El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno investiga a CaixaBank como persona jurídica por un delito de blanqueo de capitales, al atribuir a diez de sus sucursales cercanas al polígono Cobo Calleja, en Fuenlabrada (Madrid), haber ayudado supuestamente a tramas chinas como Emperador y Sneak a lavar dinero.

En un auto, el magistrado explica que los directores de las sucursales implicados permitieron el uso de testaferros y actividades económicas no justificadas con repetición de un patrón falsario de ingresos en efectivo para eludir a Hacienda y sin controlar a los clientes.

Consultadas por Efe, fuentes de CaixaBank han negado cualquier tipo de colaboración en este supuesto lavado de dinero y han defendido que en la entidad existe una cultura de cumplimiento normativo con empleados formados que tienen la obligación de seguir las normas antiblanqueo.

El juez basa su investigación en sendos informes de la UCO y el Sepblac, que describen "una renuente falta de control y de reacción apropiada" por parte del órgano antiblanqueo de CaixaBank.

Hay "indicios claros", dice, de que la entidad permitió el lavado y se aprovechó "de masivas operaciones de favorecimiento y auxilio para la bancarización de millones de euros en efectivo y su transferencia ulterior a China y Hong Kong" con operativas que "ayudaban" a que las operaciones "pasaran desapercibidas" al Banco de España y al Sepblac.

El Sepblac cifró en 99,1 millones las transferencias totales enviadas a China y Hong Kong en el periodo investigado, de 2013 a 2015, pero CaixaBank solo comunicó indicios de blanqueo en 2 de los 193 clientes que hicieron estas operaciones.

"No se realizaron exámenes especiales tras los requerimientos ni se comunicaron por indicios al Sepblac respecto a 165 de los 193 clientes, sino que siguieron operando, transfirieron 31,7 millones de euros, añade el juez.