El juez Juan Manuel Sobrino, del juzgado de instrucción número 1 de Palma de Mallorca, ha imputado formalmente a dos históricos jefes de la Policía Nacional, uno de ellos ya jubilado, por aceptar, supuestamente, sobornos económicos de los narcos de los clanes de Son Banya.

En concreto, se trata de Antoni Cerdà, excomisario jubilado que dirigió durante años los distintos grupos de la Policía Judicial de Palma, y el inspector jefe, aún en activo, Antonio Suárez, responsable de las unidades policiales encargadas de la lucha contra el narcotráfico. Ambos mandos policiales han sido citados para el próximo mes de octubre para que declaren en calidad de investigados para defenderse de un presunto delito de cohecho. Los dos policías conocieron ayer la decisión judicial.

El magistrado Sobrino lleva varios meses investigando este caso bajo secreto y ha tomado declaración a numerosas personas. Además de pruebas testificales, dispone de imágenes y conversaciones intervenidas, que apuntarían a que los narcos de Son Banya habrían sobornado a los mandos policiales a cambio de recibir información sobre investigaciones que les afectaban.

Las pesquisas se iniciaron el pasado mes de septiembre. La Guapi, la traficante de drogas de Son Banya, que es hija de La Paca, y La Bizca, fueron detenidas en un coche cerca del poblado, transportando 3,5 kilos de cocaína. Las dos mujeres ingresaron en prisión. Días después, según apunta la investigación, La Guapi se habría puesto en contacto con su hermano, El Ico, para poner a salvo el dinero que tenía escondido. Le habría pedido a su familiar que hiciera llegar una importante suma a su actual pareja, que reside en la Península, pero que una parte se la guardara para entregarla a un "pez gordo".

A continuación, le habría indicado que quedara citado con esta persona, que sería el excomisario Cerdà. Le aconsejó que fraccionara el soborno en dos partes y que en la cita únicamente le entregara la primera. Los investigadores han confirmado que, efectivamente, este encuentro entre el mando policial y El Ico tuvo lugar días después en el aparcamiento de un hospital de Palma. El juez dispone de imágenes gráficas, que documentan esta reunión, ya que otra persona tomó fotografías, que han sido incorporadas al sumario.

El pasado mes de octubre El Ico fue citado por el juez Sobrino y declaró en calidad de testigo. Confirmó dicha reunión con el excomisario de la Policía Judicial y desveló que el motivo de dicho encuentro era entregarle un soborno económico, a cambio de que intercediera en el juzgado para que su hermana recibiera un trato de favor por el alijo que se había intervenido en Son Banya.

Al mismo tiempo, el joven desveló al juez, que hasta ahora le ha dado una total credibilidad a su versión, que no era la primera vez que entregaba dinero al excomisario y que, además, no únicamente era el clan de La Paca el que pagaba estos sobornos, sino que también lo hacían otros traficantes del poblado. Asimismo, El Ico desveló que el inspector jefe Suárez también participaría, presuntamente, en estas prácticas que consistirían en facilitar información sobre investigaciones policiales a determinados clanes del poblado.

El juez ha interrogado en las últimas semanas a los traficantes implicados en esta trama y todos ellos han negado haber sobornado a los dos mandos policiales. Una de estas personas que ha desfilado por el despacho del juez como investigada ha sido La Rosario, cuñada de La Paca, que rechazó todas las acusaciones manifestadas por su sobrino.

En medios judiciales y policiales no es la primera vez que se cuestiona la credibilidad de El Ico y, por tanto, son muchas las personas que han tenido conocimiento de esta investigación que no dan pábulo a las graves acusaciones vertidas por el traficante de Son Banya. Sin embargo, hay otros jueces que sí consideran veraz el relato que ha realizado el hijo de La Paca.

El juez Sobrino recibió hace poco un escrito, redactado por un fiscal, que explicaría que el excomisario Cerdà ha continuado colaborando con la fiscalía en algunas investigaciones. Un trabajo que consistiría en una serie de gestiones, aprovechando su experiencia y sus contactos conseguidos durante su larga trayectoria. Tanto el excomisario Cerdà, como el inspector jefe Suárez son dos de los mandos policiales más reputados de la Jefatura, por lo que son muchos los que creen que la causa responde a una interpretación errónea de los hechos que investiga el juez.