El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, ha asumido este miércoles con "perplejidad" y "agradecimiento" su cargo y ha reconocido el "gran desafío" que supone para la Iglesia el "cuidar con especial mirada a las víctimas de las cosas que hemos hecho mal en el pasado".

En su primera rueda de prensa nada más ser nombrado secretario general de la CEE, Argüello ha reconocido que el tema de los abusos en el seno de la Iglesia católica es "doloroso y complicado" y supone "un desafío grande para nosotros a la hora de mirar hacia adelante y cuidar con especial mirada a las víctimas de las cosas mal hechas en el pasado".

El nuevo secretario general de la CEE asume también las tareas de portavocía y, en principio, será el encargado de comparecer ante los medios de comunicación, tarea que ya ha realizado como obispo auxiliar de Valladolid y que ahora reconoce afrontar "con ánimo".

Admite, no obstante, que en su nuevo cometido tiene que ser fiel a "lo que la comunión los obispos respire" sobre cada asunto. "Y hay asuntos más fáciles", como los impuestos que paga la Iglesia o las inmatriculaciones, "y otros que dolorosamente son más complicados", como es el caso de los abusos sexuales a menores.

En este sentido, ha subrayado que el presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, en el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria "ha hecho una declaración lo suficientemente solemne y fuerte" y ha reconocido "abiertamente los abusos de diversa índole" en el seno de la Iglesia, al tiempo que ha expresado su "firme decisión de erradicarlos".

Argüello ha sido elegido nuevo secretario general de CEE en sustitución de José María Gil Tamayo, cargo que desempeñará los próximos cinco años.

Se ha impuesto a los sacerdotes Jorge Fernández Sangrador, de la diócesis de Oviedo; y Carlos López Segovia, vicesecretario para Asuntos Generales de la Conferencia Episcopal y ha sido elegido en primera votación con 45 votos frente a los 29 y 5 de los otros dos candidatos.

"Perplejidad, agradecimiento, confianza y deseo de trabajar", es como ha resumido Argüello su sensación tras ser elegido por los obispos de la Asamblea Plenaria y ha admitido que esta noche ha "tardado un poco más" en dormirse al conocerse candidato al cargo.

Ha apostado por una Iglesia sinodial, tal y como propone el papa Francisco, y se ha comprometido a escuchar a la sociedad y a los obispos porque "no hay Iglesia sin obispos, pero la Iglesia no somos sólo los obispos".

En cuanto a la relación con el Gobierno, Argüello ha señalado que existen diversos asuntos, como una posible reforma educativa, "que nos preocupan mucho", pero ha destacado también el papel que la Iglesia católica desempeñará en los próximos años "en la reconfiguración del Estado del bienestar".

"El Estado de bienestar tal y como lo conocemos necesita una reconfiguración y la Iglesia tiene un hombro y el otro que arrimar", ha afirmado.