La Dirección General de Tráfico (DGT) advierte en su nueva campaña de concienciación con motivo de la operación de Semana Santa del "Top vacacional" con los tres destinos en los que puede acabar un conductor infractor: el hospital, la cárcel o el cementerio.

La campaña cuenta con tres vídeos, uno por cada uno de dichos "destinos", que se difundirán en medios de comunicación y en redes sociales bajo la denominación "Top vacacional" y que reflejan que un exceso de velocidad, una última copa de alcohol o contestar un mensaje de texto pueden llevar en numerosas ocasiones al hospital, a la cárcel o directamente al cementerio.

De una forma irónica la campaña hace un recorrido por esos tres lugares donde nadie piensa que va a acabar como si fueran destinos vacacionales.

Los vídeos se han grabado en escenarios reales: el Hospital de El Escorial (Madrid), el cementerio de la Almudena de la capital madrileña y la cárcel de Segovia.

El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha presentado el dispositivo para Semana Santa y ha precisado: "Esta campaña de concienciación es una forma amable de dar un mensaje duro porque la realidad es muy dura pero no hemos querido volcarnos en un sentido dramático".

Para esta Semana Santa la DGT prevé que se produzcan 15,5 millones de desplazamientos de largo recorrido -un 7,4 por ciento más que los que tuvieron lugar en la del año pasado- entre las tres de la tarde del viernes próximo, día 12, y las doce de la noche del lunes 22 de abril.

Navarro ha destacado que el dispositivo de este año contará con 9.200 agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, 400 más que en 2018.

Incluirá además más de 1.400 radares -724 fijos, 62 de tramo y 557 móviles-, 216 cámaras que controlarán el uso del cinturón de seguridad y del teléfono móvil, 264 vehículos camuflados, diez helicópteros y ocho drones.

El máximo responsable de la DGT ha recordado que los diez días que dura este dispositivo especial suponen los que concentran más desplazamientos en todo el año, y que en la Semana Santa del año pasado 31 personas fallecieron en las carreteras y otras 159 resultaron heridas graves y tuvieron que ser hospitalizadas.

Ha concretado que el 75 por ciento de los fallecidos (22) sufrieron el accidente en carreteras convencionales y el 50 por ciento de los siniestros fueron salidas de vía.

En este sentido Pere Navarro espera que la reciente reducción del límite de velocidad en estas carreteras de 100 o 90 kilómetros por hora ayude a bajar estas cifras.

El director de Tráfico ha expresado que le preocupa especialmente la siniestralidad de los motoristas.

Hubo cinco motoristas fallecidos el año pasado en Semana Santa y suponen el 23 por ciento de los muertos en las carreteras españolas durante este periodo en los últimos cuatro ejercicios, cuando las motos representan el 16 por ciento del parque de vehículos.

Ha advertido de que los accidentes mortales de motoristas se concentran entre marzo y septiembre, con el buen tiempo, y el mes pasado se registraron 25 muertos en este colectivo.

En cuanto a los ciclistas ha indicado que fallecieron tres en la Semana Santa de 2018 y suponen en torno al 6 por ciento de los muertos durante este periodo en los últimos cuatro años. Navarro les ha recomendado que usen algunas de las 116 rutas ciclistas seguras que existen.

Por otra parte, ha explicado que las autopsias realizadas a los conductores fallecidos en Semana Santa dan que cuatro de cada diez superaba el límite de alcohol permitido cuando en el resto del año es uno de cada cuatro.

Pere Navarro ha comentado que de los muertos en Semana Santa del año pasado, casi la mitad, 14, sufrieron el accidente en la franja horaria de después de comer, a partir de las dos de la tarde, lo que tiene relación con el alcohol, ha apuntado, y 10 de los 31 fallecidos fueron mayores de 65 años.