El director general de Información Nacional de Moncloa, el periodista Alberto Pozas, ha dimitido de su cargo porque considera que está siendo "utilizado para atacar al Gobierno y al presidente" en el caso del espionaje a Pablo Iglesias.

Alberto Pozas ha sido llamado a declarar el lunes como testigo en la pieza 10 del caso Tándem, que investiga la documentación que tenía en su poder el excomisario José Manuel Villarejo sobre el líder de Podemos, Pablo Iglesias, han informado a Efe fuentes jurídicas.

Pozas acudirá el lunes a testificar ante el juez del caso Villarejo, Manuel García Castellón, que mantiene secreta esta causa, que investiga el robo de un móvil a una asesora del Iglesias con información del partido.

Según declaró hace unos días en la Audiencia Nacional el excomisario José Manuel Villarejo fue el director de Interviu (entonces Pozas) quien le facilitó un "pen drive" con copia de los datos del teléfono del líder de Podemos, que habían recibido en la redacción de la citada revista y que no pensaban publicar.

En un comunicado remitido a los periodistas que cubren habitualmente la información de Moncloa, Pozas explica que presentó ayer su dimisión, que hoy ha sido aceptada.

Lamenta que haya quienes le han querido relacionar con la conocida como "policía patriótica" y espera que a partir de ahora vean que estaban "equivocados".

El periodista considera que está siendo utilizado para atacar al Gobierno y al Presidente y eso es algo que, ha dicho, no puede permitir.

Pozas reconoce que no fue capaz de "valorar" que este asunto, que en otras circunstancias "podría ser menor", fuera a convertirse en "una especie de bomba informativa en plena campaña electoral".

Añade que a partir de ahora espera poder "redimensionar" este asunto que le ha "atropellado".

El pasado 29 de marzo, en su declaración como imputado en la pieza del caso Tándem que investiga la documentación que tenía en su poder sobre Pablo Iglesias, Villarejo dijo que él no robó el móvil del líder de Podemos, sino que le llegó una copia de los datos del teléfono a través del director de Interviú (al que no citó por su nombre).

Siempre según el excomisario, los datos habían llegado en un "pen drive" a la redacción de la revista, Pozas consideró que su contenido no era publicable y por eso se lo dio a Villarejo.

Villarejo analizó esos datos y consideró que no tenían interés policial, de forma que los archivó, según contó en su declaración judicial.