La 'número dos' del PSOEha afirmado que, si el PSOE gana las elecciones, como apuntan las encuestas, pondrá su programa de gobierno al escrutinio de los 350 diputados del Congreso y ha rechazado hablar de preferencias a la hora de pactar tras el 28A, a excepción de su veto a Vox.

Lastra se ha desmarcado así de las declaraciones del secretario de Organización, José Luis Ábalos, que en una entrevista este fin de semana con El Español opinaba que Ciudadanos es "preferible" a los independentistas para una investidura de Pedro Sánchez.

La vicesecretaria general, que ha criticado que "se pase pantalla demasiado rápido" y se hable de pactos postelectorales cuando todavía no ha empezado la campaña, ha hecho hincapié en que los socialistas en lo que están ahora es en "movilizar a la mayoría social progresista y sensata que cree en la justicia social" para que acuda a votar el 28 de abril y vote al PSOE.

"Si ganamos las elecciones y tenemos opciones de gobierno, porque la derecha no sume, pondremos nuestro programa de Gobierno encima de la mesa al escrutinio de los 350 diputados de la Cámara", ha señalado, tras recordar que en sus nueve meses de gobierno los socialistas han llegado a acuerdos con el PP, Cs, Podemos -al que se ha referido como su "socio leal"- y el resto de fuerzas del parlamento.

Serán estos grupos los que "tendrán que decir si quieren que gobierne el PSOE o las tres derechas", ha incidido.

Aunque todos los sondeos coinciden en que cualquier posible gobierno tras las elecciones del 28 de abril pasa por el PSOE de Pedro Sánchez, la dirigente socialista ha pedido a los ciudadanos que no se confíen y no se dejen llevar por las encuestas, para que no pase como en las autonómicas del pasado diciembre en Andalucía.

Para los socialistas es importante que los ciudadanos respalden el programa electoral que presentará Pedro Sánchez este miércoles en un acto en Madrid: "Nos presentamos con un programa y el pacto al que queremos llegar es con la ciudadanos", ha dicho Lastra.

Con su programa en la mano, Sánchez se presentaría a la investidura invitando a los 350 diputados del Congreso a "decidir si quieren un país que avance o que retroceda".