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Los peligros diarios a los que se enfrentan los ciclistas

Los meses de verano ven aumentar la siniestralidad entre los usuarios de la bicicleta - Los expertos piden más inversiones en infraestructuras y formación

El uso de la bicicleta crece en verano.

La llegada de las vacaciones y del buen tiempo incrementan el uso de la bicicleta, un vehículo que, no obstante, ya está presente en las ciudades españolas de manera cotidiana. Pero no solo las carreteras urbanas se pueblan de ciclistas, sino también muchas vías interurbanas por el efecto de la práctica del cicloturismo. El volumen de accidentes crece en esta época del año y las causas atañen a distintos factores, atribuibles a comportamientos de riesgo -de muchos conductores, pero también de ciclistas- y a infraestructuras poco adecuadas para la convivencia de ambos colectivos. Los expertos reclaman más formación e inversiones para garantizar una mejor cohabitación y reducir tanto el número de siniestros como de víctimas.

En diez años, desde 2008 a 2017, fallecieron 645 ciclistas en España, contando vías urbanas e interurbanas. Son, no obstante, cifras inferiores a las del período que va de 1999 a 2007, cuando se produjeron 813 víctimas mortales, según los informes de siniestralidad que elabora la Dirección General de Tráfico. La gran mayoría de accidentes se produce en ciudad, aunque el porcentaje de víctimas es superior en carreteras interurbanas, donde el ciclista es más vulnerable. Por lo que se refiere a los heridos que requirieron hospitalización, el número total entre los años 2008 a 2017 fue de 5.955, con un crecimiento sostenido año tras año.

"La bicicleta ha tenido un fuerte incremento de uso en los últimos años, pero no hay infraestructuras adecuadas y existen pocas normas regulatorias. De hecho, la bicicleta carece de un título específico en el Reglamento de Circulación", resalta Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de València. Según los datos del Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial de dicho campus, cerca de cuatro millones de españoles emplean la bicicleta prácticamente a diario, con julio como el mes en el que más víctimas se producen y agosto donde más accidentes se dan.

Montoro, una de las voces más prestigiosas en lo referente a la seguridad en las carreteras, subraya varias causas. "Las carreteras no se han modificado en el sentido necesario, tanto en ciudad como fuera de ella. Pero es que también existe un gran desconocimiento, tanto de conductores de ciclistas, sobre todo porque ambos grupos no han tenido formación suficiente. El 60% de los conductores no saben que hay que respetar un metro y medio de distancia, mientras que los ciclistas desconocen cuando deben detenerse en un paso de peatones, la velocidad máxima a la que pueden circular o si tienen que portar timbre o luces", indica el catedrático, que alude también a la "obligación" de las administraciones públicas de garantizar la seguridad a todos los usuarios de las carreteras.

Muchos ciclistas salen a rodar en verano. Shutterstock

Un diagnóstico este último con el que coincide Antonio Lucas, director de Seguridad Vial del RACE. "Las carreteras de hoy no están diseñadas para los ciclistas, los arcenes no son suficientes y no tienen la limpieza necesaria. Hay muchas vías donde el tráfico es un riesgo para el ciclista. No basta con señales que adviertan a los conductores de que en esa carretera hay ciclistas, hay que ofrecerles zonas seguras". Nacho Tomás, portavoz de la Red de Ciudades por la Bicicleta, aboga por proporcionar a los usuarios "recorridos seguros". "Tenemos que hacérselo fácil a la bicicleta en la ciudad. Y en algunos casos eso va a suponer hacérselo difícil al coche. Nosotros no estamos en contra del automóvil, pero sí de su uso indiscriminado".

Más allá del desconocimiento de determinadas situaciones, existen otros contextos en los que los comportamientos de riesgo pueden acabar provocando un accidente. "Tanto en conductores como en ciclistas se producen distracciones", subraya Luis Montoro, que alude por un lado al incremento en esta época de positivos por consumos de alcohol y drogas en conductores y, por otro, a la presencia de ciclistas que, mientras manejan su bicicleta, van fumando, consultan su móvil o llevan auriculares. Adelantamientos, circulación en sentido contrario y giros incorrectos son algunas de las maniobras ejecutadas por los ciclistas y que más riesgo suponen, explica el catedrático en Seguridad Vial de la Universidad de València, que cree asimismo que, en aras a hacer más perceptibles a los ciclistas, una solución podría consistir en que estos portarían ropas más visibles, al tiempo que reclama la obligatoriedad del casco en tramos urbanos -actualmente solo lo es vías interurbanas-. Nacho Tomás, de la Red de Ciudades por la Bicicleta, denuncia la "falta de respeto" de muchos conductores a los ciclistas. "Cuando un coche atropella a un ciclista la culpa siempre es del coche. Saltarse un semáforo o no respetar un 'ceda el paso' son imprudencias que provocan muchos accidentes. Es cierto que algunos ciclistas circulan mal o por las aceras, pero son una minoría. Los ciudadanos están muy acostumbrados a las imprudencias de los conductores, como pero cuando las realiza un ciclista se le tacha de delincuente", añade.

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Antonio Lucas, del RACE, admite que existen situaciones de riesgo para el ciclista, "como cuando un camión adelanta a otra en carretera convencional", pero cree que la convivencia efectiva debe basarse en el "respeto" tanto de conductores como usuarios de la bicicleta a las circunstancias del tráfico y las normas de circulación. "Hay que establecer unas reglas de juego claras para el ciclista, que debe respetar las normas de tráfico. Pero a los conductores comunicarles que el ciclista está aquí y ha venido para quedarse. Hay que adecuar las infraestructuras que hay, pero no emplearlas en perjuicio de nadie", subraya. La bicicleta es un actor cuya importancia crece en un contexto de más contaminación en las ciudades y donde los poderes públicos se esfuerzan por promover la sostenibilidad. "La bicicleta es el primer vehículo con el que muchas personas toman contacto con el tráfico rodado. Si ahí empiezan los malos hábitos, es más probable que en el futuro eso desemboque en un accidente", concluye Luis Montoro.

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