Cientos de hosteleros se han manifestado este viernes por el centro de Bilbao, convocados por la Plataforma 'Hostelería en pie de guerra', para protestar por las condiciones para abrir sus establecimientos durante la desescalada de la pandemia de coronavirus Covid-19 y denunciar el "abandono" del sector por parte de las administraciones públicas.

Aunque la plataforma convocante agrupa fundamentalmente a bares y restaurantes de la Margen Izquierda del Nervión, también han participado en la marcha hosteleros de la Margen Derecha y del Casco Viejo de Bilbao, junto a clientes de sus establecimientos, que se han concentrado en la Plaza Circular pasadas las ocho y media de la tarde.

Han desfilado hasta la Plaza Moyúa, pasando por la sede de la Diputación Foral de Bizkaia, donde los manifestantes han coreado distintas consignas de protesta, bajo el lema 'Juntos nos haremos oir'.

Tal como habían pedido los convocantes, los manifestantes han utilizado mascarillas, mientras la organización recordaba por megafonía la necesidad de mantener dos metros de distancia.

La marcha ha estado abierta por una gran pancarta con el lema 'Hostelería en pie de guerra', y los manifestantes han exhibido otros lemas como 'Si ayudaste al banquero, ayuda al hostelero', 'Hosteleros en lucha' y 'Estas medidas son nuestra ruina', mientras hacían sonar palmas y bocinas.

Los manifestantes han reivindicado que el Gobierno, como la apertura al 50% del aforo de las terrazas y de un tercio de la barra interior de los establecimientos, que les llevan "a la ruina", y han denunciado que muchos de los trabajadores del sector no han cobrado aún las cantidades que les corresponden por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

Un portavoz de la plataforma convocante ha señalado que las administraciones públicas han "abandonado" al sector de la hostelería desde el comienzo de la pandemiay ha reclamado que el Gobierno rectifique estas medidas "inviables".

Ante la "dramática" situación del sector, la plataforma reclama que las administraciones regulen temporalmente las normativas que prohíben beber en la calle, y que faciliten a los establecimientos medios para que puedan seguir cerrados en unas condiciones que permitan su continuidad.

También plantea la posibilidad de peatonalizar zonas viales, como se hace en las fiestas populares, para ganar espacio y asegurar el distanciamiento social, y la exención de pagos tributarios mientras los establecimientos permanezcan cerrados.