Un total de 155 inmigrantes, todos ellos subsaharianos, han accedido a Ceuta después de saltar la valla fronteriza con Marruecos, según han informado a EFE fuentes de la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma.

Durante el salto masivo, el primero que se produce desde agosto de 2018, seis agentes han resultado heridos leves, quienes han sido trasladados hasta el Hospital Universitario de Ceuta.

La Delegación del Gobierno en Ceuta ha informado a Efe de que tras el recuento realizado, el total de inmigrantes, que en un principio se estimó en un centenar, alcanza los 155, y tras proceder a su filiación ingresarán en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).

Las mismas fuentes han añadido que con la entrada de estos inmigrantes la ocupación máxima del CETI vuelve a verse superada, ya que hasta la fecha se encontraba por debajo de sus 512 plazas, y ahora se situará por encima de las 620 plazas, aunque, de momento, no se necesitará instalar tiendas de campaña del ejército como en otras ocasiones.

En el anterior salto del 22 de agosto de 2018, un total de 119 subsaharianos, aprovechando la relajación de las autoridades marroquíes al estar celebrando la Fiesta del Sacrificio, asaltaron la frontera.

En aquella ocasión, el Gobierno de España hizo valer un acuerdo firmado entre España y Marruecos en 1992 para proceder a la devolución de los inmigrantes llegados de manera ilegal, lo que se ejecutó horas después del asalto.

Devuelven a Marruecos a los encaramados a la valla

Las autoridades españolas han logrado bajar de la valla del perímetro fronterizo que separa Marruecos de Ceuta por la parte de Benzú a siete inmigrantes que desde esta mañana a las 7.20 horas permanecían en lo más alto..

Fuentes de la Delegación del Gobierno en Ceuta han indicado a Efe que tras permanecer algo más de dos horas en lo más alto del vallado se ha aplicado el protocolo de devolución a todos ellos.

Mientras estos inmigrantes estaban en lo más alto de la valla, tanto las autoridades marroquíes como las españolas permanecían atentos y controlando cualquier tipo de movimiento que pudieran realizar los inmigrantes, incluso varias unidades marítimas se encontraban por la zona con el fin de actuar rápido en el caso de que alguno de los inmigrantes encaramados pudiera caer al mar.

Se ha contado con una especie de grúa para ir bajando uno a uno a cada inmigrante encaramado en lo más alto de la valla fronteriza y a medida que tocaban suelo español, las autoridades marroquíes los recogían y lo llevaban de nuevo hasta la zona marroquí.

Una vez en Marruecos, las autoridades del país vecino procederá al traslado de estos inmigrantes y de los que finalmente no lograron acceder hasta la ciudad autónoma tras ser repelidos por las fuerzas marroquíes, hasta la base para ordenar su identificación.