El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, se ha comprometido hoy a "reparar" el "daño" que ha provocado "la ilegal aplicación del artículo 155" de la Constitución en las instituciones catalanas, y a "trabajar" para el cumplimiento del "mandato" de las elecciones del 21D y del "referéndum" del 1-O.

En el arranque de su comparecencia ante el pleno del Parlament para explicar la estructura y la composición de su Govern, Torra ha puntualizado que "este no es el Gobierno que legítimamente gobernaba el país y que dio voz a la ciudadanía el 1-O".

"Este es el Gobierno que ha venido a echar de las instituciones el 155 y a trabajar por el mandato recibido por la ciudadanía en las últimas elecciones y, naturalmente, con el resultado del referéndum de autodeterminación del 1-O, y así lo haremos", ha afirmado Torra.

Ha recordado que el Govern creará un "comisionado para el despliegue del autogobierno, para evaluar el impacto real de la aplicación" del 155 y para "garantizar y desplegar el autogobierno".

Por otra parte, Torra ha reiterado al Gobierno de Pedro Sánchez que se "avenga a tratar de manera urgente la cuestión de Cataluña", ya que "hace falta soluciones, tomar riesgos, dialogar y negociar", si bien ha avisado de que el independentismo "no se rendirá".

El presidente catalán ha lanzado una apelación al "diálogo" con el presidente español y ha dicho que por parte suya "la predisposición al diálogo no fallará nunca".

Pero del mismo modo que ha afirmado que no pretende que "nadie se rinda para dialogar", también ha querido que "quede claro" que la Generalitat y el independentismo "no se rendirá": "Nosotros seguimos. La democracia no se rinde nunca, el anhelo de libertad no se rendirá. No hemos venido aquí a rendirnos, no es este el punto de partida para la negociación".

Lazos amarillos en los escaños de JxCat y ERC

El pleno del Parlament ha arrancado esta mañana con lazos amarillos en escaños de JxCat y ERC, pero no en los asientos reservados al Govern, después de la polémica que hubo en la última sesión, cuando se colocaron estos símbolos en los puestos de los consellers designados que estaban en prisión o en el extranjero.

De este modo, el nuevo ejecutivo catalán, que por primera vez se sienta en la bancada reservada para el Govern, ha evitado un conflicto con la oposición, que considera que colocar los lazos amarillos en la fila institucional vulnera la neutralidad que debería exhibir el ejecutivo.

El presidente del Parlament, Roger Torrent, propuso esta semana que los grupos puedan poner los símbolos que deseen en el hemiciclo, pero sólo en sus respectivos escaños, tal y como vienen haciendo desde que se constituyó la cámara en la presente legislatura.

El debate sobre el lugar que deben ocupar los lazos amarillos, que expresan la solidaridad con los políticos presos y con los que se encuentran en el extranjero, se desató hace dos semanas, cuando Torrent suspendió el pleno después de que partidos independentistas y Ciudadanos protagonizaron un rifirrafe al respecto.

El encontronazo se produjo cuando el portavoz de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, quitó el lazo amarillo que previamente los diputados independentistas habían colocado en la bancada reservada para el Govern, aún no constituido, en recuerdo de los consellers designados por Torra que se hallaban en prisión preventiva o en el extranjero: Josep Rull, Jordi Turull, Toni Comín y Josep Puig.

En la Junta de Portavoces de esta semana se debatió sobre cómo se debía actuar respecto al emplazamiento de símbolos en el hemiciclo y hubo acuerdo entre los grupos respecto a los escaños de los grupos, pero no sobre cómo se deberá proceder en caso de que el Govern decida colocar lazos amarillos u otros elementos en su bancada.

El problema principal radica ahora mismo en cómo hay que actuar con respecto a la bancada del Govern, ya que mientras que Ciudadanos desea que no puedan ponerse símbolos en ningún caso, las formaciones independentistas prefieren dejar abierta la posibilidad de su colocación cuando el propio Ejecutivo lo decida ante supuestos como, por ejemplo, la detención o encarcelamiento de un conseller.