia, Canadá, Georgia, Japón, Montenegro, Marruecos, Nueva Zelanda, Ruanda, Serbia, Corea del Sur, Tailandia, Túnez, Uruguay y China, a los que se suman Andorra, Mónaco y el Vaticano.

Reciprocidad con China

En el caso de China, el país donde surgió la covid-19 que ha paralizado el planeta, sus viajeros podrán acceder a la UE pero siempre y cuando actúen con reciprocidad. Es decir, eliminen el veto a los europeos. En todo caso, sí podrán seguir accediendo a territorio comunitario determinados colectivos de otros países como profesionales sanitarios, diplomáticos, estudiantes y trabajadores altamente cualificados si su trabajo resulta necesario.

En la confección del listado, los gobiernos europeos, que tienen la competencia exclusiva en la gestión de sus fronteras y que por tanto tendrán en su mano aplicar o no la recomendación, han tenido en cuenta distintos criterios: el número de nuevos casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días -conocida como tasa de incidencia-, la tendencia ascendente o descendente de la pandemia, las medidas adoptadas (rastreo, número de test realizados y medidas de contención) así como la fiabilidad de los datos ofrecidos por países terceros y la reciprocidad, lo que ha obligado a la presidencia croata de la UE a redoblar los esfuerzos para encontrar un compromiso aceptable para todos.

La negociación, reconocían distintas fuentes diplomáticas durante la tarde de ayer, ha sido «muy complicada» y «compleja» debido a los diferentes intereses nacionales y a la necesidad de pactar una solución que evite una apertura caótica de las fronteras, que pueda poner en peligro de nuevo la libre circulación dentro del espacio Schengen. «Ha costado porque no todos los países tienen el mismo punto de vista. Algunos piensan que la UE puede ser un poco más generosa. Otros piensan que tiene que ser restrictiva. Algunos han querido ver el ejercicio en clave diplomática. España, desde el principio, lo ha tenido muy claro: esto no es un ejercicio diplomático» sino «de sanidad», recordó la ministra de Exteriores española, Arancha González-Laya.

Responsabilidad y no diplomacia

«Esto no es un ejercicio diplomático, para ser simpático o antipático hacia otros países. Es un ejercicio de responsabilidad y así lo han entendido el resto de socios de la UE», indicó González-Laya en relación al temor de que el veto a determinados países, como Estados Unidos, que mantiene cerrada su frontera a los europeos, pudiera provocar nuevos conflictos diplomáticos.

En cuanto a la creación final de una «lista muy corta» ha primado sobre todo el criterio epidemiológico y el principio de «precaución», debido a que la pandemia no ha llegado a su pico en el continente americano y en muchas zonas de África y de Oriente Próximo está en fase ascendente. Por ello, la lista será flexible y será revisada cada dos semanas de forma que los países podrán entrar o salir de ella en función de la evolución de la pandemia y de posibles rebrotes.

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