El Rey Felipe VI ha iniciado la visita inaugural del Mobile World Congress (MWC) 2018, que en su decimotercera edición en Barcelona prevé 108.000 asistentes, la misma cifra registrada durante el año pasado, y un impacto económico de 471 millones de euros.

El congreso tiene lugar desde este lunes al jueves en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona, con actividades paralelas en el recinto Montjuïc y otros múltiples eventos en la capital catalana y L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

El recorrido inaugural incluye la GSMA Innovation City --espacio de la feria que muestra avances tecnológicos aplicados--, los pabellones de España y Catalunya, y el expositor de la Mobile World Capital.

El Rey llama a la "cooperación institucional" para que el Congreso siga en Barcelona

El Rey aseguró este domingo que una de las claves del éxito del Mobile World Congress (MWC) en Barcelona, donde se celebra desde 2006, ha sido la "cooperación institucional con objetivos claros y en beneficio de todos".

En su discurso en la cena de inauguración del congreso, Felipe VI se refirió al compromiso y la colaboración entre el Gobierno central, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, que junto a las corporaciones y entidades como GSMA y Fira de Barcelona, han hecho posible este "éxito continuado".

Añadió que este compromiso firme de las administraciones, corporaciones y compañías "debe ser siempre un propósito esencial" para que este encuentro sea consolidando de cara al futuro su proyección e influencia en todo el mundo y --añadió-- que lo haga desde Barcelona, que recordó que es candidata a albergar el centro tecnológico europeo que desarrolle la tecnología 5G.

La visita del Rey en la capital catalana está levantando la polémica ya que ningún miembro del Govern ni tampoco la alcaldesa de Barcelona fueron a recibir al monarca. Felipe VI llegó este domingo al Palau de la Música Catalana para presidir la cena de bienvenida del Mobile World Congress, envuelto de fuertes medidas de seguridad de Mossos d'Esquadra y Policía Nacional debido a las protestas de manifestantes en los aledaños del edificio, convocadas por los Comités de Defensa de la República (CDR) contra el Rey por su postura tras el 1-O.