Estaba refugiado en una pequeña cabaña cuando comencé a escuchar chillar a la pequeña, comienza a relatar Daniel Thielk, el alemán que salvó la vida a la pequeña Úrsula, hija de Joana LliterasJoana Lliteras, la fatídica noche del martes, como adelantó Diario de Mallorca. Bajo la lluvia, que no daba tregua, y en una noche oscura, Thielk sacó como pudo a la pequeña del agua. " La niña estaba aterrorizada", comenta el alemán. Él también lo estaba. " Intenté tranquilizarla y le dije que todo estaba bien", recuerda. Aunque no fue fácil, dice Thielk, porque él solo habla alemán.

Durante tres horas ambos se refugiaron en esa pequeña cabaña mientras la tormenta no cesaba. Según cuenta Thielk, la niña estaba temblando y él le prestó su sudadera. Señala que la niña no se separaba de él: "La abracé fuerte y no la solté hasta que vinieron los servicios de Emergencias". La pequeña, de siete años, se quedó dormida entre sus brazos, atemorizada por lo acaecido. Los relámpagos iluminaban la noche y descubrían el desastre natural: coches inundados, ramas esparcidas y agua por todo.

Esas tres horas fueron eternas, dice el alemán. Ahora recuerda la tragedia aún con estupefacción y como "una película falsa". No se cree lo vivido, ni tampoco se siente un héroe. Lo que hice es algo normal, repite una y otra vez. Precisamente los familiares de la pequeña se han reunido con él en Cala Ratjada para darle las gracias por salvar la vida de la niña.

"Ha sido un encuentro muy emotivo", comenta el alemán . Entre lágrimas, y con un gran abrazo, el padre de la pequeña le ha agradecido que salvara la vida a su hija. Después, junto con los operarios que trabajan en la zona de Son Carrió, han ido al lugar donde Thielk encontró a la pequeña y vio desaparecer el coche entre las olas.