La ya exdirectora de Salud Pública de Madrid, Yolanda Fuentes, desaconsejó en un informe que la región pasara el 11 de mayo a la fase 1 de la desescalada, en línea con la decisión adoptada finalmente por el Ministerio y en contra del criterio del Gobierno regional, lo que motivó su dimisión.

"En estos momentos evaluando los datos disponibles, no es recomendable cambiar de fase", sostiene en el documento la directora de Salud Pública de Madrid, Yolanda Fuentes.

En el informe, que ha adelantado la Cadena Ser y al que ha tenido acceso Efe, Fuentes esgrime las razones por las cuales la región no debía pasar a la fase 1, de forma pormenorizada en 28 página con fecha del 5 de mayo, un día antes de que el Gobierno de la Comunidad de Madrid decidiera solicitar el cambio al Ministerio de Sanidad.

Fuentes, contraria con esta decisión, dimitió de su cargo este jueves y un día después el Ministerio de Sanidad ha compartido su criterio al rechazar la solicitud de la Comunidad de Madrid de pasar a la fase 1 de la desescalada el lunes 11 de mayo.

Fuentes detalla cuatro "limitaciones añadidas" para el cambio de fase, entre ella que "no está garantizado el suministro de equipos de protección individual (EPI)" y que se siguen "teniendo más pacientes COVID ingresados en UCI que la capacidad habitual de camas de UCI en la Comunidad de Madrid".

También advierte de que la región madrileña carece de recursos suficientes en la Dirección General de Salud Pública "para la vigilancia epidemiológica".

La exdirectora de Salud Pública señala que para comenzar la desescalada se debe llegar a un número de casos que "pueda ser asumido" por el sistema, de forma que pueda cortarse la transmisión de las cadenas epidemilógicas que se generen y también realizar PCR "a todos los casos sospechosos".

"De esta forma pasarán a ser confirmados un número sobre los que sea posible poner en marcha las medidas preventivas necesarias, desde los criterios epidemiológicos de control", afirma.

El 25 de febrero, Madrid identificó el primer caso importado de COVID-19 y el día 27 de marzo se alcanzó "el pico de la pandemia": se confirmaron 3.744 nuevos casos en la región y el número de infectados acumulados llegaba a 27.272.

"En este momento el sistema sanitario estaba colapsado; a partir de esta fecha se inicia el descenso de la curva, hasta el día 28 de abril en que se han declarado un total de 253 casos", apunta.

Con fecha del 5 de mayo se decreta que existe una "circulación moderada" de COVID-19 en la región derivados de casos secundarios derivados del medio familiar, personal sanitario o socio sanitario y casos en residencias mayores.

Ante esta situación decreta que se advierte una tendencia "descendente" de contagios acorde con la mejoría de indicadores del sistema sanitario, por lo que "en las próximas semanas es previsible que se puede tener el control epidemiológico y pasar a la fase de desescalada".