El ex primer ministro francés y candidato a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, ha redoblado su llamamiento al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al PSC a aparcar los recelos y "sumarse" a su candidatura para las elecciones municipales de 2019.

En una entrevista con Efe, Valls ha asegurado que no tira la toalla pese a la negativa de PSC y PPC a integrarse en su plataforma electoral por Barcelona, a la que ya ha dado su apoyo Ciudadanos.

"Hago un llamamiento a los partidos, y a los socialistas en particular", ha remarcado Valls, convencido de que "Barcelona merece un poco más de reflexión que el corto plazo", porque "está en juego el destino de la ciudad" y hay que pensar "cuál es el interés de todos, no de un partido".

Según Valls, en las próximas elecciones hay que "salir del juego tradicional de los partidos", por lo que "hasta el último momento de la campaña" seguirá apelando a la unidad de los constitucionalistas, ha avanzado.

"Yo reitero mi llamamiento a los socialistas, al secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a los socialistas catalanes, a que se sumen a esta plataforma. Provengo de la familia socialista, soy un progresista, odio el sectarismo. El interés general es unirse. Ahora es el momento más que nunca de sumar", ha insistido.

Para resaltar los puntos en común entre su plataforma y el PSC, ha subrayado que los socialistas son constitucionalistas, "no quieren que Ada Colaucomo alcaldesa y tampoco desean que Barcelona "caiga en manos de los independentistas".

"¿Por qué no sumar e ir juntos? Sería una demostración no sólo de generosidad, sino también de apuesta por el interés general de todos los barceloneses", ha apuntado.

Después de que esta semana el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, pronosticara que "Valls se va a desencantar pronto y va a ver" que Miquel Iceta"no son recuperables para el constitucionalismo", el alcaldable por Barcelona ha sostenido que no cree que eso ocurra.

"Soy mucho más optimista que mi amigo Villegas. El PSOE, como el PSC, han sido actores muy importantes de la democracia", ha aseverado Valls, que ha destacado que "los socialistas son parte del ADN de esta ciudad", porque "han gobernado en Barcelona más de 30 años, la han cambiado, han tenido un papel fundamental".

Además, ha dicho sentir "mucho respeto y mucho cariño" hacia Pasqual Maragall, a quien ha "conocido a nivel político y a nivel personal" y al que ha ensalzado por haber "transformado una ciudad que es casi única en Europa y en el mundo, gracias a los Juegos Olímpicos".

No obstante, ha señalado que ese era "otro momento" y "no se debe mirar al futuro con la nostalgia del pasado, sino para recordar unos valores".

Más allá de lo que decidan hacer finalmente los diferentes partidos, ha explicado que, como "candidato independiente que lidera una plataforma transversal", se dirigirá "a todos los barceloneses" y "serán ellos los que juzguen los proyectos, los candidatos y la actitud de unos y otros".

Para Valls, en unas elecciones en las que "nos jugamos cómo será Barcelona en las siguientes décadas", hay que "ser generoso", porque "no hay nada peor que el sectarismo", ha apostillado.

"Es el momento de ir más lejos de las fronteras de partidos", ha planteado el candidato, que es "optimista" porque "quedan muchos meses" y aún hay posibilidades de "sumar partidos y electores".

En todo caso, se ha mostrado "seguro de que los electores sí entenderán este mensaje" y ha garantizado que en su lista habrá "gente de izquierdas y de derechas", ya que "las puertas y las ventanas de la plataforma están abiertas".

Tras remarcar que "la identidad de Barcelona es catalana, mediterránea, española, hispánica", e insistir en que "el catalanismo está en el corazón de Barcelona", ha asegurado que en su candidatura habrá también "gente del catalanismo moderado".

"Yo me puedo definir como catalanista, también", ha añadido el alcaldable, que ha opinado que esta "tradición catalanista" se ha quedado "huérfana" tras el giro independentista en los últimos años de fuerzas como la antigua Convergència.