R ajoy entró sonriente en los estudios Buñuel de TVE, confiado de que había hincado los codos y estaba preparado para cualquier eventualidad. No obstante, la sonrisa le duró poco. La primera de las preguntas fue a degüello: «¿Tuvo algo que ver ETA con el 11-M ». Y es que el terrorismo, que acaparó el arranque de la ronda, es un terreno donde el dirigente popular está cómodo y lo demostró con largas pero rápidas respuestas. De hecho no faltó ni el GAL. « Yo no lo sé», dijo Rajoy al respecto de la autoría del 11-M. «Acataré lo que digan los tribunales», subrayó, pese a defender las «investigaciones periodísticas», al respecto.

La política antiterrorista, el caso De Juana Chaos, sin problemas, como pez en el agua, hasta que le cayó la primera incómoda: «¿Qué es para usted una persona normal », una cuestión que la interrogadora llegó a plantear hasta en tres ocasiones con el permiso de Lorenzo Milá. «Usted es una persona normal - respondió - , pero también a quien no le gusta que el señor De Juana Chaos se pasee por la calle, mientras los concejales del PP no pueden sin escolta». Rajoy explicó que las personas normales «son aquellas que actúan con parámetros normales, que tienen sentido de la justicia, que se preocupan por el empleo, en fin - concluyó - la vida misma».

Y más terrorismo. Rajoy respondía como de carrerilla, hasta que le mencionaron a Zapatero. «¿Habrá posibilidad de que Zapatero y usted hagan las paces No se sabe quién dice la verdad o la mentira». «El problema - responde - es que Zapatero ha roto los consensos básicos, España debe ser lo que quieran el 80 o el 90% de los españoles, no lo que quiera la mitad». Y le cogió la palabra a lo que el presidente dijo dos noches antes en Antena 3: «Si quiere recuperar el consenso no diga que me llamará en junio, llámeme en este momento».

Rajoy explicó que los abucheos e interrupciones desde la bancada popular en el Congreso cuando habla Zapatero «no son para tanto» y que algunos debates «no son nada tensos». E insistió: «Hay veces que se exagera, los diputados, al final somos personas, desde mi punto de vista no es importante».

Así hasta que vino la pregunta que a muchos recordó lo del café de Zapatero. «¿Y usted cuánto gana », le espetó una señora que malvive con una pensión contributiva de 300 euros. No lo dijo, aunque reconoció que más que su interrogadora y puso la guindilla: «...pero yo trabajaré para que todo el mundo gane lo máximo posible, para que la gente pueda vivir mejor».

A preguntas de una enfermera alicantina, el líder de la oposición demostró un buen conocimiento de la sanidad valenciana, pese a las críticas de la profesional. «El tema de las listas de espera no son varitas mágicas sino dinero y capacidad de gestión», señaló antes de defender el modelo Camps y los convenios con la sanidad privada: «Operarse en la privada a costa de la Seguridad Social puede ser una solución». La enfermera le espetó que se construyen hospitales públicos gestionados por empresas privadas. «Si, creo que hay uno en Alzira». «En Alzira, Benidorm y Torrevieja», le dijo la enfermera. «La gente lo que quiere es que la atiendan rápido y bien», concluyó el lider de la oposición.

Seguidamente defendió la españolidad de Ceuta y Melilla e insistió en que no se opondría a que ambas ciudades fueran comunidad autónoma, « aunque no es algo que le aporte aspectos importantes a efectos de españolidad».

La reforma de los estatutos, la educación, lo caída de precios agrícolas, la inseguridad ciudadana, los «hilillos» del Prestige y las banderas preconstitucionales fueron otros de los asuntos que incorporaron los invitados.

Y llegó el turno de Jordi y le propuso un juego. ¿Asistiría usted con orgullo a la boda de su hijo si fuera homosexual . «Asistiría», dijo aunque subrayó su disconformidad con la utilización de la palabra matrimonio en el caso de uniones homosexuales.

Un ciudadano magrebí y una peruana pusieron la cuota inmigrante entre el público. «Yo estoy a favor de la inmigración, con los mismos derechos, deberes y obligaciones, pero la inmigración no puede ser injusta, no caben todos. Tienen que llegar con un contrato de trabajo, no tiene sentido que aquí entren miles y miles y no hagamos nada». Y sobre los minusválidos, a pregunta de un afectado, subrayó «ya no es un tema de integración, sino de igualdad de oportunidades».

El boom inmobiliario tampoco se quedó fuera. Un invitado se refirió al esquilme del litoral en Galicia y el Mediterráneo. Rajoy se mostró partidario de liberalizar el suelo sin más límite que la ordenación del territorio y el respeto al medio ambiente. «Si alguien tira cinco casas ilegales, la gente tomará buena nota» para asegurar que los ayuntamientos dependen, en gran parte, de los ingresos por licencias. «Se necesita determinación, coraje, ganas y fortaleza». Sobre Irak aseguró que fue un error de la comunidad internacional creer que había armas de destrucción masiva, aunque justificó la intervención porque Sadam Hussein gaseaba a la población kurda y porque contó con el apoyo de la mayoría de los países europeos.