El mercado hipotecario ha registrado en los últimos años una mutación de alcance: los préstamos a tipo fijo, desconectados por tanto de las variaciones del euribor, han ganado presencia hasta suponer ya cerca del 40% de las nuevas hipotecas. La eclosión de esa modalidad, casi extinguida durante décadas, se explica por el interés de la banca en garantizarse una remuneración mayor a corto plazo y también certidumbre sobre los rendimientos de préstamo a largo plazo y, asimismo, por la inclinación de una parte de los consumidores a evitar los riesgos futuros que traerá la presumible normalización de los tipos de interés. Firmar una hipoteca de interés fijo al 3% ahora como se está haciendo puede ser ventajoso para las dos partes, se suele decir.

Pablo Iglesias e Irene Montero, secretario general y portavoz parlamentaria de Podemos, respectivamente, han optado, sin embargo, por un préstamo variable para financiar su nueva casa de la Sierra de Madrid, el chalé de 600.000 euros cuya adquisición ha despertado controversia fuera y dentro de la organización de izquierdas. Según han detallado Iglesias y Montero, se han hipotecado por 540.000 euros a pagar en 30 años en las siguientes condiciones: un interés fijo del 1,5% durante el primer año y un interés variable del euribor más 1,25 puntos durante los 29 restantes.

Considerando el entorno de tipos de interés y las expectativas a medio y largo plazo, puede decirse que la de Iglesias y Montero es lo que se denomina una hipoteca con "bomba de relojería": resulta ventajosa en el momento actual y corto plazo, estando como está el euribor en negativo, pero en un horizonte incierto la cuota mensual puede dispararse ante la seguridad de que el Banco Central Europeo no mantendrá indefinidamente los tipos de interés actuales del 0%, los que inducen que el euribor esté donde está.

Con esa referencia hipotecaria al valor actual (la media está en torno al -0,190%), la cuota hipotecaria de Iglesias y Montero sería de unos 1.800 euros a partir del segundo año del préstamo. Ahora bien, si el euribor -o la tasa que lo reemplace cuando se decida su reforma, aplazada de momento- se situara a medio plazo en el 2%, la cuota pasaría a 2.400 euros, un 33% más cara. Y si llegara a alcanzar el 5% que el euribor alcanzó en 2008, la factura mensual sería de 3.364 euros, el 87% más. Ahora bien, no ha trascendido si el contrato incluye cláusulas de salvaguardia (cláusulas techo) que podrían cubrir a la pareja de ese riesgo económico.